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Imagen de las dos parejas de gigantes que desfilan en las fiestas de la Encina de Ponferrada. Carmen Ramos
¿Quién es quién de los gigantes y cabezudos en las fiestas de la Encina de Ponferrada?

¿Quién es quién de los gigantes y cabezudos en las fiestas de la Encina de Ponferrada?

La ciudad revive una de las estampas más tradicionales con sus desfiles en los festejos patronales

Carmen Ramos

Ponferrada

Jueves, 5 de septiembre 2024, 08:16

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Son los más madrugadores a la hora de animar las calles en las fiestas de la Encina. Sus desfiles y bailes se abren paso entre vecinos y visitantes en Ponferrada. Lo hacen desde hace más de 60 años. Son los gigantes y cabezudos, esos personajes entrañables que cada año acuden fieles a su cita con las celebraciones de la capital berciana.

¿De dónde viene esta tradición?

El origen de las figuras de los gigantes y cabezudos, ya no solo en el caso de Ponferrada, se remonta a la tradición de procesionar comparsas en el ámbito de la Iglesia, cuando era habitual verlos en desfiles procesionales de carácter religioso. También la Iglesia era su propietaria lo que le obligaba a garantizar si mantenimiento y su guarda. Tanto es así que en ciudades como Zamora existe aún hoy en día la Casa de los Gigantes, el lugar donde se guardaban los gigantes de la catedral.

Tanto unos como otros cobraban especial protagonismo en las procesiones de Corpus Christi en las que solían ir cerrando el cortejo. «Llevaban a un sentido de lo pagano, de que el pecado era vencido por el bien, era un poco la contraposición del bien y el mal, como las dos caras de los festivo, y se mezclaba lo religioso y lo profano», explica el historiador y director de los museos de Ponferrada, Javier García Bueso.

Con posterioridad se prohibieron dentro de las celebraciones religiosas al pasar a ser interpretados como elementos grotescos, que distraen, «porque en los desfiles de Corpus lo que más llamaba la atención eran lo gigantes y cabezudos», apunta García Bueso. Así pasaron a considerarlos mamarrachos. Incluso una Real Orden de Carlos III prohibió su uso, sobre todo en la Corte de Madrid, de este tipo de elementos dentro de estos desfiles porque creían que eran unos personajes demasiado grotescos.

Hay villas en las que los gigantes y cabezudos tienen un especial protagonismo, por ejemplo en Villafranca del Bierzo que alberga los gigantes más relevantes, antiguos y difundidos que forman parte esencial de su fiesta y parte del patrimonio cultural y festivo. Sus salidas se repetían desde finales del siglo XIX y el XX pero volvieron a ser prohibidos en las fiestas de algunos años. El historiador y director de los museos de Ponferrada tiene documentados por ejemplo los años 1955 y 1956 en los que el obispo de Astorga, Jesús Mérida, prohibió que salieran. «Prohibió hacer bailes modernos y todo aquello que perturba el sentido que se le quería dar a las fiestas», subraya. En este sentido es importante recordar que «no eran fiestas civiles sino que todo estaba condicionado por el calendario litúrgico del año», apunta Bueso.

¿Cómo se llaman y quiénes son?

En el caso de Ponferrada, la primera pareja de gigantes que hoy conocemos y que desfila en las fiestas de la Encina se incorporó en los años 40 del siglo pasado, en la posguerra, después de la Guerra Civil Española. Adelino Pérez encargó una pareja de gigantes, masculina y femenina, ataviados con indumentaria de bercianos, algo que era habitual en las ciudades de España: Reyes Católicos o personajes de la literatura o de la historia de las ciudades.

Aquí le dan un primer nombre: al personaje masculino Valerio, muy arraigado al Bierzo por San Valerio, y al personaje femenino se le conocía originalmente como Isabel, muy común y que se repite en muchas ciudades teniendo en cuenta que muchas parejas de gigantes fueron Fernando el Católico e Isabel, los Reyes Católicos.

Por desidia u olvido, en 1963, 23 años más tarde, cuando se derribó el antiguo edificio del instituto Gil y Carrasco, los escombros cayeron sobre ellos y se perdieron. «Quedaron destruidos y desapareció esa pareja por ese infortunio de que alguien no se acordara de que estaban allí guardados», relata el director de los museos de Ponferrada.

Con posterioridad se hicieron otros iguales que fueron muy modificados porque a lo largo del tiempo, sobre todo los gigantes, sufren bastantes deterioros. La pareja de bercianos que hoy vemos, Valerio e Isabel, que son dos de los cuatro gigantes que desfilan, son estos mismos aunque los nombres han ido cambiando con el paso de los años. Al personaje femenino le han llamado también Lucinda porque la gente les ha apodado con motes dependiendo de si algún personaje de la época está de moda o se parece.

Los gigantes Valerio e Isabel (o Lucinda) desfilan siempre acompañados por otra pareja también de gigantes que son Don Álvaro y Beatriz, los personajes de 'El Señor de Bembibre', la obra cumbre de Enrique Gil y Carrasco. Mucha gente los conoce como El Templario y La Dama «pero en realidad cuando se compraron la intención es que fueran esos dos», asevera García Bueso. «Pero como Don Álvaro está ataviado de Templario la gente lo llama el Templario», apunta.

Los gigantes y cabezudos, en uno de sus desfiles en el casco antiguo de la capital berciana. Carmen Ramos
Imagen principal - Los gigantes y cabezudos, en uno de sus desfiles en el casco antiguo de la capital berciana.
Imagen secundaria 1 - Los gigantes y cabezudos, en uno de sus desfiles en el casco antiguo de la capital berciana.
Imagen secundaria 2 - Los gigantes y cabezudos, en uno de sus desfiles en el casco antiguo de la capital berciana.

Estos cuatro gigantes son los que habitualmente salen y desfilan durante las fiestas de la Encina y son los que también se pueden ver en el zaguan del Ayuntamiento cuando salen a la calles.

Los cabezudos

Otra modalidad muy distinta son los cabezudos. Entre ellos encontramos cabezudos, gigantillas (femeninos), mamarrachos y pendejos, éstas últimas connotaciones más de carácter grotesco.

Generalmente donde se han conservado cada uno de ellos encarna un personaje de la historia de la ciudad por ello es muy habitual ver en algunas ciudades al emigrante y a algún cabezudo negro o con facciones orientales. A ellos se unen arlequines, payasos, e incluso en determinadas épocas, sobre todo en los años 70, se introdujeron personajes infantiles como Blancanieves y los siete enaninos, como es el caso de Villafranca del Bierzo que tiene toda la serie.

En Ponferrada nos encontramos con cabezudos como la pareja de Sancho Panza y su mujer Teresa, una princesa y el pirata con parche. Todos ellos fueron adquiridos por el Ayuntamiento a Aragonesa de Fiestas, una de las fábricas más antiguas de España en la construcción de gigantes y cabezudos y a la que han comprado la mayoría de los municipios. También en industrias de Levante o Valencia, por toda la tradición de Las Fallas, y en Murcia, que acogen a los principales fabricantes.

Muchos de ellos son de serie, por catálogo, y luego existe la posibilidad de personalizarlos, por lo que muchas ciudades cuando necesitan un personaje concreto y con determinadas características los encargan a medida se fabrican bajo pedido.

Los que más se ven hoy en día son los animales, muchos de ellos caricaturizados. En Ponferrada uno de los cabezudos es un ratón que se parece a Mickey pero no es y otra que se llama La Ratita. También hay un mono, o los cerditos, cabezudos infantiles que han entrado en las comparsas por el mundo de los cuentos y generalmente hacen referencia a los personajes tan entrañables como los tres cerditos o caperucita y el lobo. A ellos se suman otras tipologías que son más de carácter histórico, cabezudos que tienen que ver más con algún personaje de la historia de la ciudad y que hoy día dia son los que salen en los desfiles.

Entre los aspectos de su conservación destacan las vestimentas que con el tiempo se van deteriorando los colores y se van cambiando los tejidos. Los gigantes suelen ser más personajes de tradición por ello muchas de las parejas visten el traje típico de cada zona, «con lo cual eso está cuidado, que el fajín sea rojo, que sea de buena tela», indica García Bueso. Sin embargo, los cabezudos «son un poco de serie B, se les puede cambiar el traje de colores chillones y esperpénticos», resalta.

¿Cuándo y dónde verlos?

Los gigantes y cabezudos de Ponferrada tienen tres días marcados en rojo en el calendario de las fiestas de la Encina 2024 con unas citas que no te puedes perder.

La primera de ellas es este viernes 6 de septiembre, a las 11:30 horas, con un recorrido que iniciarán en el casco antiguo, concretamente en la plaza del Ayuntamiento y que les llevará por la plaza de la Encina, calle Gil y Carrasco, avenida del Castillo, plaza Fernando Miranda, Ciudad Mágica, avenida de Portugal, calle La Asunción, calle M.ª Eugenia Millaret y Auditorio Municipal. Durante el trayecto, como es tradicional, irán acompañados por la música de un tamboritero.

El domingo día 8 de septiembre, Día del Bierzo y día grande de las fiestas en honor a la patrona, los gigantes y cabezudos saldrán a las 11.00 horas desde el ayuntamiento para incorporarse a la procesión solemne de la Virgen de la Encina, que se celebrará en la plaza del Ayuntamiento.

El lunes día 9 de septiembre también serán protagonistas. A las 11:00 horas saldrán de la plaza del Ayuntamiento y llevarán sus bailes y danzas por el paseo San Antonio, calle Caribe, avenida de América, plaza de las Nieves, calle Rañadero y plaza del Ayuntamiento. En esta ocasión también les acompañará un tamboritero.

Desde el siglo pasado el desfile de gigantes y cabezudos se ha mantenido como una cita fiel en los programas de las fiestas de la Encina desde los años 50 del siglo pasado. Valerio e Isabel, Don Álvaro y Beatriz y todo el séquito de cabezudos recuperan cada año, también este 2024, una tradición que gusta a grandes y pequeños y que mantiene vivo el legado histórico de la ciudad.

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