El alcalde de Toral de los Vados se jubila después de 25 años

El alcalde de Toral de los Vados, Pedro Fernández, se jubila. El que ha sido regidor durante 25 años da un paso a un lado y se despide del primer sillón municipal tras seis legislaturas gobernando con mayoría absoluta los destinos del municipio.

Fernández cederá el bastón de mando a Alberto Quiroga, segundo en la lista de Toral y sus Pueblos, partido con el que revalidó la mayoría absoluta tras abandonar la disciplina de partido cuando el PSOE decidió optar como Laura Fernández como candidata en las últimas elecciones.

Será en el pleno que se celebrará el próximo jueves día 5 de noviembre en el que se votará al nuevo regidor municipal de Toral de los Vados y con el que se materializará el relevo en la alcaldía.

Pedro Fernández explica que con ello cumple con el acuerdo electoral con el que concurrió a los últimos comicios y que ya conocía su partido. No obstante, continuará en el grupo de gobierno como concejal hasta el final de la legislatura y ayudará a su sucesor en todo lo que esté en su mano. «Ahí estaré siempre», apuntó.

«La decisión la tenía tomada desde un principio y el grupo político al que pertenezco lo sabía», explicó el regidor. «Es una decisión muy personal y no ha habido ningún tipo de problema, ni mucho menos», remarcó.

Después de 25 años, el alcalde de Toral de los Vados encara «otra etapa» con la satisfacción del deber cumplido «porque me he dedicado enteramente a luchar por mi municipio» y convencido de que en el Ayuntamiento «tiene que haber una regeneración y un cambio de personas».

A su sucesor le recomienda «honestidad y humildad» dos valores que entiende que deben regir su labor al frente del consistorio, siempre a disposición de los vecinos. «Lo importante es que intente solucionar los problemas de los ciudadanos y conseguir proyectos comunes para que sea un ayuntamiento vivo».

De los proyectos conseguidos, el que más le llena de orgullo es la recuperación de los terrenos que permitieron poner en marcha la playa fluvial, unas instalaciones que se han convertido en un referente en toda la provincia. Por el contrario, lamenta que no haya podido salir adelante la zona logística, el bautizado en el año 2001 como puerto seco, en el que puso todo su empeño.

«Se empezó con mucha ilusión, comprando terrenos por parte del Estado pero vino una época de crisis, se paralizaron todos los proyectos a nivel nacional y ahí se quedó». Una iniciativa que cree que habría supuesto «un cambio importante para la comarca».

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