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Rocío Díaz o la gallega que ha hecho de la hospitalidad su tarjeta de visita

Apenas hay cobertura en la cafetería donde Rocío atiende desde primera hora a decenas de peregrinos y ni falta que hace: zumo recién exprimido, empanada casera, pan horneado en leña y una conversación con Rocío es todo lo que se necesita para disfrutar del Camino

Laura Fortuño

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Nunca vi esto tan lleno!», se sorprende Rocío mientras termina de recoger la última mesa. «Tú cara sale en el mural y ya te hiciste famosa», bromeo con ella. «No, no, estamos así desde julio. Jamás vi algo igual, ni siquiera el año pasado que era Xacobeo». Rocío se asombra con el éxito de su tetería-café-bar (aún no sabe cómo llamar al singular espacio que ha creado y que dirige, sin ayuda, día tras día) pero no es de extrañar que se corra la voz entre los peregrinos de su amabilidad y hospitalidad. Nadie en su sano juicio que pase por A Coruña podría resistirse a acercarse hasta O Camiño e Vida y conocer a esta mujer altruista y generosa que se despierta antes de que salga el sol de lunes a domingo para comprar pan “pero en un sitio especial, ¿eh? No quiero pan congelado” y exprimir naranjas hasta llenar cuatro o cinco jarras de zumo recién hecho. 

Rocío Díaz duerme los sábados y domingos durante toda la tarde para poder mantener el ritmo de la semana. «Fíjate que tengo la playa a 500 metros y ni la piso. Necesito descansar». Ordenados en tres turnos, los peregrinos del Camino de Santiago se van dejando caer en su cafetería para reponer fuerzas antes de reemprender la marcha. Como homenaje a toda una vida dedicada al peregrino, Rocío es la protagonista de uno de los cinco murales de ‘Las Estrellas del Camino’, la ya reconocida exposición de arte urbano al aire libre comisariada por Estrella Galicia y que este año inaugura su edición más internacional, con 126 kilómetros distribuidos en varias etapas del Camino Inglés: un sendero de peregrinación que se utilizaba en la época medieval y que da comienzo en Reading (Reino Unido). David Speed, el artista británico que domina la técnica del neón, ha sido el encargado de realizar los retratos. «El de Rocío es mi favorito, ella es una persona absolutamente maravillosa», afirma David refiriéndose al mural que ha realizado en Miño.

«Quería esperar a que estuviera terminado, pero no me pude aguantar y lo visité antes, cuando estaba en proceso. Fue muy emotivo. Si mi padre y mi madrina hubiesen vivido para verlo, sé que se hubieran puesto muy felices, y me emociono pensando en esto», dice Rocío con la voz quebrada.

De carpintería a espacio de encuentro entre peregrinos

«Esta exposición trata de Miradas de Resistencia, pues a mí lo de la ‘resistencia’ me va al pelo», ríe Rocío, que lleva toda su vida trabajando a los pies del Camino de Santiago. «Yo no tengo descendencia ni padres, voy teniendo unos años, y yo sola estoy cargando con un ‘mochuelo’ como digo yo, que es una nave impresionante que hay que mantener. Por eso digo lo de resistencia», añade. En 2020 su tía mostró preocupación por verla hacer trabajos pesados en la carpintería que regentaba y desvivirse al mismo tiempo por atender a todos los peregrinos que pasaban por allí pidiendo un vaso de agua o un váter, y que cada vez iban siendo más numerosos. Así que le sugirió que montara algo para ellos, y tras el confinamiento y a 15 metros del Camino de Santiago, O Camiño e Vida abrió sus puertas por primera vez. La tía de Rocío pudo compartir junto a ella los primeros meses del ‘negocio’ antes de fallecer en diciembre. «Se fue con la tranquilidad de que le hice caso», dice Rocío. 

Como homenaje a toda una vida dedicada al peregrino, Rocío es la protagonista de uno de los cinco murales de ‘Las Estrellas del Camino’, la ya reconocida exposición de arte urbano al aire libre.

Desde entonces, ha sido un no parar: «Doy bocadillos, zumos naturales, tentempiés, pulguitas, dulces, quesito gallego, empanada que hago yo, pan de una panadería de horno de leña…», cuenta Rocío, que desde que abrió este espacio en Ponte Baxoi, en la etapa entre Pontedeume y Betanzos, ha ganado una popularidad que puede leerse en los foros de peregrinos, donde decenas de personas comentan lo agradable que fue parar y charlar con ella. «Les abro un trozo de pan y les meto tomate triturado, unas lonchas de jamón bien bueno y una loncha larga de queso gallego con un chorrito de aceite por encima», dice demostrando lo mucho que cuida a los peregrinos.

Estrella Galicia

«Llevo 30 años sellando a los peregrinos y cuando les veo, ya sé si están felices, si vienen porque han hecho una promesa, si están tristes…» En un día normal pueden pasar por su local varias excursiones de peregrinos que suman centenares de personas en total. Ella sola se basta y se sobra para atenderlas a todas.

“Mi tía estaba preocupada por mí, decía que no podía ser: yo trabajaba en la carpintería y además atendía a todos los peregrinos que venían, fueran cuatro o cuatro mil” dice Rocío Díaz, hostelera.

«Una vez vinieron unas catalanas y se ve que les supo mal verme a mí sola llevando todo esto. Me dijeron que si les dejaba un sitio para dormir, se venían 15 días a ayudarme, sin cobrar. Y lo hicieron, ¿eh? Me trataron fenomenal, como si fuera la niña de ellas», cuenta Rocío, que colecciona anécdotas sin parar: «El año pasado vino un americano que traía un bastón muy bonito. Se quedó un buen rato y cuando se fue me lo ofreció. Me contó que era de un amigo que no llegó a conseguir hacer el Camino y quería que se lo regalara a alguien que él considerara que merecía tenerlo en su poder. Y aquí está el bastón».

El artista urbano del neón

DAVID SPEED

No firma sus obras porque son inconfundibles. Su dominio del claroscuro le ha llevado a conseguir un estilo único muy característico, que obtiene utilizando un fondo negro para resaltar las áreas brillantes de sus retratos.

David Speed, con sede en Londres, da forma a enormes pinturas con brillos que provocan la sensación de estar contemplando un neón gracias a sus juegos de luces y sombras. Es exactamente el efecto que ha conseguido en la exposición de Estrella Galicia, ‘Las Estrellas del Camino’, donde David ha realizado los cinco murales que acompañan al peregrino desde Reading hasta Santiago. La idea de crear sus obras como si estuvieran influidas por una luz de neón surgió de manera accidental en 2018: «Tras ver el resultado me gustó y seguí pintando algunas piezas más», afirma el artista, cuyos retratos titulados ‘Signature Neon’ dejan con la boca abierta a todo el que pasa por el londinense barrio de Shoreditch. Después de la pandemia, donde pasó días pintando el hueco del ascensor y el techo de su edificio, sus trabajos se viralizaron gracias a las redes sociales, y ahora es uno de los artistas más buscados del momento. «La gente empezó a comentar en mis redes sociales que mi trabajo les alegraba el día», cuenta David, que ya acumula más de 111.000 seguidores en su cuenta de Instagram @davidspeeduk.

Una experiencia para reencontrarse con uno mismo

Me gusta tener un detalle con cada persona.

Rocío Díaz

Rocío hizo el Camino Inglés de Ferrol a Santiago hace algunos años pero todavía recuerda el significado especial que este recorrido tuvo para ella: «Vivimos acelerados y el Camino te permite parar y desconectar de tus hábitos de todos los días. El primer día todavía estás enganchada a tu vida anterior, pero el tercer día ya solo estás en el Camino. Además pude conocer paisajes que tenía muy cerca y que no sabía ni que existían», asegura, animando a cualquier persona a embarcarse en este viaje para encontrarse consigo mismo.

Rocío sabe que hay muchas razones para hacer el Camino y trata de adecuarse a la motivación de cada persona: «Cuando veo que hay una persona que viene por fe, porque ha superado alguna enfermedad y quiere dar gracias, le regalo una concha de salud. Me gusta tener un detalle con cada persona. También les regalo piedras donde escribo palabras gallegas. Les veo la cara y si alguno, por ejemplo, es goloso, se lo pongo en una piedra. Si veo a una señora un poco tristona, le doy una piedra que pone ‘un aperta’, que es un abrazo». Y precisamente ‘un aperta’ es lo que dan ganas de dar a Rocío en cuanto la conoces.

La exitosa exposición de Estrella Galicia amplía su recorrido con una nueva galería artística que une las seis etapas del Camino Inglés entre Reino Unido y Santiago.

Triunfó en 2021 y 2022 y lo vuelve a hacer este año: después de la excelente acogida de ‘Las Estrellas del Camino’, la exposición al aire libre más extensa del mundo, Estrella Galicia ha seguido sumando kilómetros a su museo para volver a rendir su particular homenaje a todas las personas que mantienen viva la esencia del Camino de Santiago y acompañan a los peregrinos entre las etapas de Reading (Reino Unido) y Santiago de Compostela. Para ello, la muestra se amplía en 126 kilómetros y cinco murales realizados por el artista urbano del neón David Speed. Muy cerca de cada retrato se ha colocado un hito para explicar la historia de las personas homenajeadas, sin las cuales no sería posible el Camino de Santiago. El Camino Inglés, junto con el Portugués y el Francés, dan forma a las tres galerías que ya ocupan más de 500 kilómetros en total, lo que demuestra la gran dimensión de esta acción social y cultural.

Créditos

Proyecto coordinado por:

Arántzazu García

Redacción:

Laura Fortuño

Dirección de Arte y Diseño UI:

Alessandro Marra

Desarrollo y maquetación:

Pelayo Trives

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con ESTRELLA GALICIA. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.

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