Media vida al cuidado del futbolista: las 26 temporadas del doctor eterno del Athletic
Acaba de colgar la bata después de trabajar al servicio del primer equipo del Athletic Club desde 1996. El doctor Paco Angulo se jubila siendo un ejemplo de discreción y profesionalidad para todos sus colegas médicos de LaLiga
Su taquilla ya está vacía pero en su despacho aún están los cuadernos donde, de su puño y letra, están apuntadas todas las lesiones de los jugadores del Athletic Club desde 1996. “Desde que empecé a trabajar con el primer equipo he ido anotando cada caso, los días de baja, el alta… Es algo que he seguido haciendo hasta el final, escribir en papel y boli lo que pasa cada día”. La libreta de la temporada 22/23 no está sobre la mesa porque el doctor Paco Angulo vive hoy el que es su primer año como jubilado. Una sensación extraña para el que ha sido médico de la primera plantilla las últimas 26 campañas, de manera ininterrumpida y con total dedicación al equipo que es su pasión y su vida. “Estoy viviendo el fútbol de otra manera, se me había olvidado lo que era ir a mi localidad, a la grada. Por primera vez estoy yendo a San Mamés con mi hijo, que está a punto de cumplir 25 años”.
Paco Angulo entró en los servicios médicos del Athletic Club en 1986 y durante diez años trabajó con las categorías inferiores. Después llegó el salto al equipo profesional, donde su máxima preocupación ha sido siempre la de proteger la salud de los futbolistas. “Lo que más echo de menos es el vestuario, el contacto con los jugadores, el día a día con ellos, el intentar cuidarles. Cuando sientes ese feedback y esa confianza que te da el jugador, la verdad es que compensa”. Incluso en los momentos más temidos y ante los peores pronósticos. “Nosotros vemos la cara oscura del fútbol porque cuando un jugador se lesiona es un drama para él, para los entrenadores, para todos los que estamos cerca, y más si es una lesión de larga evolución. Cuando se recupera y puede volver a jugar normalmente es algo muy agradecido”.
Derbis y compañeros de viaje
El doctor Angulo, que ha sido presidente de la Asociación Española de Médicos de Equipos de Fútbol (AEMEF) entre 2015 y 2018, valora la oportunidad que su profesión le ha brindado tras más de media vida al servicio del Athletic. “Mi trabajo al final me ha llevado a estar en un equipo profesional, que además está en LaLiga, y la verdad es que para mí es un ambiente maravilloso. Poder estar en una competición de este nivel para un médico del deporte es algo muy bueno y a muchos les gustaría estar aquí”. De todos los partidos de LaLiga que ha podido vivir desde dentro, el doctor Angulo confirma que los enfrentamientos contra la Real Sociedad son siempre especiales: “ElDerbi Vasco siempre lo marcamos en el calendario, a ver si jugamos el primero en casa y luego allí, o al revés. Y luego yo siempre miraba los partidos ante los rivales más fuertes, a los que suele ser difícil ganar”.
“Echo de menos el vestuario, el día a día con los jugadores. Nosotros vemos la cara oscura del fútbol con las lesiones, pero la confianza que te da el jugador compensa”
Acaba de colgar la bata como médico del primer equipo, y no parece que se haya ido. Al volver a las instalaciones de Lezama para esta entrevista, se reencuentra con los compañeros, entra en su despacho y sigue como él lo dejó, pasa por el gimnasio, entra al comedor y con la mirada recorre cada sala y cada campo de la que ha sido su casa hasta hace apenas unos meses. “Yo he tenido mucha suerte en este club porque he estado bien valorado y bien tratado desde el minuto cero. El estar aquí, el trabajar con gente de primer nivel es una satisfacción enorme. Los equipos de fútbol son un ejemplo de funcionamiento que trasciende a otros ámbitos, por cómo trabajamos y nos interrelacionamos”. En 26 temporadas ha coincidido con 16 entrenadores, complicado calcular a cuántos jugadores ha tratado. Todos coinciden en valorar la discreción de Paco. “Con la plantilla es fundamental ser discreto y salvaguardar la salud de los jugadores. Ni siquiera en casa contaba las cosas que ocurrían en el vestuario».
Cambios y adaptación continua
Desde que firmó su primer contrato en 1986 hasta el presente 2022, el doctor Angulo ha sido testigo directo de los cambios que han transformado el deporte del fútbol, a los clubes y a la propia competición. “Ha habido una evolución brutal. Primero a nivel de infraestructuras, ver cómo está montado ahora Lezama, cómo están equipados los campos era impensable hace unos años. Pero además cada vez los equipos se profesionalizan más, los médicos y los técnicos amplían conocimientos y se tiene alrededor de la plantilla un equipo muy completo intentando cuidar todas las áreas, desde el aspecto físico a la alimentación, la hidratación y tantas cosas que influyen en el jugador”. El doctor recuerda su primer ecógrafo y aún se sorprende por la calidad de imagen que llegan a ofrecer las resonancias actuales.
Avances tecnológicos que le han obligado a un aprendizaje continuo, pero siempre con predisposición y actitud para mejorar. “Es verdad que ha habido mucho cambio desde que empecé, en los jugadores y también en la sociedad en todos estos años, pero me siento muy satisfecho de lo que he hecho, al final haces el trabajo lo mejor que puedes y que sabes, y nada más”. El ritmo en Lezama es continuo: jugadores recuperándose, técnicos preparando el entrenamiento, empleados entrando y saliendo para que todo el engranaje en torno al primer equipo funcione un día más. Antes de dejar Lezama para seguir disfrutando de su nueva vida, el doctor Angulo asegura “que estar en un club de fútbol es una gozada, es una profesión muy bonita. Hay que saber adaptarse ante cualquier situación, pero yo personalmente he tenido días muy buenos y esos me los llevo”. Paco se cuelga la mochila al hombro y echa un último vistazo a su despacho con la satisfacción del deber cumplido: “Me lo he pasado bien”.