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Héroes en el asfalto y también sobre la arena. Diego Gallego, Carlos Arias, Miguel Merino y Rubén Nuevo, cuatro policías municipales de Ponferrada, se coronaron en la Škoda Titan Desert Morocco 2024, una de las carreras de ciclismo de montaña más duras.
Quizás no lo hicieron subiendo al número uno del podio a pesar de los excelentes resultados pero sí lo hicieron en solidaridad. Y es que por delante tuvieron casi 600 kilómetros y un importante desafío: recaudar fondos para la asociaciones locales Asprona Bierzo y Asperle. Un propósito que lograron sumando 6.000 euros en patrocinios.
La extensa 'sábana' de arena del gran desierto del Sáhara marroquí fue testigo de su hazaña deportiva y solidaria en una prueba que se desarrolló del 28 de abril al 3 de mayo. A lo largo de seis etapas cerca de 500 participantes de diferentes nacionalidades se enfrentaron al reto del desierto con más de 6.000 metros de desnivel acumulado.
Toda una muestra de arrojo y coraje haciendo frente por ellos mismos a todos los contratiempos e incluso con etapas donde tan solo los hitos dispuestos por la organización y el instinto fueron sus únicos guías en las pruebas de navegación en las que no podían echar mano del GPS. Una situación en la que también su larga experiencia en participación en pruebas deportivas jugó su baza.
Han vuelto a casa con el regusto de una «sensación muy buena», teniendo en cuenta que «era la primera vez que hacíamos una aventura así, una prueba tan dura de seis etapas y seis días». Pero sin duda lo más duro ha sido para ellos cada una de las postetapas. «El dormir en jaimas, el no poder descansar y recuperar bien, eso le da un plus que la hace especialmente dura», relata Diego Gallego, uno de los policías municipales participantes.
En esta prueba para ellos el aspecto competitivo quedaba en un segundo plano porque «la idea era organizar esta aventura con un fin solidario», señala Gallego. La iniciativa partió del intendente jefe de la Policía Local, Arturo Pereira. «Lo comentaron con varios compañeros y nos animamos los cuatro participantes que fuimos», explica.
Para afrontar este reto «en el que compites contra ti mismo» la preparación mental fue fundamental para los cuatro, y, por supuesto, también la física teniendo en cuenta las severas condiciones de clima y de terreno a las que se tenían que enfrentar. «Fue muy complicado porque aquí no tenemos esas condiciones meteorológicas y el terreno del desierto de Marruecos es muy duro, no es fácil para poder andar en bici de montaña, no se pueden entrenar las dunas porque aquí no tenemos arena», apunta Gallego.
Reconoce, no obstante, que quizá la climatología de la comarca pudo ayudarles a afrontar los rigores del desierto porque «nos da un punto de dureza que nos hace adaptarnos camaleónicamente a todo y como dice mi compañero Carlos para doblar a uno del Bierzo tienen que sudar los demás y mucho».
Los bercianos se batieron el cobre con participantes españoles, franceses, americanos o sudamericanos, entre otros, recorriendo a lomos de sus bicicleta las dunas del Erg Chebbi o las montañas de la cordillera del Atlas, entre otros escenarios que contemplaba el recorrido. «Los primeros días se hicieron en la precordillera del Atlas estuvimos a una altitud de partida de 1.700 metros, llegamos a los 2.200 y durante muchos kilómetros nos mantuvimos en esa altitud lo cual hace que se coja un desnivel considerable», relata Diego.
Los siguientes días afrontaron etapas más llanas con menos desnivel pero «mucho más rodadoras, en las que adquieres mucha más velocidad porque son mucho más constantes». Acercándose ya a la zona de dunas llegaban las dificultades. «Nos encontrábamos con bancos de arena que te obligaban a frenar el ritmo, algo muy complicado poder pedalear sobre la arena que hacía que aunque tuvieran menos desnivel eran etapas duras».
Los cuatro llegaron a la meta completando con éxito los 600 kilómetros de la prueba. En la clasificación por equipos quedaron los cuartos. En la clasificación individual general Diego Gallego logró el puesto 30, Carlos Arias el 31, Miguel Merino el 52 y Rubén Nuevo el 198. «Era inimaginable que pudiéramos rendir a ese nivel», declara el policía municipal Diego Gallego.
Ya en Ponferrada y echando la vista atrás reconoce que quizás les favoreció la climatología. «Aunque fue un poco adversa en cuanto a bajas temperaturas, que sorprendieron a todo el mundo incluso a la propia organización, nos favoreció a nosotros que veníamos del invierno, con temperaturas bajas, por suerte el día que más calor pudimos pasar encima de la bici se alcanzaron 35 grados allí no es mucho y eso nos pudo favorecer un poco el que rindiéramos a ese nivel».
Disfrutada y sufrida «a partes iguales» la aventura, los cuatro policías municipales de Ponferradaa ya miran a un próximo desafío. «No sabemos si repetir esta u otra pero seguramente más adelante volveremos a organizar y a hacer alguna».
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Sara I. Belled y Clara Alba
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