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La mayoría no conocían Ponferrada, algunos solo de oídas y otros la ubicaban incluso como un barrio de León, pero este año la han convertido en su hogar. Martín (Vigo), Pablo (León), Mario (Cáceres) y Jorge (Segovia), juegan un partido de pádel mientras el resto de compañeros y compañeras reparten su tiempo entre sus estudios y el gimnasio.
Ellos son cuatro de los 66 residentes que han estrenado el Colegio Mayor La Tebaida de Ponferrada en el curso 2024/25. Llevan poco más de un mes en la capital berciana pero se han adaptado perfectamente al Campus, donde la mayoría cursan estudios de la rama sanitaria, y también a la ciudad. Una ciudad que reconocen que a veces se les queda pequeña y en la que incluso algunos echan de menos el mar pero que los ha acogido con los brazos abiertos para que desde el primer día se sientan como en casa.
Martín estudia Fisioterapia. Buscaba un sitio que no estuviera muy lejos de su Galicia natal para iniciar su etapa universitaria y la capital berciana era «una buena opción». Se decantó por La Tebaida porque «vi que era un sitio nuevo, decidí venir a probar y estoy encantado».
El leonés Pablo, que le acompaña en la pista de pádel raqueta en mano, ya conocía Ponferrada por su cercanía a León y este año ha comenzado aquí Ingeniería Agraria y Forestal. También pensó que el Colegio Mayor era «una buena oportunidad, incluso de conocer gente». «Ha sido así y estoy encantado», remarca. Destaca que las instalaciones han sido «la mejor opción», teniendo en cuenta que son «las que más cerca me pillaban de León». «Están genial, más de lo que podemos pedir y en muy buen estado al ser nuevas, perfecto».
Algo que comparte también Mario llegado desde Cáceres, en su Extremadura natal. Se decantó por La Tebaida para pasar el curso y está encantado. «No conocía mucho de Ponferrada y está muy bien, la convivencia muy bien y las habitaciones también». Asegura que se está aclimatando, principalmenta a la climatología del Bierzo, «porque allí en Cáceres casi no llueve y aquí está semana lleva lloviendo todos los días», explica esbozando una sonrisa.
Jorge llegó a Ponferrada desde Segovia, estudia Fisioterapia y reconoce que la ciudad no era de sus primeras opciones pero al final «vine aquí y de momento estoy muy contento con la carrera, el sitio y la convivencia».
Todos ellos coinciden en destacar la comodidad que les ofrecía el Colegio Mayor como el principal aspecto que les hizo decantarse por residir en La Tebaida en su primer año en la universidad. «Ir a un piso de primeras sin conocer a la gente es más complicado y más incómodo y al final aquí haces muchos más amigos y te relaciones mucho más con el resto de personas», destaca Mario.
También jugó una baza importante en la elección la tranquilidad de sus familias. «Al caerme tan lejos mis padres también querían que fuera en un sitio en el que estuviera más atendido que en un piso que eres independiente y al venir aquí el servicio de comida lo tienes garantizado y es mejor que un piso por lo menos el primer año, al ser todos nuevos y de sitios diferentes y también nos ayudamos unos a otros», apunta Martín.
En la sala de estudio nos recibe Celia Collantes, acompañada por buena parte de las chicas que residen este curso en La Tebaida. Es de Cantabria y delante de su ordenador y sus apuntes relata que ha venido a estudiar Fisioterapia a Ponferrada. Para ella era la segunda opción «pero no había más» y el Colegio «era lo mejor que había aquí». A día de hoy le da un 10 a las instalaciones. «Están muy bien y estoy encantada», principalmente también por la gente que se ha encontrado y con la que comparte su día a día.
Llama la atención que la mayoría de los residentes en el Colegio Mayor de la Universidad de León en Ponferrada son chicas. Andrea González viene de Gijón ocupa una habitación individual y se ha estrenado este curso en Enfermería. Asegura que desembarcó en Ponferrada «porque la nota era más baja y había buen ambiente». Todas las chicas, excepto tres, están cursando grados de la rama sanitaria, una titulaciones que han hecho que el Campus sea conocido ya fuera de las fronteras provinciales con unas clases «más pequeñas y más cercanas». Sobre los motivos que le llevaron a instalarse en La Tebaida no duda: «Era nueva y tampoco había mucho más donde elegir».
Al igual que Andrea, medio Colegio es de Asturias. Precisamente Emma viene también de Gijón y en este caso es residente en habitación compartida. «He tenido mucha suerte con mi compañera», señala. Ella estudia Podología y asegura que siente muy bien en La Tebaida.
El Colegio Mayor cuenta con 58 habitaciones individuales que están todas ocupadas; ocho dobles de las cuales cuatro están cubiertas y ocho de adaptación a la movilidad. También están recibiendo semanalmente profesorado y Erasmus. Se trata de unas amplias y modernas instalaciones que cuentan con un sinfin de servicios pero que si tienen que elegir para sus momentos de ocio se quedan sin vacilar con el karaoke y el gimnasio donde se dejan ver habitualmente dos de sus residentes que además de compartir nombre, Marina ambas, una de Palencia y otra de Oviedo, comparten también aficiones: son yudocas. «En el gimnasio todos los días practicamos y también un poco de pesas», señalan. Las dos explican que conocieron La Tebaida por casualidad «buscando residencias por internet».
Al igual que buena parte de los residentes, ellas también buscaban la comodidad que da una Colegio Mayor y tenían claro que no querían vivir en un piso en su primer año como universitarias fuera de sus casas. «Hay que hacer muchas cosas, la comida y tal y es mucho más cómodo aquí», explica una. «Yo no quería estar sola en un piso y si te tocan malos compañeros o algo...», indica la otra. Ambas coinciden: «Aquí estamos súper bien».
Los estudiantes que se alojan en La Tebaida ven la ciudad «pequeña, a veces demasiado, pero muy guapa y muy cómoda». Si tienen que destacar algo se quedan con el casco antiguo. «Es bonita la zona del castillo», apuntan, sin dejar de lado la valía de sus gentes y su ambiente. «Hay aquí buena gente y también buena fiesta», resaltan. No en vano, The Room, Bamboo y Fanático se cuentan ya en la hoja de ruta de sus salidas.
Naroa es bilbaína y tiene 20 años, es de las mayores del Colegio Mayor donde la mayor parte de los residentes tienen 18 años. Hizo un grado superior después de Bachiller para entrar en Enfermería y logró plaza este curso en el Campus de Ponferrada. En el poco más de un mes que lleva en la ciudad, poco conoce aún del Bierzo aunque ya se ha dejado caer por Camponaraya junto a algunas de sus compañeras.
Si tienen que poner algún 'pero' en este momento es a los horarios del autobús que les trae de vuelta al Colegio después de sus clases, sobre todo por las tardes. Un aspecto sobre el que la directora del Colegio Mayor, Enedina Quiroga, ya avanza que es algo en lo que se está trabajando desde el Ayuntamiento. «Dada la premura en la apertura del colegio ahora mismo lo que existe en un servicio lanzadera para cubrir la demanda de casi el 80% de las clases que tienen los colegiales y en un futuro se está trabajando para que sea más amplio», reseñó.
Para el equipo directivo la puesta en marcha de La Tebaida «está siendo muy emocionante y es un reto muy apasionante», conscientes, no obstante, de que «como todos los comienzos, va poco a poco, pero está siendo muy gratificante», explicó la subdirectora del Colegio Mayor, Natalia Calvo.
«Nos estamos adaptando un poco a ellos y ellos también supongo que a nosotros, al final es un espacio de convivencia y estamos tratando de marcar esas directrices del día a día de manera conjunta», explicó su directora, Enedina Quiroga. Tiene claro que se trata de «un trabajo por su parte y también por la nuestra el tratar de acoplarnos todos a esa pieza de puzzle para que aunque la finalidad de este colegio es, obviamente, el rendimiento académico, aquí se viene a estudiar, pues que sea un espacio de convivencia en el que ellos puedan estar cómodamente durante todo su estancia», remarcó.
Precisamente este lunes día 14 de octubre los residentes han participado en sus primeras votaciones para elegir a sus representantes en el Consejo Colegial. «Lo que queremos crear es esa comunidad de la primera promoción de La Tebaida en la que todos aprenderemos de todos», apuntó la directora de La Tebaida.
Tienen claro que parten de cero en un proyecto totalmente nuevo. «No partimos de algo que ya esté establecido, sobre unas directrices ya puestas en marcha sino que aquí todos estamos aprendiendo de todos, aportando nuestro granito de arena y en algunas cosas con ensayo-error para buscar ese mecanismo de funcionamiento en el que todos estemos cómodamente», subrayó.
Un proyecto largamente acariciado por la Universidad de León que ha visto la luz después de una espera de más de 15 años y tras una inversión cercana a los 7 millones de euros que abre un futuro esperanzador convirtiendo a Ponferrada en una ciudad cada vez más universitaria.
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