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Soledad no olvidará nunca el día 12 de junio de 2024. Fue en el transcurso de la inauguración de la exposición de la XXVII edición de Las Edades del Hombre en Villafranca del Bierzo cuando tuvo oportunidad de besar en dos ocasiones la mano de Felipe VI. «Fue un detalle bonito de esa humildad del Rey», destacó el hermano Manolo Ortiz, director de la Casa Familiar Fundación Hogar Valcarce Alfayate y superior de la comunidad, que regentan los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca desde hace 39 años en la villa del Burbia.
Ella formaba parte de la comitiva integrada por los 14 residentes del centro situado en el número 8 de la calle Concepción que este miércoles se echaron a la calle portando sus mejores galas, algunos de ellos en silla de ruedas, para recibir a Su Majestad.
Para todos fue un día muy especial que sin duda guardarán en el baúl bien lleno de los recuerdos de toda una vida. También para el Hermano Manolo Ortiz director del centro que les acompañaba en este moment cuando Felipe VI se dirigió a ellos cuando se encontraban detrás de las vallas de seguridad en la calle Alameda Baja, junto al emblemático jardín de la localidad. Fue durante el paseo que Felipe VI realizó hasta la Colegiata arropado por la hospitalidad de los villafranquinos.
«Nos saludó con mucho cariño», relata Ortiz. Un momento que aprovecharon para presentarle a las dos de las abuelas más longevas de la residencia, la villafranquina Emilia y Adela de 104 y 103 años, respectivamente. Un momento especialmente entrañable para Su Majestad cuando le recordaron que le unía a los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca un lazo especial ya que los reyes eméritos Don Juan Carlos y Doña Sofía presidieron hace 45 años la inauguración de una de sus residencias en Las Palmas. «Le dio alegría saber que también sus padres habían tenido contacto con los Hermanos de la Cruz Blanca, por eso se paró un ratito más y estuvimos charlando», explicó el director del centro villafranquino.
Los residentes le dieron las gracias por su visita a Villafranca y a la comarca del Bierzo «porque es una satisfacción», resaltó Ortiz. El Rey fue preguntándoles cómo estaban a medida que se iban presentando y se interesaba también por su salud. «Fue muy entrañable, tuvo unos sentimientos de misericordia con ellos que es una expresión muy bonita de acercarse a los inválidos que necesitan que les tendamos todos la mano y él les tendió la mano y los acogió», apuntó el director de la residencia.
Todos ellos vivieron «una gran fiesta» y gracias a la difusión del evento a través de los medios de comunicación esta imagen llegó a todos los rincones de España «y los familiares empezaron a llamar saltándoseles las lágrimas y ellos contentísimos». Tal fue la emoción y la alegría que incluso algunos de ellos querían volver a la calle para ver de nuevo al monarca. «Los sacamos de su entorno y todo lo que había allí para ellos era una gran fiesta y disfrutaron tanto que incluso una abuela que se llama Encarna se iba de nuevo a la calle a ver al Rey», explicó el hermano Manolo Ortiz. «Lo disfrutaron mucho», remarcó.
Una alegría para los abuelos conocer al Rey que ha quedado inmortalizada en una fotografía que presidirá uno de los rincones más especiales del que es desde hace años para los abuelos su hogar en la pequeña Compostela. «Pondremos una foto porque tenemos una muy bonita para enmarcarla y dejarla en la casa porque ellos fueron a ver al Rey y el Rey se acercó a ellos».
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