Angustia en Igüeña: «Estuvimos acojonados cuatro horas porque teníamos el incendio encima»
El nuevo fuego declarado en los montes de la localidad obligó a evacuar el pueblo aunque en él se quedaron medio centenar de vecinos que este jueves, 21 de agosto, han sido confinados
«Estuvimos acojonados unas cuatro horas porque teníamos el incendio encima». Un tiempo que se hizo eterno y que vivieron con angustia los vecinos de Igüeña que veían como las llamas se abrían paso de forma súbita en un nuevo foco de fuego que asediaba al pueblo. Todo ello después de conocer que habían tenido que evacuar Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. «Fue muy angustioso», señala Marisol Blanco, que se desplazó a la localidad donde residen sus padres ante la amenaza del fuego.
«La situación mal porque teníamos un fuego en dirección a Colinas que peligraba muchísimo si se metía para un pinar y si saltaba a la carretera y el río, que era muy probable porque la maleza en el río toca los árboles de un lado con los del otro y si se mete ahí estábamos muy, muy jodidos, pero no solo nosotros, ahí probablemente llegara hasta Páramo del Sil», explica. «Luego teníamos otro frente por el valle de Bubín y uno más en lo que son las Eras aquí en Igüeña. Cualquiera de los tres sitios peligrosísimos», resalta.
En medio de la difícil situación la Guardia Civil les lanzó diferentes recomendaciones, entre ellas «que nos pusiéramos mascarilla por la toxicidad del humo». Luego la evacuación a los vecinos con problemas respiratorios o de movilidad por su seguridad. «A la gente se nos dejó libremente y estuvimos acojonados tranquilamente unas cuatro horas porque había viento, los contrafuegos que hicieron los bomberos fueron muy virulentos aparte del incendio contra el que estaba luchando», explica esta vecina de Igüeña. «Hubo un intervalo ahí de unas cuatro horas que fuera brutal», subraya todavía con el corazón encogido.
Confinados en sus casas
Fue una tarde larga, muy larga, la de este miércoles, 20 de agosto, que aventuraba una noche en la que iba a ser más que imposible conciliar el sueño. «Lo teníamos encima del pueblo en tres frentes, en el que se podía desbocar hacia Quintana, que hay un pinar inmenso y si se mete llega hasta Páramo del Sil y si no para llega y se junta con el de Anllares, el más próximo al pueblo en la zona de las Eras en el barrio del Corón y el que se nos metió en el valle de Bubín que es todo robledal y encinar con una riqueza tanto de bosque como de fauna».
En medio de la tensa espera que se prolongó durante horas y con el corazón en vilo viendo como las llamas coronaban el pueblo, finalmente las intensas labores realizadas por el amplio número de efectivos de lucha contra el fuego desplegados en la zona evitó el avance del fuego.
La suerte quiso que las llamas ni siquiera rozaran dos de las cabañas que acoge el valle de Bubín. «Ahí libraron», apunta Marisol Blanco. En la tarde de este jueves, 21 de agosto, los vecinos se echaron de nuevo al monte con la intención de salvar otra de las cabañas. «La gente del pueblo se va para la cabaña de arriba porque dice que el fuego va a entrar por ahí», indicó Marisol. Todo ello poco antes de que les confinaran en sus casas «porque dicen que no podemos estar por la calle».
A los vecinos de Igüeña aún les cuesta respirar y no acaban de ver el final de un incendio que ha puesto el contador a cero en sus vidas. «Esto es un sin acabar, parece que va bien y tienes buenas noticias de repente te viene el hostiazo por el otro lado».