Vivir intensamente, con buen asesoramiento

Gerardo Seeliger, exdeportista olímpico, empresario internacional y presidente de la fundación Madrid Open City, ha dedicado su vida a vivir con intensidad. Gracias a la hipoteca inversa de Santander MAPFRE y al acompañamiento de Daniel Romero, consultor financiero de MAPFRE, ha encontrado una fórmula para mantener su estilo de vida, impulsar nuevos proyectos y asegurar su futuro sin dejar atrás su hogar ni comprometer la herencia para sus hijos

Gerardo Seeliger, exdeportista olímpico, empresario internacional y presidente de la fundación Madrid Open City, ha dedicado su vida a vivir con intensidad.Gracias a la hipoteca inversa de Santander MAPFRE y al acompañamiento de Daniel Romero, consultor financiero de MAPFRE, ha encontrado una fórmula para mantener su estilo de vida, impulsar nuevos proyectos y asegurar su futuro sin dejar atrás su hogar ni comprometer la herencia para sus hijos.

Una casa llena de historia

En el corazón de la Moraleja, en Madrid, rodeado recuerdos de una vida vibrante, nos recibe Gerardo Seeliger: fotos con el Rey y con Margaret Thatcher, fósiles, libros y  trofeos de vela. – “He vivido intensamente, y sigo haciéndolo. Quiero que cada día valga la pena”–, dice mientras repasa los mapas de sus innumerables viajes por el mundo (guarda uno de cada sitio por el que ha pasado). Su vida es una mezcla de deporte, empresa y aventura.

Representó a España en las Olimpiadas del 72, ha dado la vuelta al mundo cinco veces y habla cuatro idiomas con fluidez, pero, sobre todo, es una persona que sigue buscando la libertad.

El valor de la continuidad

En su trayectoria profesional ha sido banquero, directivo y headhunter internacional, aunque Gerardo admite que no le gusta que le llamen headhunter – “Yo prefiero el término Cazatalentos…buscar talento y estar en contacto con personas valiosas sigue siendo una de mis grandes pasiones”–.

Ahora lidera Madrid Open City, una fundación que quiere posicionar la capital como epicentro cultural y empresarial a nivel global. Sin embargo, mantener ese nivel de actividad requiere seguridad financiera. –“La hipoteca inversa me permite vivir con libertad, sin comprometer el legado que dejaré a mis hijos. Me da seguridad y sobre todo, continuidad.”

La hipoteca inversa, como su propio nombre indica, funciona al contrario que una hipoteca tradicional: en lugar de que el cliente pague al banco, es el banco quien paga al cliente mediante ingresos mensuales garantizados, utilizando su vivienda habitual como garantía. Está pensada para personas mayores de 65 años que quieran complementar sus ingresos sin perder la propiedad ni tener que abandonar su casa. No se exige ninguna devolución mientras el titular viva; serán los herederos quienes decidirán si cancelan la deuda, venden la vivienda o buscan financiación para conservarla. Además, el dinero recibido no tributa como renta, y Gerardo contó con asesoramiento personalizado en todo momento.

El encuentro con Daniel

Gerardo conoció a Daniel Romero, especialista en hipoteca inversa de MAPFRE, cuando fue a asesorarse. –“Vino a la oficina a informarse y enseguida conectamos. Es una persona admirable, vital y con una visión clara de la vida”–, recuerda Daniel. Tras varias reuniones, construyeron una relación de confianza que fue más allá del producto financiero.

–“Desde el principio confié en Daniel. No firmé nada sin que él lo validara primero. Hoy no solo es mi asesor, es alguien en quien confío plenamente”–, afirma Gerardo. La relación entre ambos es cercana, fluida y basada en la transparencia.

La hipoteca inversa de Santander MAPFRE: vivir sin renunciar

–“La hipoteca inversa es una forma inteligente de transformar parte del valor de tu vivienda en ingresos sin dejar tu casa”–, explica Daniel. En el caso de Gerardo, esta opción le ha permitido financiar sus actividades, mantener su calidad de vida y tenerlo todo planificado, sin renunciar al legado familiar.

Para Gerardo, lo importante en la vida es tener la libertad para hacer lo que le hace vibrar. La hipoteca inversa le ha dado la posibilidad de seguir haciendo un trabajo que le interesa y le divierte, y combinarlo con la gran variedad de deportes que le gustan: la vela, las motos, el esquí o el submarinismo.

Daniel lo resume así: –“Gerardo es el claro ejemplo de cómo seguir viviendo intensamente a cualquier edad. Me enorgullece haber contribuido a que no pierda ni un ápice de esa pasión con la que vive.”–.