De Ponferrada a Miami, el salto internacional de la DJ berciana Jennifer Cach
Tras un año de trabajo y contactos en Atlanta y Miami, la artista berciana debutará en dos de los clubes más vibrantes de la ciudad, llevando su estilo y el espíritu del Bierzo a nuevas salas
De las noches más intensas en Ponferrada a las cabinas de Miami, Jennifer Cach comienza un nuevo capítulo en su carrera artística. Marcada por la pasión por la música electrónica y urbana, ha sabido moverse y trabajar con constancia hasta abrirse camino más allá de las fronteras.
La oportunidad de cruzar el Atlántico no surgió de la nada. Durante el último año, Jennifer tejió contactos en la escena de Atlanta y Miami, explorando cómo funcionaba el panorama musical en Estados Unidos. En diciembre viajó a Atlanta para observar de primera mano qué estilos predominaban y qué hacía vibrar al público. «En diciembre yo fui a ojear un poco, ojear cómo era el tema del estilo musical, lo que movía a la gente, simplemente echar un vistazo cómo iba a ser porque no es lo mismo ir sin saber el rollo que llevan que ahora que yo ya sé cómo va a ir todo«, explica. »Llevo la música totalmente preparada y los estilos y géneros musicales bien diferenciados».
Ese viaje fue solo el inicio. A lo largo del año, su equipo de management viajó en varias ocasiones a Miami, generando contactos y abriendo puertas. «A lo largo de este año hemos buscado contactos tanto en Atlanta como en Miami y es lo que a mí me lleva a esta oportunidad concreto«. »Este manager ha hecho este año cuatro viajes a Miami y ha conocido a los dueños de varios locales», señala. Los promotores, tras seguir su perfil durante meses, comenzaron a mostrar interés en su propuesta musical. «Ellos vieron mi perfil durante todo este tiempo, les envié las sesiones, aparte de los videos y demás, y les gusté mucho».
De Ponferrada a Miami
El resultado de ese trabajo llega ahora con su debut en algunos de los clubes más vibrantes de la ciudad. Jennifer pinchará en The Dirty Rabbit (Wynwood), un espacio excéntrico y de moda por el que han pasado figuras como Pitbull, David Beckham, Gigi Hadid o Dwayne «The Rock» Johnson, y también en Mazuma, un lugar donde predomina la música y el arte. Ella lo afronta con naturalidad, asegura que no es tan distinto a lo que se puede encontrar en Madrid o Barcelona, sobre todo por la gran presencia de hispanohablantes en la ciudad. Y añade con seguridad: «En una de las discotecas que el género es más de electrónica, no tengo problema alguno porque la electrónica, como digo yo, no tiene idioma».
Una forma distinta de ser DJ
Ese salto a Miami es también un reflejo de cómo entiende su profesión. «Un DJ que quiere conseguir algo es un DJ que tiene que moverse», afirma. Su objetivo es centrarse en sesiones de calidad, intensas y de entre hora y media y dos horas, frente a los maratones de cinco horas que considera menos efectivos. «Ser un DJ que va, hace su set de una o dos horas y al final eso es un trabajo de calidad. En cambio pinchando tantas horas no vas a destacar, puedes tener momentos mejores o peores pero cuatro o cinco horas son muchas horas pinchando».
Sobre esas largas sesiones, habituales en algunas fiestas populares sin orquesta previa, es clara: «Ese es el tipo de DJ que no quiero ser y que gracias a todo el trabajo que llevo haciendo estoy más lejos de eso y más cerca de llegar, pinchar tu set, meter tu pendrive, soltarlo todo, hacer una sesión perfecta e irte».
Jennifer Cach reconoce también que la profesión presenta sus barreras. La abundancia de discjockeys emergentes enriquece la escena, pero a veces dificulta que se valore el trabajo de quienes llevan más tiempo construyendo una carrera. «Encontrar un DJ bueno es complicado, en ocasiones no se valora el trabajo y cuando realmente quieres seguir, expandirte a ciudades como Madrid, Mallorca, Ibiza o Málaga, lo que ocurre es que en ocasiones no lo quieren pagar», señala. En su experiencia, algunos locales prefieren contar con artistas dispuestos a pinchar durante más tiempo por menos dinero, aunque conlleve a que el resultado sea de peor calidad.
A esto se suma el hecho de que hay quien trabaja únicamente por visibilidad, aceptando sueldos mínimos o incluso inexistentes. Una realidad que, en su opinión, dificulta la rotación en cabinas de grandes ciudades, donde «siempre acaban pinchando los mismos». Frente a eso, ella insiste en su apuesta, diferenciarse con un estilo cuidado, sets preparados y la ambición de llevar su música a escenarios de mayor proyección.
Con todo este recorrido, Jennifer Cach afronta ahora un reto que marca un antes y un después en su carrera. Para ella, cada sesión es también una manera de llevar el espíritu del Bierzo a nuevas pistas de baile. Miami es su primer gran salto internacional, pero también un reflejo de una artista que apuesta por la calidad, la constancia y la ambición como señas de identidad.