un proyecto con
Cuatro Claves
Ruta para
una expansión
segura
Expandirse al extranjero es un reto apasionante, pero lleno de
obstáculos. No basta con tener un buen producto: hay que adaptarse
a nuevas culturas, entender otros ritmos y formas de negociar.
BTD nace en el año 2004, de la mano de dos personas que llevaban tiempo
trabajando fuera de España. Sabían lo que era adaptarse a otros entornos y
vieron con claridad que podían ayudar a otras empresas a hacer lo mismo,
especialmente en lugares como América Latina o África Subsahariana,
regiones que conocían bien y en las que creían firmemente.
Pero el contexto en aquel momento era otro. En España se vivía una etapa
de bonanza económica y muchas compañías no se planteaban salir fuera. El
mercado nacional funcionaba bien, y había una cierta comodidad
generalizada.
Uno de los primeros retos que afrontó BTD les llevó a los astilleros del
País Vasco y Galicia, donde detectaron un problema común, que no era otro
que productos de altísima calidad que apenas salían al exterior o si lo
hacían era a través de intermediarios que se llevaban gran parte del
valor. La empresa ayudó a cambiar ese modelo, creando un puente directo
entre fabricantes y mercados internacionales. Fue un trabajo paciente, de
ganar confianza paso a paso.
Con el tiempo, ese enfoque les abrió puertas más grandes. Comenzaron a
colaborar con grandes compañías internacionales, guiándolas en su entrada
a mercados complejos, especialmente en proyectos de infraestructuras
públicas. Era un cambio de escala, y también de rol.
Para conocer cómo ha crecido a lo largo de estos años BTD, Andrés Llordén,
consejero delegado y presidente de la empresa, nos señala cuatro claves
que, según él, han sido esenciales para lograrlo.
Tener un
producto competitivo
Guia Práctica
Para entrar en mercados internacionales, no basta con tener una buena idea
o un producto atractivo. Lo fundamental es que sea competitivo, que aporte
algo que realmente marque la diferencia frente a la competencia local y
global. Para BTD, esto significa ofrecer soluciones técnicas y de gestión
que mejoren la calidad y la sostenibilidad de las infraestructuras,
adaptadas a lo que cada mercado necesita de verdad. "No intentamos hacer
proyectos que no sean adecuados al entorno", explica Andrés Llordén. "Si
no, uno termina generando infraestructuras que son poco utilizables o poco
rentables".
REALIDAD LOCAL
VISIÓN GLOBAL
Conocimiento del
mercado local
Guia Práctica
Apostar por salir fuera no es solo hacer un estudio en la oficina. Supone
también conocer bien el terreno, entender la cultura, la economía, las
demandas y particularidades de cada lugar. En BTD han aprendido que solo
"pisando la tierra" se entiende la realidad completa y se pueden diseñar
soluciones que realmente funcionen. "Terminamos generando una
infraestructura de personas locales o de la zona", apunta Llordén,
destacando el ejemplo de Panamá, donde la empresa ha creado un equipo
multicultural con panameños, venezolanos, colombianos, nicaragüenses y un
pequeño grupo de españoles. De hecho, el trabajo ha sido tan satisfactorio
que en la actualidad, es la empresa número uno en agua en esos países.
de los cuales 50 están en Madrid
Esta prudencia les ha protegido en entornos volátiles o durante momentos
de alta inversión, permitiéndoles cumplir con proveedores, empleados y
obligaciones fiscales sin sobresaltos. Para Tria cuidar la caja no es un
gesto conservador: es una estrategia activa para sostener el crecimiento.
Ser constante
y no rendirse
Guia Práctica
Abrirse camino en otros países no es ni rápido ni fácil. La experiencia
vivida durante la trayectoria de BTD es clara: mantener la constancia en
las relaciones con clientes y socios es lo que hace que los proyectos
duren y tengan un impacto real. "Nuestro cliente es fundamentalmente la
administración pública y, por lo tanto, la situación política de cada
uno de esos países marca mucho nuestro desarrollo", reconoce Llordén.
Adaptarse a esos contextos cambiantes, como han hecho en Nicaragua o El
Salvador, requiere "mantener el foco en relaciones duraderas y
coherentes".
Según reconocen desde la compañia, en esa evolución, el acompañamiento
financiero ha sido esencial y destaca el papel del Banco Santander en
este proceso, "un respaldo que aporta valor cuando te presentas fuera".
El trabajo conjunto con entidades como Santander ha permitido a BTD
abordar proyectos complejos con más seguridad y visión a largo plazo.
Adaptar la visión global
a la realidad local
Guia Práctica
Tener una mirada global ayuda a anticipar tendencias y aplicar buenas
prácticas, pero el secreto está en adaptar cada proyecto a la realidad
concreta de cada país. En BTD lo denominan "tropicalizar" sus soluciones,
es decir, ajustar los proyectos para que encajen con la etapa de
desarrollo y las necesidades específicas de cada lugar. "Muchos de los
proyectos que se contratan en los países donde nosotros estamos terminan
inconclusos, y ese es un gran fracaso para todas las partes", advierte
Llordén. Su enfoque busca justo lo contrario: que las infraestructuras
terminen funcionando como se concibieron, aportando valor a largo plazo.
Esta es otra muestra de que internacionalizarse con éxito no depende del
azar, sino de tener una visión clara y un enfoque como el de BTD:
compromiso real con el terreno, conocimiento local y proyectos pensados
para durar.