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AYUDA EN ACCIÓN

En el corazón de Nicaragua, mujeres que han aprovechado la oportunidad de cambiar su futuro

El nuevo capítulo de La Oportunidad, la docuserie de Ayuda en Acción, viaja hasta el corazón de Centroamérica para poner en valor el empoderamiento femenino y el trabajo que están llevando a cabo algunas mujeres en la zona

Dani Cabezas

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El cambio climático es una de las grandes amenazas a las que se enfrenta la humanidad en su conjunto. Pero, como en otros tantos casos, son las zonas más desfavorecidas del planeta las que pagan sus consecuencias más lesivas. 

En Madriz, un departamento ubicado en el conocido como Corredor Seco de Nicaragua, está uno de los grandes epicentros del cambio climático. La zona está expuesta a condiciones de alta variabilidad climática y a una sequía que amenaza, aún más si cabe, las precarias condiciones de vida de sus habitantes. La mayoría de su población rural vive en condiciones de extrema pobreza. Los principales medios de vida están en el sector primario, principalmente en la agricultura y ganadería menor. Su población depende del acceso a recursos y conocimientos técnicos de buenas prácticas adaptadas a las condiciones agroclimáticas.

En busca de un futuro

Las durísimas condiciones de vida en este enclave centroamericano han llevado a buena parte de la población a buscar un futuro en otros países para poder mantener a sus familias. En la mayoría de casos son los hombres los que dejan sus hogares, mientras que las mujeres se quedan al cuidado de la familia. Por eso ellas deben buscar diferentes alternativas para que sus hijas e hijos tengan una alimentación adecuada. Sin embargo, algo aparentemente tan simple como tener un trabajo no es fácil en sociedades donde las mujeres, desde que son niñas, son educadas para trabajar solo en sus propias casas.

Organizaciones como Ayuda en Acción llevan mucho tiempo trabajando en lugares como el Corredor Seco de Nicaragua. Un trabajo que nace del convencimiento de que es posible crear oportunidades protagonizadas por las propias mujeres rurales de la zona, que participan en proyectos productivos a través de cooperativas. Una iniciativa que pretende dar solución a varios de los problemas que plantean los efectos socioeconómicos de la pandemia, por un lado, y de los generados por el cambio climático, por otro. 

De esta forma, Ayuda en Acción en colaboración con la Xunta de Galicia, ha trabajado en 12 comunidades de tres municipios del departamento de Madriz: San Lucas, Telpaneca y Totogalpa. El objetivo: empoderar a sus mujeres no sólo en materia laboral: también en la promoción y ejercicio de derechos, con especial énfasis en la prevención de violencia basada en género o en el fortalecimiento de los medios de vida de las mujeres.

Historias que inspiran

Dos de esas mujeres, Karina y Erika, protagonizan el nuevo capítulo de la docuserie La Oportunidad de Ayuda en Acción. Dos historias inspiradoras de superación y resiliencia. Dos ejemplos de que, aunque el camino se hace a menudo enormemente complicado, siempre se puede cambiar de rumbo. A veces, gracias a encuentros que ofrecen nuevas oportunidades.

“No hay mujeres con negocios propios porque la mayoría no salen de sus hogares, dependen económicamente de los hombres”

Karina vive en la comunidad El Mamel (Totogalpa). Un lugar en el que es poco habitual que las mujeres tengan un trabajo independiente. “No hay mujeres con negocios propios porque la mayoría no salen de sus hogares, dependen económicamente de los hombres”, explica. La sequía que vive el Corredor Seco Centroamericano hace que la gente que se queda apenas tenga algunos granos básicos para sobrevivir. A veces, ni eso. 

Por su parte, Erika vive también en la región de Madriz. Es madre soltera y, a falta de recursos, tuvo que irse del país durante muchos años. Antes subsistían cultivando maíz y frijol, hasta que la lluvia comenzó a faltar. Tanto, que alimentarse y asegurar unos mínimos ingresos se volvió imposible. La combinación entre pobreza, desigualdad, falta de oportunidades y el impacto de fenómenos como El Niño o La Niña provocaron que Erika tuviese que dejar su casa. “Crecimos sabiendo que quien podía estar en el trabajo era el hombre, quien mandaba era el hombre. No había oportunidades para las mujeres”.

Gracias al apoyo de Ayuda en Acción,  Karina y Erika regentan sendos negocios en los que cosechan y producen miel de abeja, además de otros productos como jabones, cremas, champús y plantas medicinales. Pertenecen a un grupo cooperativo de mujeres que lideran proyectos de emprendimiento resilientes ante los efectos del cambio climático. Para ambas mujeres el futuro está en poder crear más colmenas para poder seguir con el emprendimiento tanto para ellas como para sus generaciones futuras.