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Un total de 111 fosas con 2005 cuerpos (aunque en algunas se desconoce el número de asesinados). Son cifras pero detrás guardan miles de historias, no solo las de las víctimas sino también las de los familiares de las personas que fueron asesinadas durante la Guerra Civil y cuyos cuerpos fueron depositados en fosas comunes en la provincia de León.
Los datos son los que refleja el mapa elaborado por la Junta de Castilla y León, el primero que se realiza y cuya publicación ha coincidido con la negociación de los partidos del gobierno autonómico, PP y VOX, del denominado como decreto de Concordia, es decir la nueva ley de Memoria autonómica.
Aunque publicado en esta joven legislatura, el informe que refleja todas las fosas de la comunidad nació tras un acuerdo de los partidos del anterior gobierno, PP y Ciudadanos con la Universidad de Burgos. Gracias al mismo los investigadores Ignacio Fernández de Mata y Juan Montero Gutiérrez han podido escarbar y bucear en archivos, documentos, asociaciones, testimonios orales (una de las fuentes más importantes) y trabajos para tratar de reflejar, con la mayor precisión posible, esta cartografía de ejecuciones.
Según la investigación, la provincia de León es la segunda que más fosas comunes ha registrado (tras Brugos), un total de 111. De ellas 50 no están localizadas pese a que en 18 se han realizado sondeos, es decir, se conoce la zona pero no el punto exacto.
También se ignora cuántas víctimas hay en los cementerios de Astorga, Ponferrada o el de San Froilán en León, donde se cree que hay 1.483 cuerpos, el más numeroso. El informe habla asimismo de Villadangos del Páramo donde en marzo de este año se encontraron a diez de los 71 enterrados ya que se habían construido tumbas encima de las fosas y es imposible el acceso a los cuerpos.
Tanto Fernández como Montero aseguran que es posible que haya mucho más de 111 fosas, y que esta es una primera aproximación. Advierten en varias partes del informe de que la provincia de León cuenta con numerosos enterramientos individuales o pequeños, debido a las ejecuciones de otoño de 1937, tras la caída del Frente Norte.
Uno de los datos más curiosos es el traslado de los cuerpos de algunas fosas al Valle de los Caídos durante la dictadura, en 1959. Así ocurre con seis víctimas en el cementerio de Astorga, dos en Boñar, ocho en León o siete en Robles de la Valcueva. Un total de ocho fosas intervenidas por la dictadura mientras que solo en una se hizo una exhumación particular antes de 1999 y en 52 se han realizado exhumaciones científicas desde 2002. En total en la provincia se han recuperado 187 cuerpos.
El propio informe destaca un lugar muy significativo en el que se actuó en 1998 como es el Pozo Grajero, donde a instancias de los familiares, y con la ayuda de efectivos de la Guardia Civil, se rescataron 13 cuerpos que habían sido arrojados a esta sima.
El siguiente paso de este mapa, además de que debería actualizarse, será realizar un censo de víctimas de la comunidad. «Permitirá profundizar en la atención obligada a las víctimas en la resolución de conflictos y memorias traumáticas, y en el apuntalamiento de nuestra convivencia democrática como sociedad a partir de la promoción y defensa de los principios de verdad, justicia y reparación», concluyen los propios investigadores.
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