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De majada de un cabrero a hogar de ensueño: así ha transformado su casa esta pareja con sus propias manos
Lucía de Benito y Miguel Gatóo decidieron dejar todo en la ciudad y crear con sus propias manos un verdadero refugio en el campo. Su hogar, ubicado en la comarca de La Vera (Extremadura), es un claro ejemplo de todo lo que reconectar con la tierra y la naturaleza puede aportar a nuestras vidas.
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Lucía de Benito y Miguel Gatóo son 'agronovatos'.
Lucía de Benito y Miguel Gatóo decidieron dejar todo en la ciudad y crear con sus propias manos un verdadero refugio en el campo. Su hogar, ubicado en la comarca de La Vera (Extremadura), es un claro ejemplo de todo lo que reconectar con la tierra y la naturaleza puede aportar a nuestras vidas.
“¿Que si nos vemos viviendo toda la vida aquí?”. Una mirada cómplice entre ambos y la posterior sonrisa da respuesta a esta pregunta que se verbaliza en un rotundo: “Somos muy felices”. Lucía de Benito y Miguel Gatóo están donde quieren estar; en una casa en la que han asentado sus raíces y que les ha permitido reiniciar la vida desde otro lugar, desde otra perspectiva. El lugar es la Comarca de La Vera, en Extremadura. La perspectiva, la de un día a día en el que mimar la tierra y todo lo que les ofrece esa rutina.
Y es que Lucía y Miguel son el claro ejemplo de que la pandemia ha cambiado nuestra forma de percibir el mundo, de plantearnos la vida laboral y de cuestionarnos nuestra manera de vivir. En su caso, decidieron darle una segunda oportunidad a una majada que durante años utilizó como refugio un cabrero de la zona. Por si ese encanto de darle valor a las segundas veces no fuese suficiente, la localización, sin duda, suma. “Buscábamos un lugar tranquilo y apareció este”, relata Miguel.
Para entender esta decisión, está bien ponerse en antecedentes y descubrir el inicio de la historia de amor entre ambos. “Conocí a Miguel una semana antes de que se fuese a recorrer la Ruta de la Seda en bicicleta”, confiesa Lucía. Después se fueron juntos a África y al año siguiente recorrieron el Sudeste Asiático. Una historia de aventureros, de dos personas curiosas a las que siempre les ha gustado saber más y creer que otras formas de vivir son posibles. De ahí que ellos hayan optado por abandonar la ciudad y crear con sus propias manos el hogar en el que viven.
Lucía y Miguel son el claro ejemplo de que la pandemia ha cambiado nuestra forma de percibir el mundo, de plantearnos la vida laboral y de cuestionarnos nuestra manera de vivir
Ellos mismos se denominan ‘agronovatos’, personas que llegan de la ciudad al campo y comienzan a incorporar a su rutina las labores del entorno rural. De hecho, Miguel y Lucía nos explican cómo han ido aprendiendo algunos trabajos del campo: cultivan sus propios alimentos, recogen leña para calentarse en invierno o preparan mermeladas y confituras con las frutas que con mimo cultivan a lo largo del año. “Siempre estamos haciendo algo de lo que ves el resultado al final del día y eso es muy satisfactorio”, añade Lucía.
Su hogar está ubicado en la comarca de La Vera (Extremadura)
Ellos mismos han construido su casa, cultivan sus propios alimentos, recogen leña o preparan mermeladas
“Ha sido un trabajo duro pero de lo más satisfactorio”
Lucía de Benito
Una casa hecha a medida
Cada detalle del hogar ha sido supervisado por este dúo muy bien avenido. Y decimos hogar porque más allá de una bonita casa, la pareja ha conseguido crear ese ‘calor de hogar’ capaz de transmitirse al cruzar la puerta. “Ha sido una experiencia muy enriquecedora: nos hemos conocido incluso más de lo que ya nos conocíamos”, explica Miguel. A raíz de esto, Lucía relata que cuando decidieron mudarse tenían clara una premisa: trataría de crear un espacio a su gusto, respetando los orígenes del mismo y reutilizando todo lo que fuese posible.
¿El resultado? Un espacio en el que el minimalismo se aúna con el toque rústico, las texturas nos evocan una tarde de verano en el campo y una luz clara que se cuela por alguno de los múltiples ventanales que rodean la casa. Tal y como nos cuentan, ellos mismos han sido quienes se han puesto manos a la obra con la reforma de la antigua majada. “Ha sido un trabajo duro pero de lo más satisfactorio”, afirman los dos y Miguel aprovecha para mostrarnos cómo él se hizo cargo, por ejemplo, de poner el suelo del baño.
Miguel Gatóo y Lucía de Benito han creado un espacio que combina el minimalismo con toques rústicos.
“Nos divertía muchísimo aprender todos los oficios que giran en torno a una casa” y, aunque Miguel confiesa que en algunos puntos necesitaron ayuda profesional, son francos explicando que se informaron mucho durante el proceso de reforma investigando sobre los materiales, el mobiliario, las instalaciones eléctricas y otros muchos asuntos específicos del mundo de la construcción. Muchos de estos aprendizajes los hicieron de forma totalmente autodidacta y otros, cuentan, los descubrieron a través de vídeos de Youtube.
A la satisfacción de ver la casa de tus sueños hecha con tus propias manos se suma la ilusión con la que Lucía habla de este legado. “Es algo que les dejas a tus hijos, una historia bonita. Pensar que todo lo han hecho sus padres pensando en ellos, en que van a ser más felices en el campo que en la ciudad…”. Unos hijos que suenan a futuro (muy) cercano, ya que la pareja está esperando a su primer hijo.
“Es algo que les dejas a tus hijos, una historia bonita. Pensar que todo lo han hecho sus padres pensando en ellos…”
Miguel Gatóo
Un hogar en el que la sostenibilidad es clave
Un tema que no se puede pasar por alto cuando alguien decide dejar la ciudad y emprender una nueva vida en el campo es la conexión con la naturaleza. Parte de esa conexión, además de las labores de recolección que ya llevan a cabo Lucía y Miguel, está en la sostenibilidad con la que vives tu día a día. En este sentido, para tratar de adaptarse al medio, la pareja ha decidido añadir placas solares a su hogar, de tal forma que la electricidad que consumen proceda de ellas.
Para tratar de adaptarse al medio, la pareja ha decidido añadir placas solares a su hogar, de tal forma que la electricidad que consumen proceda de ellas
Además, cuando comenzaron con la reforma de esta casa extremeña, los ‘agronovatos’ tenían algo claro: reutilizar cuanto fuese posible. Nos cuentan, por ejemplo, que los techos de madera que había eran muy bajos y que para no deshacerse de este material sin más, utilizaron la madera para construir el suelo de otra de las habitaciones. Una muestra más de que las segundas oportunidades (en muchos casos) merecen la pena.
“Aquí y ahora somos muy felices”, confiesa Lucía. ¿Y acaso no es eso la clave de todo? Disfrutar el momento presente en un lugar en el que las rutinas te las marca el propio devenir de la naturaleza.
El futuro sostenible ha de ser verde y para construirlo, todos podemos aportar nuestro granito de arena. Podemos cambiar la forma en la que vivimos para vivir mejor, la manera en que consumimos para consumir mejor, el modo en que nos cuidamos para cuidarnos mejor. Ese es el compromiso de Todos hacemos el cambio, un proyecto con el que Leroy Merlin quiere ayudarnos a desde lo más íntimo de nuestra vida: nuestros hogares. Poniendo al ciudadano en el centro, este proyecto pretende inspirar y concienciar a los lectores para que sepan que ellos también pueden ser los protagonistas de un movimiento que, sin duda, acaba haciendo mejor no solo al planeta o a nuestros hogares, también a nosotros mismos. Materializar esta aventura depende de todos. Si quieres, también de ti.
Transformando el mundo desde nuestro hogar
Coordinación:
Cecilia Marín
Diseño UI y Dirección de Arte:
Alessandro Marra
Maquetación:
Silvia González
Eva Marina
Producción Vídeo:
Delia Blesa