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Imagen de una de las casas tradicionales del Pueblo Mágico de la provincia de León 2025.
El Pueblo Mágico de 16 habitantes de la provincia de León que estuvo a punto de desaparecer

El Pueblo Mágico de 16 habitantes de la provincia de León que estuvo a punto de desaparecer

La localidad se ha convertido en ejemplo de sostenibilidad y vida rural activa con el proyecto impulsado hace 33 años por su pedáneo

Carmen Ramos

Ponferrada

Lunes, 2 de diciembre 2024, 08:25

Es el Pueblo Mágico de la provincia de León. Pero no fue precisamente con una varita mágica como la pequeña localidad de apenas 16 vecinos cambió su destino para convertirse en lo que es a día de hoy, un pueblo con repercusión internacional que estuvo a punto de de desaparecer pero que logró reinventarse.

Todo empezó hace 33 años cuando Ricardo Vila, todo un visionario entregado a la causa, tomó las riendas de esta pequeña pedanía de Torre del Bierzo. «Creíamos que San Facundo tenía potencial turístico cuando solo se hablaba de turismo de playa», explica.

El pueblo es a día de hoy un ejemplo de sostenibilidad y vida rural activa, cualidades con las que se ha ganado por méritos propios el reconocimiento de la Red de Pueblos Mágicos de España. «Había gente que se reía de mi cuando entré de pedáneo porque San Facundo estaba a punto de desaparecer», reconoce abiertamente Vila. En su mente lo tenía claro: «quería hacer de San Facundo una ciudad sin dejar de ser un pueblo».

Así arrancó un proyecto que sentó raíces y con el que «hemos tenido que reinventarnos muchas veces», reconoce el pedáneo, «porque aunque no sacáramos las cosas adelante como queríamos siempre hemos trabajado en la misma dirección».

La idea no era, ni de lejos, dotar a la pequeña localidad berciana de proyectos faraónicos y sin sentido en un pueblo, como transporte público, metro o gas ciudad, sino en «tener los servicios básicos y esenciales para garantizar la calidad de vida de los vecinos». Algo que Ricardo Vila está convencido que «hemos logrado con creces».

San Facundo puede presumir de tener todo el cableado soterrado, incluso de fibra óptica, baños públicos abiertos todo el año o de tratar desde hace 20 años el agua de consumo con rayos ultravioletas sin cloro. También cuenta con lavadero para coches, playa fluvial, aparcamientos para vehículos y autocaravanas, rutas de senderismo y su particular encuentro gastronómico en el que el botillo, el plato rey del Bierzo, cede su protagonismo a la trucha.

«Qué población hace algo parecido y sobre todo, lo más importante, con recursos escasísimos», destaca Vila, teniendo en cuenta que la junta vecinal maneja un presupuesto de tan solo 9.000 euros al año, al que suman a sus ajustadas arcas inversiones llegadas de otras entidades, como es el caso del Consejo Comarcal. «Si cobrase mis viajes no me llegarían», apunta.

Monumento a la trucha a la entrada del pueblo que tiene su propio festival gastronómico.

23.000 visitas al año

San Facundo es un claro ejemplo de que el dinero no es lo más importante a la hora de llenar de vida un enclave rural. A la vista quedan las más de 23.000 visitas que el pueblo recibe anualmente, un volumen importantísimo con el que multiplica por 1.700 su población.

«No hay población que nos iguale en función de habitantes y somos un verdadero ejemplo a seguir de turismo sostenible», remarca con orgullo el pedáneo. Saben sacar partido como nadie del gran paisaje que le ha regalado la madre naturaleza, un aspecto sobre el que «tenemos que hacer mucho más hincapié para cuidarlo», reconoce.

De hecho San Facundo es en este momento el único o uno de los pocos pueblos del Bierzo que en caso de un incendio no corre ningún riesgo porque hay un interfaz desbrozado importantísimo rodeando todo el pueblo. «Hoy viajo a Asturias y ayer estaba desbrozando», relata Vila, cuya implicación es total en el proyecto que abandera desde hace 33 años.

«Tienes que sentir pasión por lo que haces, porque lo que para otros es un trabajo para mi es una diversión, disfruto con lo que hago y no hay cosa que más me alegre que ver a los cientos de personas que vienen y todos se quedan sorprendidos y maravillados del pueblo y al mismo tiempo convertidos en pregoneros de lo nuestro», asevera el presidente de la junta vecinal.

«Una gran oportunidad»

Convertirse en Pueblo Mágico supone para el pedáneo «un reconocimiento importantísimo a la labor que hemos realizado durante tantos y sobre todo un escaparate, una gran oportunidad y nuevos retos siempre que sepamos aprovecharlos».

Un empeño por el que seguirá «trabajando en la misma dirección» porque de momento no le ha ido nada mal. Ahí están los resultados. Para empezar, el primer fin de semana de la declaración como Pueblo Mágico de la provincia de León «ya ha pasado mucha gente por San Facundo para conocerlo porque han visto la noticia», lo que pone en aviso a sus vecinos de que este reconocimiento va a atraer aún más visitantes.

«Va a haber un incremento de gente que va a favorecer que se puedan hacer muchas más cosas en San Facundo pero que a nadie le quepa duda de que a quien le va a venir muy bien es la comarca del Bierzo porque al final todo lo que San Facundo no pueda acoger, que será muchísimo, lo tendrá que acoger el resto de la comarca». Un territorio en el que se integra y al que anima a seguir su ejemplo. «No somos únicos, en El Bierzo hay muchísimos pueblos que si se trabaja con el interés y con las ganas que se hace en San Facundo habría muchos San Facundos».

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