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Jorge Morán, camarero de La Destilería, estuvo confinado en el interior del bar debido al escape de gas en la calle Obispo Osmundo. Carmen Ramos
«Me dijeron que nos encerrásemos, que no saliéramos y que apagásemos las luces»

Escape de gas en Ponferrada

«Me dijeron que nos encerrásemos, que no saliéramos y que apagásemos las luces»

Los trabajadores de un bar y de establecimientos situados en las calles Obispo Osmundo y Ancha relatan cómo vivieron el confinamiento y el desalojo provocado por el segundo escape de gas ocurrido en la zona en tan solo nueve días

Carmen Ramos

Ponferrada

Jueves, 6 de marzo 2025

Eran sobre las 12:45 horas cuando los bomberos de Ponferrada les avisaron de que se tenían que confinar por un nuevo escape de gas. Se trataba del segundo en tan solo nueve días provocado por las obras de urbanización en la calle Obispo Osmundo al pinchar una tubería de la red.

Jorge Morán, empleado del Bar La Destilería, se libró del primero pero el segundo le cogió de lleno en su puesto de trabajo, a escasos metros del lugar donde este miércoles, 5 de marzo, tuvo lugar la fuga. Una hora en la que casualmente «en ese momento no había nadie», señala. Reconoce que «ahora con las obras hay menos gente» pero asegura que «nos extrañó que se hubiera vaciado esto». Cree que quizá pudo ser «porque ya debían de haber cortado antes los accesos» para los peatones por la zona afectada.

Detrás de la barra del bar y sin saber todavía que era lo que estaba pasando, sí que le llamó la atención a Jorge, al igual que a su compañera también camarera, un sonido potente que llegaba de la calle. «Era un ruido bastante fuerte y hasta incluso dudamos si sería eso, luego llegamos a la conclusión de que sí», explica.

Relata como hubo un momento en el que el ruido que escuchaban cesó y fue cuando vieron a los bomberos. Precisamente, uno de los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) desplazado al lugar del suceso les avisó de que cerraran la puerta y no salieran del bar. «Vi a un bombero, me asomé, le pregunté y ya me dijeron que nos encerrásemos, que no saliésemos, que apagáramos las luces, por si acaso, y nada más», relata el camarero de La Destilería.

Y así lo hicieron. Fue durante poco más de media hora, «30 o 40 minutos nada más», indica Jorge, que recuerda que hubo un momento en el que el ruido que escuchaban cesó y fue entonces cuando vieron a los bomberos que comenzaban a realizar las inspecciones en los inmuebles. «Fueron edificio por edificio para medir, fue muy rápido», explica Morán.

En cualquier caso, este camarero le quita dramatismo a un suceso que, afortunadamente, también esta segunda vez no tuvo consecuencias y se saldó sin provocar daños personales ni materiales. «Malo será, y si hay que morir pues se muere, tampoco...», ironizaba entre risas Jorge desde el otro lado de la barra una vez pasado el incidente.

Imagen del supermercado, de los operarios trabajando en el punto donde ocurrió el escape de gas y de las obras en Obispo Osmundo.
Imagen principal - Imagen del supermercado, de los operarios trabajando en el punto donde ocurrió el escape de gas y de las obras en Obispo Osmundo.
Imagen secundaria 1 - Imagen del supermercado, de los operarios trabajando en el punto donde ocurrió el escape de gas y de las obras en Obispo Osmundo.
Imagen secundaria 2 - Imagen del supermercado, de los operarios trabajando en el punto donde ocurrió el escape de gas y de las obras en Obispo Osmundo.

Llevan casi dos meses de obras y aunque notan que ha disminuido un poco la gente en el bar tienen claro que el cambio se notará. «En nada va a estar acabado y ya queda una calle muy bien y todo mejor, el caso es tener un poco de paciencia y ya está», remarca.

Desalojo de algunas tiendas

En las inmediaciones del punto donde ocurrió el segundo escape de gas en apenas nueve días en la zona alta de Ponferrada se encuentra también el supermercado Gadis. La encargada que estaba en ese momento en el establecimiento, que ha preferido no dar su nombre, apuntaba que «la Policía Municipal nos explicó que nosotros no entrábamos dentro del círculo afectado». Todo ello a diferencia del escape anterior ocurrido el día 24 de febrero en el que el establecimiento fue desalojado.

En la calle Ancha, trabajadoras de otros establecimientos situados cerca del lugar donde se produjo este episodio, que también han optado por permanecer en el anonimato, lamentaban que «ya es la segunda vez que pasa». A diferencia del supermercado, ellas sí que tuvieron que salir de sus tiendas. También fueron desalojados los clientes que tenían en ese momento en su interior.

Ellas no dudan en poner el énfasis en las «pérdidas» de ventas que les ocasionan estos desalojos porque «no viene gente y la calle se corta, no sabes si va a estallar, si no...». Pese a todo, aseguran que en este caso y ya por tratarse de un suceso que se repite «la gente se lo ha tomado con tranquilidad, debe de pensar que como es la segunda vez no explotamos», concluyen.

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