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El cierre del matadero de Toreno hace dos meses debido a la irregularidades detectadas por la Seguridad Social por parte de la anterior concesionaria ha vuelto a evidenciar la necesidad de un matadero comarcal para El Bierzo. Un situación que tiene al límite a los profesionales del sector y que les obliga casi a echarse la ternera a cuestas para realizar sus sacrificios en Astorga, Lugo o León.
«Son las únicas instalaciones que tenemos, hace 30 años había matadero en La Martina, en Bembibre, en Toreno y en Cacabelos, todos funcionaban, todos ganaban dinero y todo iba bien pero las infraestructuras se han ido liquidando una a una, unas por unas razones, otras por otras, y nos quedamos sin nada», lamenta el presidente de la Asociación de Ganaderos y Criadores de Ternera Natural del Bierzo (Ternabi), José María Rodríguez. «Si cerrasen Toreno estamos vendidos, a los pies de los caballos», remarca.
Precisamente en La Martina se erigen todavía las instalaciones abandonadas y totalmente expoliadas del antiguo matadero de Ponferrada. La empresa Rogelio Ramos, S.L., que contaba con una larga tradición y prestigio en el sector cárnico, echó el cierre de forma eventual a unas instalaciones municipales que gestionó hasta mayo de 2008 y cuyo cierre fue ordenado por el Servicio Territorial de Sanidad de la Junta en León que decidió paralizar cualquier tipo de actividad en las mismas por la falta de adaptación a la normativa sanitaria y medioambiental, ya que no contaba con una depuración adecuada y presentaba, además, problemas en las líneas de sacrificio.
Una situación que obligaba a acometer necesariamente obras de adecuación urgentes que permitieran garantizar unas condiciones sanitarias mínimas para evitar su cierre definitivo y que el Ayuntamiento vio inviable asumirlas por la elevada inversión que requería poner al día la infraestructura. Fue la propia empresa la que se hizo cargo de acometer las actuaciones necesarias para adaptar el recinto a la normativa europea pero un año después el desplome de clientes hizo imposible la remontada y el recinto cerró definitivamente sus puertas.
«Se acababa de hacer la depuradora, de poner un toro en el muelle para descargar las canales, tenía corrales en abundancia, cámaras frigoríficas a lo grande, estaba muy bien pero no pudo ser», explica el presidente de Ternabi.
Los ganaderos bercianos recuerdan como en aquel momento «parte de los clientes tuvimos que matar en otros mataderos como Bembibre, Toreno o donde fuera y hubo gente que quedó a gusto en otros sitios y no volvió». La empresa concesionaria tenía en plantilla a una veintena de trabajadores pero «necesitaba un volumen de trabajo que luego no le vino y se encontró en una situación de quebranto económico».
Un problema que intentaron salvar los operarios junto a los profesionales del sector para garantizar la continuidad de las instalaciones solicitando al Ayuntamiento su arrendamiento «pero el alcalde en aquel momento dijo que no estaba claro que quedase libre la concesión y no hubo nada que hacer», subrayan desde el sector.
Posteriormente comenzaron a repetirse las acciones de saqueo que echaron por tierra cualquier atisbo de sacar adelante un matadero que podría haber sido la esperanza para el sector ganadero de la comarca pero del que hoy solo quedan unas instalaciones en ruina. «Allí ya no queda nada, habría que hacer todo de nuevo», resaltan desde Ternabi.
Mientras tanto el ansiado matadero comarcal no es un proyecto que se vea factible por parte de los profesionales que aguardan la reapertura «inminente» de las instalaciones de Toreno por parte de la nueva concesionaria para recuperar las matanzas en El Bierzo.
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