El recinto ferial de Ponferrada 'enmudece' para hacerse accesible

La medida, consensuada entre el Ayuntamiento de la capital berciana y los encargados de los diferentes puestos, tiene una finalidad concreta y es que todos, pequeños y mayores, puedan disfrutar de igual manera. Así, durante un par de horas cada día, las personas con diferentes capacidades cognitivas y especial sensibilidad a los ruidos han podido pasear y subirse a las atracciones sin que el ruido sea un inconveniente.

Y es que, como asegura María, una ponferradina que lleva a su sobrina a la fiesta, cada atracción «tiene su propia música y llega un momento en que te aturulla». Además, el «volumen que tienen es atronador», añade. Por eso ve muy bien esta decisión, que ya se lleva desarrollando durante varios años, y espera que se siga aplicando «para que todos puedan disfrutar».

«Hay que pensar en todos», dicen Beatriz y Carlos, un matrimonio con dos hijos que, aunque no les molesta el ruido, creen que «todos tienen el mismo derecho a pasárselo bien» durante las fiestas. Aún así, les resulta raro todo ese silencio en atracciones como el Saltamontes o los coches de choque.

Los abuelos de Mateo, Virginia y Francisco, optaron por llevar a su nieto pronto precisamente para evitar el ruido. «Nosotros ya somos mayores y la música que ponen nos ponen la cabeza como un bombo», señalan.

Por el contrario, los hay que opinan que es mucho peor en otras fiestas, como las de Flores del Sil o Cuatrovientos, donde las atracciones están más juntas «y tienes que gritar para que te oigan».

En definitiva, todos los ponferradinos y bercianos, tanto los que tienen diferentes capacidades cognitivas o sensibilidad al ruido como los que no, han podido pasar ratos divertidos en el recinto ferial, disfrutando de los hinchables, del barco pirata, de la uve, de las tómbolas, de los puestos de comida o de los de ropa, complementos o juguetes.

Atracciones y puestos que dicen adiós a Ponferrada hasta el próximo año y que este lunes celebran el Día del Niño con entradas con precios más asequibles. Una buena forma de despedir las fiestas y de aprovechar las últimas horas antes de volver a la rutina.