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Corría el año 1962 cuando Ponferrada sufrió una de las peores inundaciones que ha vivido en su historia. El río Sil se desbordó provocando grandes riadas e inundando bajos y bodegas.
Los que todavía recuerdan esta catástrofe aseguran que «arrasó todas las huertas y el agua llegó a la avenida La Puebla inundando negocios de esta vía como Carbajo o el bar El Guarnis».
Julio, el regente de Casa Brindis, una mercería que ha visto evolucionar Ponferrada desde el año 1939 desde La Puebla, recuerda aquella riada con mucha nitidez. «A las 2 de la madrugada escuchamos un ruido tremendo, yo tenía 6 años, y nos asomamos a la ventana, vimos que venía hacia nosotros una ola de dos metros y medio de altura que fue a romper justo en la puerta de mi casa».
La ola avanzaba desde la zona donde hoy se encuentran los campos de fútbol. «Era una noche de luna y se veía perfectamente».
Este berciano explica que «nuestro negocio no se llegó a inundar pero el agua llegó hasta la puerta del sótano». Lo que sí se inundaron fueron las huertas y muchas bodegas. «Se murieron muchos cerdos y la gente que tenía los chorizos y los productos de la matanza en los bajos lo perdieron todo».
Aunque la inundación asustó a los vecinos de Ponferrada, nada tuvo que ver con las lluvias. «Ocurrió en febrero, el pantano de Bárcena estaba recién inaugurado y lo habían llenado demasiado. Aquel año había muchísima nieve en las montañas y vinieron un par de días de calor en los que la nieve empezó a derretirse y el agua empezó a bajar», explica Julio. Entonces, «abrieron las compuertas del pantano y el río empezó a subir de nivel y fue cuando vino una riada terrible».
Esa noche, «un hombre quedó aislado por el agua y subido a un árbol en Villadepalos y tuvieron que ir a rescatarlo a la 1 de la mañana, por aquel entonces no había los medios que hay ahora».
El agua tardo días en bajar y, lo que hoy se conoce como la avenida de las Huertas del Sacramento, «era un lago».
Sebastián Prieto es el nieto de los dueños del bar Guarnis que se ubicaba en la avenida La Puebla y sobrino también del dueño del taller de esta zona y recuerda aquella riada. «Pasamos mucho miedo», asegura. «Yo tendría 11 años y mi madre se despertó y le dijo a mi padre ¡Gelo hay un ruido impresionante! y cuando nos dimos cuenta ya teníamos el agua aquí». Sebas y su familia vivían en el mismo edificio que el hotel Lisboa y recuerda que subieron a dormir allí porque «teníamos miedo». «No sabías si eso iba a seguir o se iba a inundar más».
Además, el taller de su tío sufrió graves consecuencias. «Se inundó completamente. Teníamos un coche en el taller y quedó flotando en el agua», explica.
Al día siguiente, «la zona de las Huertas era un lago, yo iba al colegio San Ignacio y no pudimos ir». Sebas recuerda pasar unos días «con miedo porque fue impresionante».
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