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Sábado, 4 de junio 2016, 23:23
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La Ponferradina llora el descenso de categoría. Lo hace en una tarde noche dramática, en la que las lágrimas han sido protagonistas. No hubo victoria ante el Girona, no hubo opción alguna. El drama del descenso se ha hecho realidad.
Todos los fantasmas que podían ensombrecer a la Ponferradina se dieron la mano en esta jornada y lo hicieron en una forma dramática. Le valía al equipo berciano con una victoria, pero lo cierto es que nunca la tuvo cerca. Nunca jamás.
El drama se pudo ver a cada segundo en un Toralín lleno a reventar. Un estadio entregado a su equipo, que anhelaba la permanencia, pero que terminó sumido en un valle de lágrimas.
El drama se hizo mayor aún en los minutos finales. Un gol de Cristian Herrera en los últimos minutos de partido decidió la suerte de una Ponferradina que la próxima temporada jugará en Segunda B.
La Ponferradina se ha vestido de luto en un día que quedará para la historia por el enorme dolor que provoca. El equipo berciano regresa a Segunda B después de cuatro temporadas consecutivas en la Liga Adelante, en alguna incluso rozando disputar las eliminatorias de ascenso.
Ha sido la actual una dura campaña en la que todo ha salido mal. En el banquillo no ha habido estabilidad alguna y hasta cuatro entrenadores han pasado por el vestuario.
Mal asunto ese si además se mezcla con la pérdida del capitán y principal referencia ofensiva, el brasileño Yuri de Souza.
Ahora es tiempo para la reflexión. Atrás queda el partido vivido en El Toralín, donde es cierto el equipo puso todo para conseguir la salvación. Pero no era el día.
El partido
El Girona cerraba todos los espacios a una Deportiva imprecisa, quizá acusando más los nervios, con los catalanes llevando la iniciativa y creando más de un susto con la verticalidad de Rubén Sobrino que en el minuto 17 se fue hasta la línea de fondo, aunque luego no precisara en el pase a un compañero.
A medida que los marcadores se iban moviendo se pasaba de la alegría a la preocupación y hasta la decepción poco antes del descanso tras el segundo gol del Mallorca en Valladolid.
El partido transcurría con nervios en un querer y no poder de la Deportiva hasta terminar todo en una contra llevada por Maffeo que encontró a Cristian Herrera para, a placer, sumar el 0-1 en el minuto 87.
El gol fue un mazazo y los locales ya fueron incapaces siquiera de disparar a puerta, encajando una derrota que sentenciaba un descenso.
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