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Los evacuados de Palacios de Compludo: «Esto no hay hijo de madre que lo pare»
Los vecinos de la pequeña localidad ponferradina sienten «miedo, impotencia y rabia» ante el fuego que amenaza con devastar sus casas y el trabajo de tres décadas en la reserva ornitológica
«Miedo, impotencia y rabia». Son las palabras de José Antonio Ibáñez, vecino de Palacios de Compludo que reflejan el sentir compartido de todos los habitantes del pequeño pueblo del municipio de Ponferrada situado en el corazón de los Montes Aquilianos.
Poco antes de verse obligados a evacuar la localidad ante el avance de las lenguas de fuego procedentes del incendio de Yeres miran al monte que tienen frente a sus casas totalmente invadido por el humo. Un espacio natural que es el refugio de la gran cantidad especies que forman parte de la reserva ornitológica que se fundó en el año 1999 de la mano del colectivo conservacionista Tyto Alba y el Ayuntamiento.
«Mis vacaciones de 15 años han sido para construir esta casa», explica Ibáñez, a la par que recuerda que son 30 años los que llevan cuidando de un paraje natural extraordinario con la ayuda de los «miles de universitarios» llegados de toda España para colaborar en las labores a través de las diferentes iniciativas que han llevado a cabo. «Ahora mismo es indignación y resignación», dice mientras contempla la inmensa nube de humo que tiene frente a sus ojos.
Con sus vehículos preparados para la evacuación, Bruno Iglesias lamenta que «todos mis ahorros están en esta casa que se puede quemar», cuando empieza a escucharse el sonido de los primeros helicópteros que no han podido actuar ante la intensa humareda. Se siente impotente al contemplar como el trabajo de tantos y tantos años pueder ser pasto de las llamas.
«Aquí estamos viendo como todo este patrimonio natural que tienen los valles de Compludo está totalmente en riesgo de desaparecer, no solamente el trabajo natural del propio bosque sino también de cientos y te podría decir de miles de alumnos de diferentes universidades de León, de Santiago, de Salamanca... que han venido aquí a colaborar durante muchos años», explica sin perder de vista el monte.
Miguel Gallego es otro de los vecinos de Palacios de Compludo, miembro de Tyto Alba desde sus comienzos y uno de los impulsores del proyecto de protección y estudio de aves así como de cuantas actividades de voluntariado y protección ambiental se han desarrollado a lo largo de años. En sus manos muestra un ejemplar de lirón careto. El pequeño animal no deja de temblar evidenciando el miedo por todo lo que está pasando.
Gallego se muestra crítico con la «desidia» de la Junta y destaca el esfuerzo denonado de los integrantes de los dispositivos desplegados para combatir las llamas. «Se ha juntado el hambre con las ganas de comer, la Junta con la desidia, Quiñones que come como todo el mundo, las brigadas que sabemos que hay chavales ahí trabajando que llevan ocho o diez horas sin comer, sin beber, gente de la Junta, funcionarios, sin dormir, pero nuestro consejero de Medioambiente, como bien dice, tiene la fea costumbre de comer».
Pone el acento en que «las condiciones climáticas de este año son excepcionales» sin perder de vista que «las brigadas son mínimas». Cree que no son suficientes las cámaras contra el fuego instaladas en la zona si no vienen acompañadas de refuerzos humanos. Por eso lanza un mensaje a Suárez-Quiñones: «Si confía tanto en las cámaras pues pongamos políticos de medioambiente de cámaras».
Ninguno de los habitantes de Palacios de Compludo «pensábamos que iba a avanzar tanto el fuego pero han sido simultáneos y han corrido mucho y los operativos son los que son y no han dado abasto», señala Miguel Gallego. A ello se une el viento «que es constante y cambiante y esto no hay hijo de madre que lo pare».
«Una noche muy, muy complicada»
La evacuación de Palacios de Compludo es un episodio más de las consecuencias de la ola de incendios que se extiende por la provincia de León que ha vuelto a vivir «una noche muy, muy, muy complicada», según ha remarcado el delegado territorial de la Junta, Eduardo Diego.
En este sentido, se ha referido a la situación de los incendios de Paradiña (Villafranca del Bierzo) y Yeres/Llamas de Cabrera que se han complicado. En el caso del de Yeres/Llamas de Cabrera fundamentalmente en la parte que se descuelga hacia Peñalba de Santiago.
Respecto al fuego de Yeres/Llamas de Cabrera, a los tres pueblos desalojados esta madrugada, se les suma ahora los pueblos del valle de Compludo: Palacios de Compludo, Carracedo de Compludo y Compludo.
Se complica el incendio de Yeres
En las últimas horas se han producido nuevas complicaciones en el incendio de Yeres/Llamas de Cabrera con la llegada de la noche. Enrique Rey, director técnico en Yeres-Llamas de Cabrera, ha explicado que la situación se ha producido «cuando teníamos un 80-90% del perímetro estabilizado» y quedaban «apenas un par de kilómetros por controlar», teniendo en cuenta que se trata de una zona de alta montaña, a 2.000 kilómetros de altitud y muy difícil por la orografía», reseñó.
Rey recuerda que además del calor y sequedad, que hace que haya mucha disponibilidad de los combustibles, a partir de las 11:00 horas de la mañana el viento fue muy muy intenso. «Fue un viento racheado y cambiante, que venía del sur, cálido y rachas de 40-50 kolímetros por hora y muy cambiantes», mantiene.
La situación era complicada, pero «sorprendentemente, las primeras horas de la noche están siendo las peores, supongo que por el calor acumulado, apunta el director técnico en el incendio de Yeres-Llamas de Cabrera. De este modo, en la madrugada del sábado, el incendio ha evolucionado de manera desfavorable con «comportamientos totalmente anómalos, mucho más intensos y te deja sin oportunidad, porque cuando te quieres replantear algo ya estás casi en el amanecer», lamenta.
En estos momentos, se trabaja en «establecer prioridades e intentar de nuevo defender poblaciones». Rey indicó que las poblaciones de la cara sur en principio están bien. «Ayer se hizo un trabajo muy intenso porque se reactivó todo en la zona de La Cabrera, donde el río. Lo que está mejor es la parte de Médulas, la parte más oeste. Y ahora se trabaja intensamente en el incendio de Llamas y en la bajada hacia Ponferrada», concluyó.