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El alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, presentó este martes en la plaza del Ayuntamiento la última adquisición para el servicio de Bomberos. Se trata de un camión para trabajar en altura y que por sus dimensiones más reducidas permite actuar en el medio rural y en la zona del casco antiguo, «porque se suelen dar condiciones de calles estrechas, viviendas no demasiado altas, viviendas con madera y viviendas con chimeneas», explicó el regidor.
Son, además, un tipo de incendios especialmente peligroso para los propios bomberos, ya que «en invierno hay cubiertas heladas y tienen que anclarse con cuerdas, son incendios cuya extinción genera un riesgo real para los bomberos y con esta adquisición lo que logramos es poder trabajar sobre los incendios en las cubiertas sin la necesidad de poner en riesgo la vida y la integridad de nuestros bomberos».
El camión en cuestión costó 150.000 euros de fondos propios del Ayuntamiento y consta de 180 caballos, se puede alzar hasta 22 metro, en la cazoleta pueden trabajar dos bomberos y permite girar 360 grados y moverse de manera lateral hasta diez metros. Además, cuenta con conexión de agua y eléctrica hasta arriba.
Con todo ello, y a falta de otra motobomba, furgonetas para trabajo especializado y diverso material, la inversión durante este mandato para el servicio de Bomberos ha sido de 2,8 millones -entre fondos propios y europeos-, a los que se suman los 690.000 euros del convenio con la Diputación de León y la aportación de Unespa. «Casi 4 millones que permiten tener buen material, buenos vehículos e incrementar el personal conforme a las necesidades de la ciudad y sus pueblos», concluyó el alcalde.
Por otro lado, a partir del 1 de abril el servicio de bomberos de Ponferrada dejará de asistir a las intervenciones que se produzcan en la zona de Laciana, fecha en la que está prevista la puesta en marcha del parque comarcal de Villablino.
Esto aliviará el trabajo de los bomberos ponferradinos, que seguirán prestando servicio en el Bierzo y Cabrera, aunque, como reconoció el jefe del servicio, Olivier Bao, «nuestras intervenciones en la zona de Villablino no eran excesivas porque contaban con personal voluntario que las pequeñas incidencias las resolvían, por tanto en muchas ocasiones iniciábamos el trayecto y podíamos regresar a los pocos minutos porque ellos ya habían resuelto el incidente. Donde sí actuábamos era en intervenciones serias y graves».
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