El Bierzo lo sabe: cómo indultar a una cabina y darle nueva vida

La primera cabina de teléfono se instaló en España en el año 1963. Su desembarco se hizo popular aunque en un primer momento solo se podían realizar llamadas urbanas. Fue a finales de esa década cuando se generalizaron y entraron a formar parte de la vida diaria de los habitantes de ciudades y pueblos.

Pero llegó la telefonía móvil y acabó con su reinado. En el año 2006 había ya más teléfonos móviles que habitantes en España y fue la nueva Ley de telecomunicaciones de 2019 la que las setenció anunciando su desaparición en el año 2022.

La localidad berciana de Fabero ha conseguido su indulto, garantizando la supervivencia de dos instalaciones míticas que consideran patrimonio histórico y a las que han conseguido dar nueva vida reconvirtiéndolas en puntos de lectura.

El Ayuntamiento se incorpara así a la proyecto Libros Libres, una iniciativa comunitaria que se basa en compartir libros usados, fomentando el amor por la lectura y el sentido de compromiso. Una incorporación que se materializará a través de un acuerdo con la asociación A Plena Cultura

La Plaza del Ayuntamiento y la calle Sierra Pambley son los dos emplazamientos donde los libros ocupan el espacio de las dos cabinas telefónicas de la localidad reconvertidas en un lugar donde fomentar la cultura.

«Son dos cabinas antiguas de Telefónica que las iban a quitar y nosotros les pedimos que las dejaran, que les dábamos una segunda vida, y ahí tenemos puntos de intercambio, la gente que viene coge un libro, lo lleva y si quiere traer otro también lo puede hacer», explica la alcaldesa, Mari Paz Martínez.

Así cualquier vecino o vecina puede coger o dejar los libros que quiera. No es requisito dejar para tomar, ni viceversa. Para entregarlos lo único que hay que hacer es dejarlo en el punto de lectura. Los libros son libres las 24 horas del día por lo que lo único que hay que hacer es colocar los libros en las dos cabinas habilitadas.

Las cabinas, que mantienen intacto su teléfono, se han remozado con grandes vinilos decorativos con libros aunque mantienen su esencia original y se identifican perfectamente con las palabras 'Punto de Lectura Ayuntamiento de Fabero'.

La iniciativa está impulsada por la Concejalía de Cultura, que dirige Sasquia Julio, que es la encargada de «recoger los libros que tenemos ya muy manoseados o que tenemos varios repetidos en la biblioteca y los estamos colocando», apuntó la regidora municipal. Mari Paz Martínez. Reconoce que «la gente es bastante cívica porque se lleva uno y algunos dejan otros».

Cuentos y libros juveniles forman de momento parte de la oferta de los puntos de lectura de Fabero, aunque «intentamos dar cabida un poco a todo el mundo», apunta la primera edil. Lo que queda por hacer ahora es identificar todos los libros con la marca de Libros Libres «para que la gente sepa que es de esa iniciativa y que circulen los libros, que es lo que pretendemos», remarcó.

La alcaldesa de Fabero aplaude una iniciativa cultural que a la vez ha permitido que sobreviva uno de los elementos que formaron parte de la historia de los años 60. «Esto es para recordar, tampoco creo que sea bueno destruirlo todo, para que vean las generaciones venideras cómo hablábamos por teléfono los que nos vamos haciendo mayores que entonces no teníamos móviles», concluyó.

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