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Poco sabe de pastillas -solo una para el azúcar- y nada de gafas ni bastón pero sí de lo que es gozar de una salud de hierro. Felicitas Esteban, la abuela del Bierzo y la quinta de España en cuanto a longevidad, ha soplado las velas de su 111 cumpleaños. Lo ha hecho en la celebración que tuvo lugar este viernes 22 de noviembre rodeada de sus seres queridos, en la que es desde hace dos décadas su casa en Sabadell donde vive con su hijo Antonio.
Desde El Bierzo le llegaron también las felicitaciones. Y es que desde la comarca se han desplazado algunos de sus familiares que no han querido perderse la oportunidad de disfrutar de esta efeméride junto a su madre y abuela.
Una fiesta en la que, además de la tradicional tarta, no faltaron unos buenos chichos del Bierzo para animar el estómago durante la celebración y con los que haciendo gala de su estupendo humor incluso llegó a bromear a la hora de animar a los suyos a ponerse manos a la obra para hacer los chorizos como si de la tradicional matanza del cerdo se tratase.
Superviviente de una guerra y una posguerra, Felicitas nació en la localidad zamorana de Seijas de Sanabria (Manzanal de los Infantes) pero su vida estuvo ligada siempre al Bierzo, concretamente a la localidad de San Román de Bembibre, donde llegó un día de San José -que en casa siempre fue una celebración- tras casarse con su marido, Francisco González, cacharrero de profesión.
En la comarca se asentaron y tuvieron a sus seis hijos. Cinco de ellos todavía con viven. Precisamente la pérdida de su hijo Nazario en un accidente de tráfico supuso un duro golpe para la familia, un hecho luctuoso que precedió al fallecimiento de su marido. Otro de los episodios que marcó su vida fue la explosión hace 72 años de una bomba de mano que hirió a su segunda hija Tita (Esther), una de las cinco 'chicas de la bomba'. Ella resultó herida cuando jugaba con otras tres amigas junto al río. Un hecho que le dejó cicatrices en ambas pierdas por la metralla y en la que perdió la vida una de sus amigas.
Felicitas nunca habló de hambre y siempre tiró hacia adelante encarando con fuerza la vida. Tanto que así ha llegado hasta hoy. En el día de su cumpleaños Felicitas recibió en su casa a la concejala de Infancia y Mayores del Distrito 2 de Sabadell, Laura Reyes, que le agasajó con un ramo de flores. Un gesto que el Ayuntamiento repite todo los años y que ella agradeció asegurando que era muy bonito y que ella (la concejala) era muy guapa.
Para la familia fueron dos días inolvidables de celebración junto a Felicitas. La ocasión bien lo merecía. Porque 111 años no se cumplen todos los días.
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