Varias personas caminando por la calle, una imagen de archivo. Rodrigo Jiménez

El Bierzo rural ante el espejo del racismo: una carrera de obstáculos de la vivienda al empleo

El CDR Afa Bierzo realiza un estudio sobre la situación del racismo en la comarca que muestra las principales problemáticas en pleno 2025

Álvaro Pérez

Ponferrada

Lunes, 8 de diciembre 2025, 09:24

En El Bierzo rural la convivencia con personas migrantes forma parte del paisaje desde hace décadas. La presencia histórica de familias caboverdianas, muchas ya de segunda generación, podría sugerir un territorio acostumbrado a la diversidad. Sin embargo, un estudio cualitativo sobre racismo estructural realizado en la comarca revela que la integración sigue marcada por barreras que, aunque no siempre se verbalizan, condicionan la vida cotidiana de quienes llegan y de quienes nacieron aquí con rasgos racializados.

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El trabajo de campo del estudio se llevó a cabo en distintas zonas rurales del Bierzo e incluye testimonios de profesionales, migrantes y personas racializadas. Entre los perfiles de profesionales entrevistados se encuentran trabajadoras y educadoras sociales, además de un abogado, una coordinadora de la CDR (Centro de Desarrollo Rural) AFA Bierzo y una integrante del Consejo Comarcal.

Las entrevistas permitieron detectar patrones que salen a la luz entre la burocracia, el acceso a la vivienda, la escuela y la vida social. Manuel Martínez, uno de los encargados de realizar el estudio, explica que el equipo buscó deliberadamente perfiles diversos: personas caboverdianas para «analizar cómo opera el estigma incluso en ciudadanos españoles», y «migrantes de países como Cuba o Venezuela con estudios superiores que chocan con el muro de la homologación académica».

Este estudio, basado en entrevistas semiestructuradas y grupos de discusión en localidades rurales del Bierzo, forma parte del estudio estatal de Coceder sobre racismo estructural en varias comarcas españolas, entre las que se encuentran el CDR Carrión de los Condes (Palencia), CDR Carrión y Ucieza (Palencia), CDR Portas Abertas (Ourense), CDR Alto Maestrazgo (Castellón), CDR La Safor (Valencia).

Barreras silenciosas

El informe revela que muchas personas migrantes buscan ayuda muy pronto tras llegar a la comarca, especialmente las mujeres, que tienden a contactar antes con los servicios sociales. La mayor parte de las consultas se concentran en los primeros meses, cuando los ahorros se agotan y es necesario encontrar empleo, vivienda y orientación.

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Las barreras más significativas son administrativas, especialmente en sanidad y educación. Aunque los profesionales destacan que la atención suele ser correcta, quienes están en situación irregular viven durante años con miedo, soportando vejaciones o malos tratos por temor a la expulsión. A pesar de ello, las redes entre personas migrantes funcionan como un colchón esencial e imprescindible para sobrellevar los primeros meses.

Los profesionales entrevistados coinciden en que el racismo existe y que, aunque muchos migrantes no lo verbalizan abiertamente, «cuando profundizas, sí cuentan cosas». Según el informe, el clima social actual, marcado por discursos políticos polarizados y desinformación, ha extendido actitudes defensivas y comentarios hostiles hacia quienes llegan de otros países.

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Algunos prejuicios son especialmente persistentes como la propia desconfianza hacia personas árabes, bromas hacia menores racializados o incluso peticiones explícitas de empleadores condicionando la contratación según el color de piel o la vestimenta religiosa. El racismo, señalan los técnicos, no siempre aparece en forma de agresión, sino como un filtro silencioso que limita oportunidades.

Discriminación en procesos de empleo

El acceso a la vivienda es uno de los puntos más críticos. En los primeros meses, muchas familias acaban en habitaciones o casas pequeñas debido a la falta de recursos.

Incluso cuando las personas migrantes cuentan con ingresos suficientes, la imposibilidad de demostrarlo por falta de documentación las deja fuera del mercado. Aunque los precios en el ámbito rural son inferiores a los de áreas urbanas, también lo es la oferta, lo que facilita abusos y reduce las opciones a estas familias.

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Los empleos más frecuentes para quienes llegan al Bierzo son los cuidados, la agricultura, la construcción o las renovables. Con el tiempo, y según se regulariza la situación administrativa, la inserción mejora. Aun así, el informe recoge episodios de discriminación en procesos de contratación, donde los profesionales explican como una muestra de lo asentados que siguen ciertos prejuicios.

En el ámbito educativo, aunque la escolarización se valora de forma positiva, algunas familias relatan episodios en los que se prejuzga a menores únicamente por su procedencia. También se detectan dificultades por falta de recursos de apoyo lingüístico, brecha digital y problemas para homologar títulos, una barrera clave para personas formadas que llegan desde países como Cuba o Venezuela.

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La representación social de las personas migrantes en la comarca sigue siendo baja. Aunque la población es numerosa en zonas del Bierzo, apenas aparece en espacios comunitarios o en órganos de participación.

Dentro del estudio, también existe un espacio para destacar la importancia del acompañamiento profesional y la necesidad de una mayor formación entre quienes trabajan con población migrante. Los testimonios recogidos apuntan a que algunas administraciones no siempre conocen la realidad de las personas a las que atienden y que la dispersión de servicios en el medio rural dificulta aún más el acceso.

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Falta de sensibilización

Las iniciativas comunitarias, aunque escasas, juegan un papel clave para generar vínculos y apoyar procesos de integración. Sin embargo, los profesionales coinciden en que sigue faltando sensibilización y espacios que fomenten la convivencia intercultural.

El Bierzo, según se demuestra en esta iniciativa, es una comarca donde la convivencia es posible, pero aún frágil. La discriminación no suele ser visible ni abierta, sino un conjunto de obstáculos que se acumulan y condicionan trayectorias. Frente a la falta de recursos y el peso de viejos prejuicios, la respuesta comunitaria y la voluntad institucional adquieren una relevancia esencial. El Bierzo, que ya ha convivido durante décadas con la diversidad, se encuentra ahora ante el desafío de convertir esa convivencia en igualdad real.

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