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Hace justo un año un instante cambió más de 30 de historia. La historia de una empresa que nació en la comarca del Bierzo en 1990 y que con sus embutidos llegaron a buena parte del país. Pero un fatídico 7 de julio todo el esfuerzo y dedicación de la empresa familiar Embutidos Santa Cruz ardió hasta las cenizas, dejando un panorama desolador.
«Ha sido un año muy duro», explica José Antonio Otero, administrador de la misma, que vio como de la noche a la mañana «te cambia la vida totalmente». Un siniestro que calcinó la totalidad de las instalaciones, situadas en el polígono industrial de San Román de Bembibre, lo que les obligó a tener que empezar desde cero.
Trabajadores en ERTE y la búsqueda de instalaciones temporales -con ofrecimientos de varios ayuntamientos-, marcaron los primeros meses tras el incendio. Poco a poco se fueron asentando y es como continúan en la actualidad, «en el matadero municipal de Bembibre despiezando algo y fabricando en el secadero de Astorga», apunta Otero, que añade que la situación actual no les da para recuperar la producción anterior, solo «para nuestras tiendas y poco más, alguna cosa como cecina y jamón aún no tenemos producción, estamos haciendo muy poco».
En cuanto a empleo, están trabajando una decena de trabajadores, «con gente que está al ERTE al 50%, la mayoría, y otra que está al ERTE al 100%». Pero antes de que las llamas acabaran con la fábrica, Embutidos Santa Cruz contaba con medio centenar de empleados, de los cuales la mitad estaban en Bembibre.
A pesar de la tragedia, en la que por suerte no hubo que lamentar daños personales, José Antonio Otero se muestra optimista, «hay que ser positivos y aguantar», y ya empiezan a ver algo de luz tras 365 días de incertidumbre.
Y es que la nueva fábrica ya empieza a despuntar en el horizonte del polígono industrial de la capital del Bierzo Alto, justo donde estaba la antigua, «cambia la imagen de las instalaciones, va cambiando, ya parece otra cosa», relata Otero. Así, ya se pueden ver las paredes exteriores, que están listas, y falta lo que es el interior. «Estamos empezando a dividir por dentro, están con las instalaciones de frío pero falta fontanería, electricidad, casi todo», indica.
La previsión para la finalización de las obras es noviembre de este 2024 que dejará unas instalaciones similares a las anteriores en cuanto a metros y con maquinaria mejorada, ya que «cada año van mejorando las máquinas de producción y cuando vas a comprar intentas comprar lo mejor dentro de tus posibilidades».
De este modo, para el mes de noviembre, José Antonio Otero espera volver a recuperar a toda su plantilla e incluso contratar más.«En cuanto podamos abrir pensamos aumentar 5 ó 6 empleados más por lo menos», concluye esperanzado.
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Iker Elduayen y Amaia Oficialdegui
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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