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La Torre de la Rosaleda de Ponferrada da el salto a Instagram de la mano del artista y experto en Estudios Urbanos Erik Harley.
El rascacielos que se erige como el edificio más alto de Castilla y León, con 107 metros y un total de 30 plantas, ha llamado la atención del instagramer (@preferiria.periferia) especializado en urbanismo, arquitectura y edificación que cuenta con más de 400.000 seguidores.
En un video lanzado en su red social, que lleva más de 16.500 'likes', el creador del Pormishuevismo, con el que divulga los casos de arquitectura especulativa y el despilfarro de dinero público en reportajes audiovisuales, rutas, redes sociales, radio, podcasts, televisión y otros formatos, explica como se gestó un rascacielos que «en su día quiso convertir Ponferrada en Benidorm, Manhattan o la casa del malo de Phineas y Ferb».
Harley apunta al edificio como «uno de los símbolos del estallido de la burbuja inmobiliaria española que nos ayuda a entender qué pasa cuando el mercado se regula solo». «Majestuoso, señorial, símbolo arquitectónico del diseño mundial», califica el instagramer a la Torre de la Rosaleda que corona el barrio del mismo nombre hacia el que se extendió la ciudad y que alberga más de un centenar de viviendas de lujo «con mármol en los baños, calefacción de suelo radiante y caja fuerte», explica.
Pero «como en toda gran historia de la burbuja inmobiliaria algo tenía que salir mal». Así, destaca como la constructora que se encargó de levantarlo «quebró antes de terminar la obra dejando una deuda de 70.000 euros, su presidente imputado en el caso Gürtel se desentendió del asunto y Torre de la Rosaleda pasó de icono moderno a icono de la especulación».
El creador del Pormishuevismo recuerda, además, como Hogalia, la promotora encargada de la venta y el alquiler de las viviendas, «dejó una deuda de más de 240.000 euros en gastos de comunidad». Erik Harley recuerda como en 2014 «salieron a subasta 70 pisos, tres oficinas, un local comercial y 148 plazas de garaje» pero «compradores ninguno». Al final «se quedó con todo la Sareb, el banco malo con el que todos los españoles salvamos los activos tóxicos del mercado autoregulándose».
Pone el foco, además, en el hecho de que «tras algunos años por fin encontraron un uso para mejorar la fama del edificio: plataforma de salto base». «Quién iba a decir que al final lo más rentable iba a ser saltar de la torre en paracaidas», remacha.
Fue a finales de 2023 cuando se vendió el último de los 70 pisos en manos de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) de la Torre de la Rosaleda de la capital berciana, un inmueble que ha subido al podio en más de una ocasión de los más feos del país.
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