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Nuevo contratiempo para la rehabilitación del Hospitalillo del Pozo Viejo de Fabero. La licitación de las obras estaba prevista para enero de este año pero un nuevo retraso aplaza a 2025 el inicio de las actuaciones en este edificio emblemático del área industrial denominada Pozo Viejo, ubicada en la localidad de Lillo del Bierzo.
La alcaldesa de Fabero, Mari Paz Martínez, señaló que las últimas previsiones que tienen por parte del Gobierno de España es que en el mes de septiembre de este 2024 se saquen a licitación las obras, que la adjudicación esté resuelta en diciembre y que se pueda comenzar la actuación en el primer trimestre de 2025.
Además, el proyecto ha sufrido también un cambio en el presupuesto. «Se tuvo que aumentar la partida presupuestaria, eran más de 300.000 euros pero ahora con la subida de precios han tenido que aumentar hasta más de 400.000 euros pero que en septiembre la licitan, en diciembre esperan ya tenerla resuelta para que comiencen las obras en el primer trimestre del año», añadió la regidora.
De este modo, Mari Paz Martínez espera que la rehabilitación del Hospitalillo no sufra más retrasos y recuerda que fue incluida en los Presupuestos Generales del 2019 «y las obras van a empezar en el 25».
Y es que a lo largo de estos años ha habido varios escollos que superar, empezando por problemas con la luz, «intentamos solventarlo, en diciembre del año pasado vino un equipo de Madrid que lo estuvieron viendo y parece que ya se empezó a mover. Pensaban que el Hospitalillo estaba en una zona alejada y cuando vieron donde estaba, dentro de un entorno, de un contexto, ya les parecía más normal».
Por lo tanto, con «muchísimo retraso, esto es más largo que un mes sin pan», la regidora confía en que ahora sí tome impulso y en 2025 comiencen las obras para acondicionar el Hospitalillo y luego musealizarlo para convertirlo en un nuevo reclamo turístico dentro de ese patrimonio del conjunto etnológico minero, el primero declarado Bien de Interés Cultural de Castilla y León.
El edificio, que en su momento servía para hospitalizar a los mineros accidentados o con dolencias propias de aquel duro trabajo y que formaba parte de las edificaciones de la empresa Antracitas de Fabero, tuvo una primera intervención en el año 2019 por parte de Patrimonio con el objetivo de atajar el estado de ruina que presentaba.
Así, se llevó a cabo el refuerzo y apuntalamiento de los elementos que ponían en riesgo la estabilidad estructural del inmueble con un presupuesto de 32.248 euros.
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