un proyecto con
Valor local
La solidaridad
también se entrena
De un pequeño gimnasio en Arganzuela a más de 270 centros.
Brooklyn Fitboxing ha convertido el boxeo en una experiencia
inclusiva, tecnológica y solidaria, donde cada golpe cuenta para
entrenar cuerpo, mente y también conciencia social.
Pablo Nebrera es un emprendedor nato. Con tan solo 28
años montó la cadena de gimnasios femeninos ‘30 minutos’, que llegó a
tener 20 centros en España. Aunque la experiencia fue buena, el negocio no
consiguió el acelerón que pensaban y decidió recopilar todo lo aprendido
para lanzarse a una nueva aventura: Brooklyn Fitboxing,
un centro deportivo inspirado en el boxeo. El primer local nació en el
barrio de Arganzuela, en Madrid, en 2014, y en un contexto algo
complicado. Así nos lo explica el propio Nebrera. “Teníamos muy poco
capital. Afortunadamente, a los cinco meses entraron dos inversores:
Sergio ‘Maravilla’ Martínez, campeón del mundo de los pesos medios, junto
con su socio, Miguel de Pablos. Gracias a su aportación, empezamos a
desarrollar toda la tecnología que se usa en la sesión de entrenamiento:
sensores, luces…”.
En 2015 ya tenían un par de franquicias y un año después llegaron a las
40. “Crecimos muy rápido porque los clientes disfrutaban de la experiencia
y nos llamaban para invertir en la empresa”.
En palabras de Pablo, el objetivo de Brooklyn es que el usuario
“desconecte de su día a día. Es una actividad que exige concentración
total, no te deja pensar en otra cosa. La sensación final es: me lo he
pasado bien, he entrenado duro y he conseguido resultados. Además, nadie
se siente juzgado. No hay comparaciones ni competitividad. Queremos que la
experiencia sea inclusiva”.
En 2022 entró un fondo de inversión y empezaron a crecer aún más rápido,
con una importante expansión internacional: Italia,
Francia, Alemania, Argentina, Brasil, México, Portugal y Rusia. En este
nuevo camino, contar con Banco Santander fue fundamental.
“Empezamos a trabajar con ellos en 2023, a través de una oficina de
empresas. Más tarde, con nuestro proyecto de expansión, nos presentaron al
Fondo Smart, enfocado a empresas de alto crecimiento.
Contar con ellos fue un antes y un después. Por ejemplo, en Italia
teníamos que dejar garantías en efectivo para alquilar locales, y con el
Santander pudimos crear una línea de avales internacionales, lo que nos
permitió crecer más rápido”.
200 centros
En toda España
Las cifras de Brooklyn son impresionantes:
en 2025 la central facturará unos 20 millones de euros,
aunque la red total de clubes llegará a los 50 millones. “Tenemos unos 40 centros
propios y unos 270 en total, de los cuales 200 están en España. Contamos
con unos 1.400 empleados. Nuestro objetivo es crecer en torno al 25 % cada
año”.
Para Pablo, empezar en Madrid fue fundamental para que el negocio
funcionara. “Es un sitio excelente para emprender: hay buena regulación,
facilidad para licencias, una población con nivel adquisitivo medio-alto y
buenos recursos. Encontrar entrenadores es más sencillo. Durante la
pandemia, la gestión de Madrid nos permitió sobrevivir. Hoy
tenemos 65 gimnasios en la comunidad y sigue siendo
nuestra base”.
Brooklyn aporta valor local en los lugares donde aterriza. “Aportamos
frescura, comunidad y creamos empleo joven. Los constructores que montan
los clubes son locales, igual que los proveedores y el personal de
limpieza. Solo el material técnico, como guantes o equipamiento, es
propio. Todo lo demás es local”. El Santander también les ha ayudado en
estas inversiones. “Hablar con ellos siempre es fácil y nos ayudan en
temas del día a día: factoring, financiación, etc”, explica Pablo.
Brooklyn no solo es un centro de entrenamiento, sino que cuentan con un
potente e ilusionante proyecto solidario. “Queremos que nuestros clientes
no solo paguen el gimnasio, sino que vengan. Nos dimos cuenta de que lo
solidario inspira, porque da sentido a lo que haces. En nuestra app hay
cuatro causas: salud, infancia, océanos y árboles. Cada usuario elige una,
y cada golpe o punto que genera aporta puntos a esa causa. Cada dos
semanas se hace recuento y se dona un 1 % de todas las ventas a las ONG
asociadas”. Gracias a los clientes y a sus golpes en los sacos de boxeo,
se ha colaborado con Save the Children, que garantiza una
comida diaria a los niños; con Médicos sin Fronteras, con
su apoyo a la vacunación infantil; con ACNUR, que
financian espacios seguros para practicar deporte en los campos de
refugiados; Clean Wave Foundation, que reforestan el fondo
del mediterráneo de posidonia o Limpocean, que retiran
plásticos del mar.
de euros es lo que tienen pensado facturar a nivel global en este 2025
Pablo Nebrera tiene claro el camino que emprenderá Brooklyn en los
próximos años. “Queremos convertirnos en un actor que promueve la salud
física y mental. Queremos ser un altavoz fiable en un mundo lleno de
información confusa: nosotros nos basamos en la ciencia y estamos
trabajando con asociaciones que investigan, por ejemplo, cómo el ejercicio
mejora la supervivencia en el cáncer”.
En este camino seguirán de la mano de Banco Santander, que se ha
convertido “en un socio estratégico real”. Brooklyn demuestra que el
verdadero éxito no solo se mide en aperturas o facturación, sino en el
impacto que deja en las personas y en los lugares donde se instala. Cada
gimnasio es una comunidad que crece a base de esfuerzo compartido, energía
positiva y compromiso social. Su modelo, que combina deporte, tecnología y
solidaridad, recuerda que entrenar no es solo mejorar el cuerpo, sino
también cuidar la mente y el entorno. Brooklyn propone detenerse un
instante, calzarse los guantes y volver a conectar con lo esencial.
Estructuras
de financiación
Guia Práctica
Ninguna empresa se internacionaliza sola. El
acompañamiento financiero es clave para abrir nuevos
mercados. Tria lo sabe bien: sus proyectos en el extranjero requieren
avales, garantías y líneas de crédito específicas. Y ahí es donde entra
en juego la relación con entidades financieras que comprendan el negocio
y crean en él. “En nuestros proyectos de construcción de obra civil, es
importantísimo el tema de los avales. Tienes que garantizar tanto la
parte técnica como la parte económica, y ahí es donde sin el
Banco Santander esto no sería posible”, asegura Paños.
No se trata solo de conseguir dinero: se trata de hacerlo a tiempo. “Hay
países, como por ejemplo en Chile, que te dan solamente 15 días para
conseguir el aval. Para eso es necesario contar con una entidad que crea
en tus proyectos. También el Santander sabe cómo trabajamos, confía en
nosotros, no nos han ejecutado un aval nunca”, añade. Contar con ese
respaldo permite actuar con agilidad y aprovechar oportunidades sin
poner en riesgo la viabilidad del grupo.