En 2020, en plena pandemia, Katia y su marido Fran Morales fundan
oficialmente AOKlabs en Dos Hermanas (Sevilla), con la misión de crear
soluciones cosméticas utilizando ingredientes africanos puros, efectivos
y sostenibles. “Partimos sin ningún conocimiento de empresa, sin
estudios de gestión, sin apoyo. Nadie nos explicó cómo estructurar una
empresa para crecer de forma sostenible. Fue a raíz de la pandemia,
trabajando desde casa, cuando vimos que teníamos un potencial brutal.
Las personas se identificaban con nuestra historia porque lo
compartíamos todo en redes.”
La empresa comenzó con un solo producto: manteca de karité 100 % pura,
ecológica y sin refinar, elaborada en Ghana por cooperativas de mujeres.
Hoy, AOKlabs tiene un amplio catálogo de cremas faciales y corporales,
de día y de noche, infantil… Está presente en más de 3.000 farmacias en
España y exporta a más de diez países. “No sabíamos lo que era una
facturación, un IVA, un giro a 30 días. Quien lea esto pensará: ‘¿Cómo
es posible?’. Pero sí, es posible. Hemos aprendido todo sobre la marcha,
sin estudios de empresa, sin apoyo. Solo con fe, constancia y mucha
humildad.”
Pero el éxito, para Katia, no se mide solo en cifras. Su compromiso con
África está en el centro de todo. “Soy afrodescendiente. Tengo un
compromiso muy grande con las cooperativas de mujeres africanas con las
que trabajamos. No solo lo hacemos bajo comercio justo, sino que
devolvemos a la comunidad todo lo que nos da. El año pasado hicimos un
pozo de agua. Este año estamos trabajando en un proyecto más ambicioso:
una escuela de 13 aulas.” Katia impulsa además la Asociación Katia
Simone y presenta el pódcast El otro lado del éxito. “Me gusta descubrir
a personas que emprenden, mostrar lo que hay detrás de la palabra
‘empresario’. Porque detrás hay una persona con propósito, que lucha por
ser fiel a sí misma.”