Borrar
Ejemplar de Promesa, un periódico local activo de 1944 a 1957, informando sobre el Gordo del 48 que se puede consultar en la Biblioteca Municipal. E.Jiménez

Lotería de Navidad

Cuando la suerte de doña Manolita llegó a Ponferrada

En 1948 la capital berciana fue una de las ciudades agraciadas con el Gordo de la Lotería de Navidad gracias al Bar La Paloma, que adquirió 2.200 pesetas y repartió más de 16 millones entre los ponferradinos de la época

Esther Jiménez

Ponferrada

Jueves, 21 de diciembre 2023, 08:15

Una de las tradiciones más esperadas de estas fechas es el sorteo de Navidad que se celebra cada año el 22 de diciembre. Es un día en el que se cruzan los dedos y todo el mundo desea que la fortuna le sonría, por lo que desde primera hora muchos españoles están pegados a los medios de comunicación para ver si los niños de San Ildefonso cantan el número que descansa sobre la mesa.

El 26664 fue el número de la suerte en el año 1948 y Ponferrada fue una de las ciudades agraciadas. Aunque la buena fortuna no había sido esquiva con la capital del Bierzo, ya que con anterioridad a esa fecha, había caído un sexto premio en el Bar Olego y un vigésimo del gordo.

Pero en 1948 el Bar La Paloma fue quien trajo el Gordo, después de que la famosa lotera madrileña Doña Manolita -que hoy en día sigue siendo uno de los lugares más icónicos de España para adquirir lotería- enviara 2.200 pesetas.

Un premio que repartió más de 16 millones de pesetas, según se recoge en el periódico local de la época, Promesa, entre «la clase productora». Entre ellos, guardas jurados y encargadas de la limpieza de la MSP, obreros, el portero del Bergidum, empleados de bancos, obreros de Renfe, incluso «un chavalillo que se dedicaba a limpiabotas y que no cuenta más de 14 años llevaba 10 pesetas». En su mayoría fueron participaciones de 5 pesetas, pero hubo personas, como José López Quiroga, que jugaron 200 y le tocaron 1.250.000 pesetas.

Los agraciados con el Gordo

«Un chavalillo que se dedicaba a limpiabotas y que no cuenta más de 14 años llevaba 10 pesetas»

Promesa

José Jiménez todavía no había nacido en ese entonces pero, según le contaron después, su tía Carmen y su marido fueron unos de los agraciados. Habían jugado una participación de 5 pesetas y con lo que ganaron «les dio para comprar pasajes a Venezuela y también para ayudar a vecinos que lo estaban pasando mal». Además, recuerda una anécdota que le contaba su padre de ese año, cuando todavía estaba de novio con su madre, que vivía en una calle paralela al Bar La Paloma, y en una salida con un grupo de amigos «iban por la calle, por la acera contraria al bar y alguno dijo de ir a jugar la lotería pero había un charco muy grande en la calle y por no saltarlo o mojarse fueron a otro bar donde compraron lotería y no les tocó».

Local que en su día fue el bar La Paloma, en la calle Eladia Baylina. E.Jiménez

El bar La Paloma

El bar estaba regentado por Enrique Girondo Injerto y su cuñado Manuel Núñez Silva, que eran gallegos, en concreto de Los Nogales, en Lugo, «y hace algún tiempo que vinimos a Ponferrada», como se recogía en Promesa. No se supo la cantidad que ganaron los dueños porque no lo quisieron revelar pero sí que poco después dejaron el negocio y uno de ellos se fue a Galicia donde montó una vaquería y otro construyó un edificio con otro bar en el bajo en el centro de la capital berciana. Llama la atención en esa publicación local, dentro de los artículos dedicados al Gordo, un «aviso a las señoritas» en el que decía que uno de los dueños del Bar La Paloma, en concreto Enrique Girondo, de 30 años, estaba soltero.

En el año 51, adquirió el bar un matrimonio, él minero de Vega de Espinareda que tuvo que pedir prestado a familiares y amigos la mitad del traspaso del negocio. Su hijo, Javier, asegura que incluso diez años después de que el Bar La Paloma diera el gordo había colas para comprar la lotería de Navidad allí.

El «aviso a las señoritas» del periódico para informar que uno de los dueños de La Paloma estaba soltero. E.Jiménez

Anécdotas tras el sorteo

El periódico Promesa, que estuvo activo entre 1944 y 1957 y que era editado por el Frente de Juventudes de Ponferrada, recoge además anécdotas de algunas de las personas que se hicieron con un «pellizco» del primer premio. Como la de un trabajador del Banco Hispano Americano, Vicente Pozas, que oyó como un compañero repetía al teléfono el número 26664. Ese número le sonaba y se retiró a comprobarlo para que sus compañeros «no le llamasen iluso». «Lo que allí sucedió sólo él lo sabe. Lo cierto es que volvió como había ido y fue necesario que unos señores que entraban en el banco dijesen que en el Bar La Paloma había caído el gordo. Entonces se levantó pálido, casi temblando y dijo ¡Juego diez pesetas de ese número!. Y era cierto, la suerte le había llamado», relatan en el periódico.

Otro afortunado, Eduardo B. Quiroga se había hecho con 10 pesetas de participación, trabajaba en la construcción, donde le enseñó a un pinche el número y éste le afirmó que en el número 26664 iba a caer el Gordo. «Tanto insistió que le prometió que en caso de caer fuese cierto le regalaba una gabardina. Y tocó. Tanto se emocionó el pinche al saber que había acertado, que no pudo continuar trabajando. ¡Qué guapo va a estar con la gabardina!», informaron en su momento.

Y así muchas anécdotas de sueños que se iban a poder cumplir y que desde Promesa desearon a los agraciados «que sepan emplear su dinero y que no se olviden de los pobres de Ponferrada».

Y aunque en la actualidad el Bar La Paloma ya no existe, la buena fortuna puede volver a sonreír a la capital berciana. Así que, dedos cruzados y que la suerte acompañe a todos los bercianos para el sorteo de este viernes.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elbierzonoticias Cuando la suerte de doña Manolita llegó a Ponferrada

Cuando la suerte de doña Manolita llegó a Ponferrada