El barrio «más puntero» de la capital berciana, abandonado: «Ponferrada no es Ponferrada, es Ponfenada»
La Asociación de Vecinos de La Rosaleda lamenta que tras más de 12 años de existencia del colectivo el barrio siga sin servicios básicos y sin ver cumplidas las promesas políticas
La Asociación de Vecinos de La Rosaleda, en Ponferrada, cumple más de doce años desde su creación y continúa reivindicando servicios básicos para un barrio que, según su presidente, Pedro Villanueva, «sigue olvidado por las administraciones».
«El barrio tenía un plano, una estructura que no se mantuvo en ningún momento. No hay ningún servicio, quitando el conservatorio. No tenemos un centro cívico, no tenemos absolutamente nada, y somos ahora mismo el barrio puntero de Ponferrada en habitantes», señala Villanueva.
La asociación nació para reclamar la construcción de un colegio, pero con el tiempo esa demanda dio paso a una reivindicación más amplia: la creación de un centro cívico que sirva como punto de encuentro vecinal.
Villanueva insiste en que la colectivo no depende de ningún partido político ni recibe ayudas. «Estamos registrados legalmente, pero no pedimos ayuda ni tenemos sede ni nada que se le parezca. Eso sí, cuando hay un problema gordo, la unión del barrio queda patente.»
Esa unión se demostró en 2019, cuando el entonces alcalde, Olegario Ramón, intentó implantar la ORA en el barrio. «Fue una falta de respeto, antes de las elecciones todos los partidos dijeron que no se pusiera la ORA en La Rosaleda. Pero nuestra sorpresa fue que Olegario dijo que sí el primer mes de legislatura, explica». «Recogimos 2.500 firmas en menos de dos días y estábamos a punto de llevar el escrito al Defensor del Pueblo, al final se reculó».
«El engaño es patente»
Villanueva acusa a las diferentes fuerzas políticas de incumplir sus promesas con La Rosaleda. «Ningún partido, absolutamente ninguno, ha hecho lo que había prometido a la asociación. Quizá lo del colegio era complicado, pero un centro cívico sí, son puestos de trabajo. Lo prometieron todos».
Según el presidente, el Ayuntamiento y la Junta deben incluir el proyecto en los presupuestos y no limitarse a «hablar de ello». «Ahí es donde nos quieren engañar a todos, diciendo que hay un proyecto, pero si no lo metes en los presupuestos, ¿de qué sirve? El engaño es patente y tienen una imagen del ciudadano como que no se entera.»
El presidente de la asociación amplía su crítica al conjunto de la política berciana. «Todo es no al Bierzo, hace falta que vengan personas que regeneren el espacio político y que reclamen para El Bierzo lo que le corresponde, y por ende para La Rosaleda y todos los barrios. Esta ciudad no tiene nada, no aporta nada. Ponferrada no es Ponferrada, es Ponfenada.»
«Aquí no viene nada»
La asociación considera que, pese a pequeñas actuaciones puntuales que están realizando últimamente, el barrio sigue olvidado, al igual que otros tantos. «Pedimos las obras para el verano en los parques, pasó el verano y ni una sombra. Luego vas a otras ciudades y ves unas sombras para los chavales, unos espacios de ocio estupendos, eso es lo que hace que se fije población, servicios y que los ciudadanos estén contentos en un espacio, que Ponferrada deje de ser Ponfenada y sea Ponfealgo.»
«Aquí no viene nada», lamenta. «Mantenemos la asociación por vergüenza, por los ciudadanos y por esas pequeñas modificaciones que sí se atienden, como los problemas de los árboles o el desbroce de las fincas, pero algo de lo que te sientas orgulloso, cero».