Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la mitad de la población española (50,7%) vive en ciudades, esto ha creado en muchos de nosotros la necesidad de reconectar con nuestros orígenes y con la naturaleza.
Sienta muy bien escapar, de vez en cuando, del ritmo frenético y el estrés inherente a la vida urbana. En las ciudades, el bullicio constante, la contaminación y el ajetreo diario parecen haberse convertido en una parte inseparable del día a día. La falta de espacios verdes y el acceso limitado a la naturaleza aumentan la sensación de alienación y estrés. Algo que, a veces sin darnos cuenta, afecta a nuestro bienestar emocional y físico.
“Escapar” a la naturaleza, por lo tanto, se revela como una fantástica idea para vivir experiencias que nos recuerden que una vida más simple y conectada con el entorno es posible. Viajes de fin de semana o actividades de senderismo, jardinería o huertos urbanos, se han convertido en pequeños oasis de calma que nos alegran la vida.
Porque el efecto de esta desconexión no es menor. Diversos estudios, como este realizado por científicos de la Universidad de Nueva Inglaterra, han señalado que el contacto regular con la naturaleza tiene múltiples beneficios para la salud mental y física. La falta de este contacto puede agravar problemas como el estrés, la ansiedad y la depresión, enfermedades que parecen ser cada vez más comunes hoy en día.
Por ello resultan tan interesantes los establecimientos vacacionales que impulsan programas que nos permitan pasar más tiempo en espacios de gran belleza natural, hacernos vivir experiencias que nos conecten con el entorno, la historia, la gastronomía e incluso con las labores y oficios ancestrales de las zonas en las que se encuentran. Una forma de vivir los destinos de verdad, que nos permite disfrutar más y de una forma más auténtica de los lugares que visitamos. Veamos algunos ejemplos.
Un destino olvidado lleno de tesoros ocultos
Zamora no suele aparecer en los primeros lugares en las listas de destinos turísticos más visitados, sin embargo, esta provincia posee muchos encantos para disfrutar de la cultura y de la naturaleza, en un entorno que no tiene nada que envidiar a otros de la geografía española.
Basta con visitar Puebla de Sanabria para apreciar este territorio, donde descubriremos una villa medieval con un impresionante castillo, ermitas e iglesias románicas, murallas y el edificio del ayuntamiento, que justifican su catalogación como Conjunto Histórico Artístico. Y en esta localidad, dónde alojarse mejor que en el Parador de Puebla de Sanabria, un establecimiento tranquilo y acogedor, rodeado de jardines y con multitud de instalaciones pensadas para el disfrute.
A solo 12 kilómetros del Parador se encuentra el Parque Natural del Lago de Sanabria, el mayor lago de origen glaciar de la península. Este entorno de bosques, lagunas y cañones ofrece una vegetación exuberante que todavía puede disfrutarse más mediante las actividades organizadas por el propio Parador.
Entre las experiencias propuestas, diseñadas también para ayudar a activar el territorio, destaca una ruta en canoa por los ríos de montaña Tera y Castro, disponible de febrero a noviembre, que permite descubrir la fauna que habita en sus orillas y el impacto fluvial en el desarrollo económico y laboral de la zona.
Además, durante todo el año es posible visitar diferentes lagares, con cata incluida, para acercarse a la historia vinícola del lugar. También se pueden recorrer los alrededores en busca de los monumentales árboles que pueblan los bosques aledaños, participar en un taller de jabones y lana, y aprender el proceso artesanal de fieltrado.
El lobo ibérico tiene una presencia muy significativa en la zona. Para conocer más sobre este icónico mamífero, se puede visitar el Centro de Interpretación del Lobo Ibérico Félix Rodríguez de la Fuente y participar en dos actividades propuestas por el Parador. En el entorno de San Pedro de las Herrerías, Mahíde y Boya, es posible observar al lobo en su hábitat natural durante todo el año en la Sierra de Culebra. Además, entre abril y septiembre, se puede asistir a una experiencia para conocer su realidad, su hábitat y las principales amenazas que enfrenta, contribuyendo así a su conservación.
Una joya natural y cultural en el corazón de Galicia
A menos de una hora de tierras zamoranas, ya en territorio de la provincia de Ourense, se encuentra la localidad de Verín. Un lugar bañado por las aguas del río Támega y que posee un precioso casco antiguo, una riqueza histórica excepcional y un entorno natural único. Una de las mejores formas de disfrutar de la belleza natural de la zona es recorrer la ruta que discurre junto al río en la ecovía del Támega, que lleva hasta la cercana localidad portuguesa de Chaves. Este recorrido, ideal para hacer en bicicleta, ofrece paisajes espectaculares, lagunas, puntos de observación de aves y numerosas sorpresas más.
El manantial de Cabreiroá es otro de los imprescindibles de la zona. Sus aguas, declaradas de utilidad pública por Ramón y Cajal, son muy valoradas, al igual que los viñedos que pueblan el territorio y que pertenecen a la Denominación de Origen de Monterrei. Sin embargo, la maravilla natural por excelencia que el viajero no puede perderse es el Parque Natural do Invernadeiro. Esta zona protegida alberga una interesante fauna, incluyendo cabras montesas y ciervos, y ofrece preciosas sendas en torno al río Rubeira Grande.
Para disfrutar de toda esta riqueza local, nada mejor que alojarse en un lugar con identidad, que realce aún más los encantos de la zona. El Parador de Verín es una opción perfecta: un precioso pazo gallego, rodeado de bonitos jardines y con impresionantes vistas a la fortaleza medieval de Monterrei. Este conjunto monumental, el principal del concello de Verín, incluye castillo, palacio, iglesia, hospital, convento y colegio, constituyéndose en la mayor acrópolis de Galicia.
Debido a su proximidad, el Parador de Verín comparte varias actividades con el Parador de Puebla de Sanabria. Además, ofrece experiencias enoturísticas en O Rosal, visitas a colmenas y envasadoras para conocer el proceso de producción de la miel, rutas fluviales por el Tera y actividades que nos acercan a la vida del lobo.
Un tesoro histórico en la frontera con Portugal
Casi rozando la frontera con Portugal, en Salamanca, se encuentra Ciudad Rodrigo una histórica villa que destaca por sus palacios renacentistas, su catedral, sus murallas y, sobre todo, por su castillo del siglo XIV, que ha sido Parador de Turismo desde 1931. La fortaleza, coronada por una poderosa torre, domina la villa y toda la comarca, ofreciendo un entorno perfecto para disfrutar de un turismo verde.
Los parques naturales de Las Batuecas-Sierra de Francia y Arribes del Duero, este último declarado Reserva de la Biosfera en 2015, junto con el paisaje de las Hurdes, proporcionan opciones inigualables para los amantes de la naturaleza. El Parador de Ciudad Rodrigo, además, propone diversas actividades para aprovechar al máximo este entorno. Una de las más interesantes es la posibilidad de participar en una actividad con perros ecodetectores, ideales para las tareas de campo y conservación ambiental. Estos animales, la opción más ecológica y económicamente sostenible, ayudan en programas de gestión ambiental que intentan paliar los efectos negativos de la contaminación, la invasión de especies exóticas o el uso de venenos.
El aceite es otro de los protagonistas de las actividades ofrecidas. Se puede visitar un olivar y una almazara en Ahigal de los Aceiteros para ver el proceso de producción del oro líquido. Además, hay talleres para aprender a elaborar jabón, y se puede recorrer la orilla derecha del río Águeda para disfrutar de su flora y fauna. También es posible identificar a algunas aves autóctonas en la zona de Arribes del Duero, apreciando así la rica biodiversidad que mejora la calidad de vida de los habitantes locales.
Un paraíso natural a los pies de la Sierra de Gredos
Junto a la Sierra de Gredos y bañada por las aguas del río Tiétar, la comarca de La Vera es todo un paraíso natural. Esta comarca, salpicada de gargantas, bosques de castaños, robles, encinas y rutas senderistas, está formada por 18 poblaciones, cinco de las cuales han sido declaradas Conjunto Histórico-Artístico: Pasarón de la Vera, Garganta de la Olla, Valverde de la Vera, Villanueva de la Vera y Cuacos de Yuste.
Entre estas joyas, encontramos Jarandilla de la Vera, punto de partida de la Ruta del Emperador Carlos V. Esta localidad posee históricos puentes y edificios, destacando especialmente su castillo, que ha sido convertido en el Parador de Jarandilla de la Vera. Este antiguo castillo-palacio, hogar de los Condes de Oropesa, fue también la residencia temporal del Emperador Carlos V antes de su retiro definitivo en el cercano monasterio de Yuste, que también es de visita obligada.
El Parador de Jarandilla de la Vera conserva totalmente su atmósfera medieval y numerosos elementos originales como los torreones, el patio de armas, el foso, la muralla y una espectacular galería gótica que se abre al patio interior, lo que lo convierte en un destino en sí mismo. Sin embargo, este alojamiento también propone una variedad de actividades para explorar el entorno y conectar con sus raíces.
Entre las opciones disponibles, el viajero puede disfrutar de una ruta a caballo para descubrir la flora y fauna de la zona, visitar un taller de alfarería en Villanueva de la Vera y conocer la técnica de este oficio ancestral, realizar una ruta en 4x4 por el valle o visitar el Parque Nacional de Monfragüe para acercarte a la vida animal de este espacio protegido.
Estas son solo algunas de las posibilidades de disfrutar de la naturaleza en armonía con el entorno que puedes encontrar a lo largo de todo nuestro territorio nacional que Paradores está potenciando a través de su proyecto de Naturaleza para los Sentidos, que comenzó en el Parador de Cangas de Onís y que se ha puesto ya en marcha en 24 de sus alojamientos. Una nueva forma de viajar que concede todo el protagonismo a la naturaleza, además de revitalizar la España rural y frenar la despoblación, potenciar las oportunidades de empleo y el desarrollo económico de esas zonas. Si necesitas más información al respecto, te recomendamos que acudas a la web de la Red de Paradores.