
Humberto Merayo, responsable de fruticultura UGAL-UPA
«Si tuviéramos torres antiheladas crearíamos más empleo que el Hospital del Bierzo»Secciones
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Humberto Merayo, responsable de fruticultura UGAL-UPA
«Si tuviéramos torres antiheladas crearíamos más empleo que el Hospital del Bierzo»Dedicado de lleno a la agricultura, una pasión y un modo de vida que heredó de tradición familiar, Humberto Merayo fue uno de los primeros agricultores del Bierzo en instalar en sus plantaciones de frutales torres antiheladas. Lo hizo junto a su hermano en el año 2001 en una plantación de manzana reineta en un momento en que estaba contra las cuerdas. «Era o poner la torre o arrancarla porque nos helaba todos los años», señala.
La concatenación de heladas durante cuatro años seguidos en una finca de 3,5 hectáreas de frutales en el 2000 hizo que estuvieran varios años sin recoger ni un solo kilo de fruta lo que les llevó a tomar la decisión de apostar por los sistemas antihelada como una buena manera de garantizarse la cosecha. «Decidimos ponerla y fue a partir de ese momento cuando empecé a tener producción», apunta Humberto. Una decisión a la que se unieron otros fruticultores bercianos y que llevó a la instalación de un total de ocho sistemas antihelada en El Bierzo.
En esa misma campaña Humberto y su hermano pasaron de no tener un kilo de fruta a recoge prácticamente un 60 o un 70% de cosecha. Algo que evidencia que los sistemas antihelada funcionan y son necesarios en la comarca. «Es una cosa probada, demostrada y eficaz», remarca.
El desembarco de las primeras torres antiheladas en el campo berciano -hoy ya quince- coincidió con el nacimiento de las primeras cooperativas para las que sin duda lo más importante es tener fruta para poder mantener los puestos de trabajo. «Si a nosotros nos repercute unas ayudas directas nosotros vamos a tener siempre la posibilidad de devolver el dinero multiplicado por 10, por 15 o por 20 porque nuestra fruta va a los lineales y con eso tenemos una serie de gente que la envasa, todo el proceso que se hace es con gente, son puestos de trabajo, hacemos cajas todo en El Bierzo, entonces esa rueda cuando no hay fruta se para», señala el responsable de fruticultura UGAL-UPA en la provincia de León.
Una rueda que está convencido de que sería capaz de generar más empleo que el que da en este momento el Hospital del Bierzo. «No habría nadie que generara más puestos de trabajo que nosotros, eso es lo que yo le digo siempre a la administración», advierte. «Nosotros somos todos de aquí y el dinero se queda aquí», remarca, por eso para los fruticultores bercianos las torres son tan importantes porque con la producción helada lo que hacen es perder competitividad en los lineales. «Si no hay pera del Bierzo pues hay pera de Lérida», apunta Humberto Merayo. «Que un año tenemos una helada y tenemos un poco menos vale pero si a todos los lineales que abasteces los dejas un año a cero la gente busca en otros sitios y al año siguiente te han quitado una cuota de mercado que tienes que luchar de nuevo para volver a conseguir», resalta.
El responsable de fruticultura UGAL-UPA en León destaca, en este sentido, las «importantes» ayudas de la Consejería de Agricultura que facilitaron la instalación de las primeras torres antiheladas en la comarca a las que en aquel momento accedieron los fruticultores como subvenciones complementarias de modernización de concentración parcelaria, «pero ahora se han reformado de una manera las bases que si el año pasado se puso una este año será ninguna porque eso de que tengamos que poner una torre antihelada entre dos personas es un sinsentido», advierte.
El presupuesto de la consejería de Agricultura para ayudas para la instalación de sistemas antiheladas supera los 900.000 euros para cubrir una inversión por instalación que se sitúa cerca de 50.000 euros. Las nuevas bases aprobadas por la Junta contemplan la concesión de ayudas comunitarias que obligan a que sean al menos dos agricultores los que formalicen la solicitud lo que supone para ellos un hándicap.
«En El Bierzo cada uno tenemos apego a lo nuestro y no vamos a poner una torre para dos o tres, quién le echa el gasoil, quién lleva el mantenimiento... eso creemos que es inviable», todo ello teniendo en cuenta que ahora hay torres más pequeñas para superficies de dos hectáreas. «O cambian las bases de las ayudas o yo creo que no se va a poner ninguna», advirtió. «Es como si tú en tu casa para comprar un lavavajillas lo tienes que comprar a medias con el vecino», asevera.
Humberto Merayo es un fruticultor labrado en el campo. En la actualidad cuenta con 18 hectáreas con monocultivo de pera conferencia «que se libra un poco más de la helada y es más comercial y mejor a la hora de trabajarla», lo que le ha permitido pasar de un millón de kilos hace 20 años a 18 millones de kilos en la actualidad. «Lo importante es que donde hay torres antihelada tenemos más calidad que es igual a precio».
Por ello insiste en pedir a la Junta que tenga en cuenta que las facilidades a la hora de acceder a la instalación de torres antiheladas es vital para mantener los marchamos de calidad de la comarca. «Si quiere tener en El Bierzo siete sellos de calidad y mantener por lo menos la pera conferencia y la reineta lo que necesitamos es que las ayudas que las han metido como comunitarias la base principal del cambio es que la pongan de forma individual para que cada uno pueda comprar y pagar su torre o su sistema antihelada».
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