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Imagen del contrabajista Iago López en un concierto con una orquesta. EBN
Día de Santa Cecilia

Un músico berciano en Düsseldorf: «Esto es como un deporte, puede ser muy tóxico y competitivo»

El joven contrabajista ponferradino Iago López cursa un máster en la ciudad alemana tras vivir durante cuatro años en Ámsterdam, donde realizó sus estudios superiores de música

Álvaro Pérez

Ponferrada

Sábado, 22 de noviembre 2025, 09:15

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El Día de Santa Cecilia, patrona de los músicos, ofrece cada año la oportunidad de mirar hacia quienes, desde El Bierzo, han llevado su vocación más allá de las fronteras de la comarca. Es el caso de Iago López, joven contrabajista ponferradino que, con solo 22 años, ya ha estudiado en algunos de los centros europeos más prestigiosos y continúa hoy su formación en la ciudad alemana de Düsseldorf, donde aspira a desarrollar una carrera orquestal profesional.

Formado en el Conservatorio Cristóbal Halffter de Ponferrada, López comenzó su andadura musical a los cinco años, cuando empezó a tocar el piano. Aquel primer acercamiento sería solo el inicio de un recorrido que, casi sin buscarlo, le llevaría a descubrir su instrumento definitivo. «Nunca me apeteció cambiarme, siempre me he quedado con el contrabajo», recuerda sobre aquella decisión tomada para asegurar su entrada en el conservatorio, pero que acabaría marcando su futuro.

Durante su etapa de grado profesional en Ponferrada fue tomando forma una idea que hoy guía su camino, la de dedicarse por completo a la música clásica. Un objetivo que lo llevó hasta Ámsterdam, donde cursó los estudios superiores y se enfrentó a su primer gran cambio personal y cultural lejos de casa. «Pasas a vivir a 2000 kilómetros de Ponferrada sin tu familia y tus amigos… es una adaptación bastante dura», explica.

«La música puede ser muy tóxica»

Tras decidir dedicarse profesionalmente a la música, el contrabajista buscó oportunidades fuera de España y fue aceptado en Ámsterdam, donde cursó sus estudios superiores en el Conservatorium van Amsterdam. «Me fui con los ojos cerrados», recuerda.

Durante este periodo, López descubrió la exigencia y la competitividad del mundo de la música clásica. «Siempre lo he comparado como un deporte, puede ser muy tóxico, muy competitivo», afirma. Con el tiempo, aprendió a equilibrar su vida personal y musical, buscando que la música «sea un complemento y no la base de todo».

Imagen del contrabajista Iago López (I) en un concierto. EBN

Un país muy activo

Actualmente, López se encuentra en Düsseldorf, donde cursa un máster de interpretación centrado en el mundo orquestal. La elección de Alemania responde a la alta actividad musical del país y a las oportunidades de aprendizaje que ofrece un entorno donde los músicos pueden combinar docencia y práctica profesional. «Hay mucha actividad en todas las ciudades casi de Alemania, todos los profesores también son muy activos», explica, destacando la diferencia con España, donde considera inviable compaginar ambos roles.

El idioma también se ha convertido en un desafío diario. Para poder completar el máster, debe alcanzar un nivel B2 de alemán. «De momento adaptándome, contento también por el cambio de aires», comenta, mientras sigue un curso intensivo de 20 horas semanales que le permite mejorar sus habilidades lingüísticas y seguir perfeccionando su instrumento.

Recuerdo imborrable

Los momentos más gratificantes para Iago han sido aquellos en los que su música se convierte en experiencia compartida. Sobre sus recitales, destaca especialmente el realizado para finalizar el grado superior en Ámsterdam. «Para mí ha sido la mejor experiencia de mi vida respecto a tocar». La presencia de su familia, que viajó desde El Bierzo para acompañarlo, convirtió ese día en un recuerdo imborrable.

Imagen de Iago López tocando en su recital de fin de grado en el Conservatorium van Amsterdam. EBN

«Ver ahí toda la gente que te quiere, que ha viajado horas y se ha movido tantos kilómetros por verte a ti, aparte de la sensación de es que es gente que te quiere, sabes que vienen realmente a escuchar y a ver qué es lo que te gusta», explica.

A pesar de desarrollar su carrera fuera de la comarca, el músico berciano mantiene un vínculo profundo con su tierra, El Bierzo. «Es donde he crecido y eso nunca se me olvida», afirma. Sus regresos son un refugio y una oportunidad para reconectar con sus raíces. «Volver, comer un fin de semana con tus abuelos o quedar a desayunar… es lo más importante que hay en la vida».

En este Día de Santa Cecilia, la historia de Iago López recuerda que los talentos bercianos pueden brillar lejos de casa, pero que su identidad y su fuerza siguen ancladas a la comarca que los vio crecer.

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