Un hogar para Agallas: «Queremos que viva aquí ya para siempre»
Tras semanas de recuperación y una operación de urgencia en Lugo, el animal vive ahora en régimen de acogida con intención de ser adoptado por un joven berciano
Agallas, el perro rescatado tras ser atacado en Villafranca del Bierzo, vive desde el pasado 24 de septiembre en la casa de Sergio Cascallana, donde ha encontrado una familia de acogida dentro de los procesos habituales de la protectora berciana Peludines Sin Suerte. Su intención, no obstante, es adoptarlo de forma definitiva, según explica.
El animal, que en septiembre fue operado de urgencia en el Hospital Veterinario Rof Codina de Lugo tras sufrir graves mordeduras en la cabeza y el cuello, se encuentra ya recuperado físicamente y afronta ahora un proceso de rehabilitación emocional.
La protectora se hizo cargo de él cuando fue encontrado deshidratado y con una gran pérdida de sangre en la carretera. Inicialmente se pensó que había sido atropellado, aunque después se confirmó que el origen de sus lesiones era el ataque de otro perro.
Tras su ingreso en la Clínica Europa de Ponferrada y posterior traslado a Lugo, fue sometido a una operación que permitió salvarle la vida. Esta cirujía fue posible gracias a la solidaridad de personas de todo el país, que enviaron donativos para cubrir los gastos veterinarios.
De la solidaridad a la adopción
En medio de ese proceso apareció Sergio Cascallana. Al ver las publicaciones de Peludines Sin Suerte, no dudó en ofrecerse. «Yo les comenté en la foto y les puse que cuando estuviera mejor, nosotros teníamos un hueco en casa para él». Desde entonces siguió cada parte médico y cada avance hasta que, una vez superada la fase crítica, pudo acogerlo y darle un hogar. «Queremos que viva aquí ya para siempre, lo queremos adoptar», asegura.
De momento, Agallas está bajo la figura de acogida, ya que la asociación gestiona siempre un proceso previo antes de formalizar la adopción. Sergio admite que todavía tienen que informarse sobre los pasos a seguir, porque hasta ahora lo único que les ha preocupado ha sido la recuperación del animal. «Lo importante era que se pusiera bien», explica.
Hoy Agallas está a salvo. Sus heridas físicas han cicatrizado, pero todavía muestra muchas secuelas emocionales. «Está psicológicamente hundido, está super triste. Los primeros días estaba 24 horas tirado en la cama», explica Sergio. «Come muy bien, que es lo bueno, pero no quería levantarse y teníamos que ponerle la comida al lado de la cama». «Tiene miedo a absolutamente todo, incluso a ir a comer».
Después de un largo trabajo, en los primeros paseos, el perro se detiene en cada cruce, se pega a la pared y observa con desconfianza antes de avanzar. Para favorecer su recuperación, la familia ha contactado con una psicóloga de animales que comenzará a trabajar con él la próxima semana.
Una nueva etapa
Con hogar definitivo y seguimiento veterinario, Agallas inicia una nueva etapa marcada por la seguridad y la estabilidad de un hogar. El perro que pasó de estar malherido en la carretera a protagonizar una movilización solidaria forma ya parte de la familia de Sergio.
La prioridad ahora es consolidar su recuperación emocional y garantizarle una vida tranquila. Sergio lo resume con claridad: «Lo queremos con nosotros y vamos a ayudarle a que vuelva a confiar».