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La joven estudiantes del IESVE de Ponferrada, Anaís Fernández junto a su madre, Ana González.
Sorda y sin intérprete: «Te crees que la culpa la tendrá tu hija por su discapacidad»

Ponferrada

Sorda y sin intérprete: «Te crees que la culpa la tendrá tu hija por su discapacidad»

La madre de una alumna del IESVE de Ponferrada exige a Educación que amplíe las horas de LSE que le ha recortado este curso para que que pueda acudir a sus clases

Carmen Ramos

Ponferrada

Sábado, 12 de octubre 2024

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Tiene 13 años, acaba de empezar 2º de Secundaria y es una alumna brillante. Anaís Fernández estudia en el Instituto de Educación Secundaria Virgen de la Encina de Ponferrada pero Educación no se lo pone nada fácil.

Sufre una hipoacusia severa profunda bilateral con implantes cocleares fallidos y para ella se hace imprescindible contar con una intérprete de lengua de signos a tiempo completo que le permita seguir sus clases. Un apoyo que requieren también otros dos alumnos del centro.

Necesita 30 horas semanales en su aula de segundo de la ESO pero la Dirección Provincial de Educación sólo le ha concedido este apoyo durante 20 horas por lo que carece de intérprete de lunes a jueves a última hora y los viernes ya no puede acudir a sus clases porque no lo tiene a ninguna hora. Una situación que reconoce que la hace sentirse «aislada, incomunicada y descolgada por completo».

Unidas en una misma lucha, la joven junto a su madre decidieron iniciar hace una semana una recogida de firmas en la plataforma Change.org en la que ya suman cerca de mil apoyos. Todo ello para denunciar la situación, «darle visibilidad al problema y que la gente sea consciente de lo que se hace con estos niños», explica Ana González. Todo ello con un objetivo claro: exigir una solución al considerar que la Dirección Provincial de Educación con estos recortes «está incumpliendo la ley educativa».

«Lo que están haciendo con ellos no tienen nombre, están vulnerando todos los derechos educativos, se están saltando la ley, son unos delincuentes, desde la 'd' hasta a la 's', y todo se puede argumentar con documentos», subraya la madre de la joven.

«Un año bien y dos mal»

Desde que escolarizó a su hija con tres años en el colegio Peñalba empezó su calvario. «Ha sido un año bien, dos mal, quejas a la Junta, denuncias al Procurador del Común, resuelven el asunto y al año siguiente vuelven otra vez», lamenta Ana.

A ello se suma el calendario con el que trabaja Educación que dificulta, y mucho, que los padres puedan demandar una solución antes de que se inicie el curso escolar. «Las peticiones a los recursos se hacen en junio y nosotros nos enteramos el día en el que nuestros hijos entran en el centro educativo que les corresponde, nos dejan muy poco margen de maniobra», remarca la madre de Anaís.

En este caso fue concretamente el día 12 de septiembre cuando «mi hija llegó al instituto y nos encontramos con esta papeleta». Asegura que el 16 de septiembre denunció el problema en la Junta de Castilla y León junto a la madre de otras de las niñas afectadas y el 23 de septiembre elevó la situación al Procurador del Común. «Al final el tiempo pasa, la Dirección Provincial nunca da la cara y abocan a estos niños al mayor de los fracasos y a nadie le preocupa», explica.

Insiste en que su hija «está aislada», teniendo encuenta que «el profesorado no conoce la lengua de signos y el único nexo de comunicación con los docentes y con sus compañeros es la intérprete». Por ello exige que se le reconozca a su hija lo que por ley le corresponde. «En el artículo 170 de la ley educativa está registrado igualdad, inclusión, integridad, están vulnerando la ley educativa como les da la gana, y la Constitución no la escribimos los padres, no estoy pidiendo nada que no le corresponda por ley a mi hija, lo que pido es que tenga los apoyos que necesita a tiempo completo, ella y sus compañeros», apunta.

Ana valora especialmente el apoyo de los profesores, compañeros y del centro «que apoyan a mi hija al cien por cien». No entiende porqué Educación no atiende las peticiones del Equipo Específico de Auditivos de la Consejería que es el encargado de hacer las solicitudes de las peticiones de apoyos. «Han concedido 20 horas en bloque, sin especificar para quiénes son, cuando la petición era de 45 horas, 30 para mi hija y 15 para sus otros dos compañeros», indica.

Buenos expedientes académicos

Tanto Anaís como sus otros dos compañeros son niños con expedientes académicos muy buenos a pesar de su discapacidad, por lo que su madre no logra entender «qué criterios utiliza la Dirección Provincial de Educación para hacer esto un año sí y al siguiente también».

Lamenta, además, las respuestas «absurdas» que ha recibido a las quejas presentadas en la Junta así como el baile de departamento en departamento «a los que te van pasando cuando llamas y nadie te da una respuesta concreta». «Te tratan con una soberbia, con una prepotencia, con una dejadez, que al final tú te crees que la culpa de todo encima la tendrá tu hija por tener una discapacidad», asevera.

Ana González reconoce que su hija «está un poco superada» por esta situación porque «es consciente de que sin su nexo de unión en el aula es todo muy complicado». «Ella ve que por mucho que se quiera esforzar es imposible seguir el ritmo en las materias, aparte que la incomunicación y el aislamiento es brutal», remarca.

Como brutal es también la impotencia que siente como madre. «Si te ponen una queja argumentada y más que argumentada y saben que tienes toda la razón por qué siguen cruzados de brazos», concluye.

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