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PRODUCTORES SOSTENIBLES

Ovejas, pavos y manzanos: la explosiva mezcla de la que nace la sidra ecológica más original de España

¿Cómo se consigue pasar de ser un pequeño lagar a convertirse en un referente de sidra a nivel nacional? Sidra Somarroza desvela sus secretos: originalidad de sus productos, mantener la esencia de lo tradicional y procesos de elaboración 100% ecológicos que han sido reconocidos en la III edición de los Premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles.

Laura Fortuño

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Los pavos y las ovejas campan a sus anchas por una finca de manzanos de Renedo de Piélagos, en pleno corazón de Cantabria. «La gente al principio se sorprende», dice Cecilia. «Es una variedad de oveja especial que no daña el manzano, se llama pelibuey». Hay unas diez. «Nos encanta todo el entorno rural, pero además, estos animales nos permiten no utilizar ningún tipo de maquinaria agrícola. Ellos son los que fertilizan y limpian nuestros campos de manzanos».

Cecilia, enóloga y responsable de I+D, acaba de dar la primera pista sobre la enorme preocupación por el entorno que caracteriza a la pequeña empresa donde trabaja desde hace años. Ella, junto con su hermana Lucía y su padre Jesús, son el equipo que mueve los hilos de Sidra Somarroza, empresa galardonada con uno de los Premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles de España. Estos reconocimientos, que ya van por su tercera edición, buscan apoyar iniciativas agroalimentarias locales que contribuyen con la sostenibilidad económica, social y medioambiental. De esta manera el banco, en colaboración con El Celler de Can Roca, pone en valor el compromiso de los pequeños productores de nuestro país con el desarrollo sostenible y la eficiencia energética. «El otro día mi padre y yo comentábamos que haber ganado un premio por nuestra sostenibilidad ha sido un orgullo tremendo. Es una manera de que se reconozca que lo que hacemos lo hacemos bien», relata Cecilia.

Mediante esta iniciativa, BBVA busca generar un impacto positivo en la sociedad y crear oportunidades que sirvan de modelo a otras pymes en su transición hacia un modelo sostenible: «Es una inversión para nuestra vida, hay que ser conscientes de que tenemos un planeta y el día de mañana se puede morir por nuestra culpa. Siendo ecológicos, no solo ahorras dinero, también inviertes en salud, en nuestro futuro y en el del planeta», afirma Cecilia, animando a otras pequeñas empresas a apostar también por la sostenibilidad. «Además les diría que no se preocupen por la rentabilidad, porque en el fondo, simplemente es cuestión de ser eficiente. Si tú eres eficiente con el planeta, lo eres también con tu bolsillo», añade la responsable de I+D de Sidra Somarroza.

“Siendo ecológicos inviertes en salud, en nuestro futuro y en el del planeta”

El cuidado del entorno como forma de vida

La familia de Sidra Somarroza tiene su residencia junto a sus terrenos de manzanos, lo que les aporta un extra de comodidad y les permite ser más conscientes de la importancia de proteger el medio: «Tratamos de cuidar, aparte de nuestro entorno, también nuestra forma de vivir», sostiene Cecilia. El lagar, más que su trabajo, es un estilo de vida. Aunque no siempre ha sido así. Jesús Gómez trabajaba en un laboratorio de leche, lo que le permitió aprovechar sus conocimientos para elaborar una sidra cada vez mejor.

“Tratamos de cuidar, aparte de nuestro entorno, también nuestra forma de vivir”

Ahora lucen con orgullo su sello oficial del Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de Cantabria (CRAE). Y no es para menos: «Nosotros trabajamos de forma totalmente sostenible», explica Cecilia. Las máquinas funcionan con energías solares y renovables. Cuentan con un sistema propio de reutilización de botellas: «Mucha gente nos trae las botellas de sidra vacía, nosotros las limpiamos, esterilizamos y las volvemos a utilizar, con los bares y restaurantes también trabajamos así». Una empresa de Cantabria les ayudó a mejorar sus sistemas de envasado y también les enseñó a ahorrar energía mediante procesos que detectan las botellas para que la electricidad no funcione de forma constante.

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De producir sidra para la familia a estar presente en todos los restaurantes

Hoy son un referente a nivel nacional, pero sus comienzos resultaron más humildes. Igual que mucha gente en Cantabria, la familia Gómez producía sidra para su propio consumo: «La compartíamos con familiares y amigos, que nos decían que era espectacular. Hace diez años a mi padre se le ocurrió la idea de comercializarla para ayudar a toda esa gente que tiene fincas de manzanos pero no elabora sidra. Así podían darle provecho a sus manzanas».

Poco a poco, empezaron a crecer y ganar premios. «Vimos que se valoraba el producto que elaborábamos, así que creamos más gama», cuenta Cecilia. Lo cierto es que está siendo un año histórico para Sidra Somarroza: además del Premio BBVA a los Mejores Productores Sostenibles, también han ganado el Premio Alimentos de Cantabria a la Innovación.

Innovar para crear nuevas tipologías de sidras

«Nos dedicamos a investigar y crear cosas diferentes para que la gente a la que no le gusta la sidra pueda encontrar también algún producto que le encaje», cuenta la enóloga, dejando entrever que ahora están trabajando en un producto nuevo que va a ser revolucionario y muy especial.

Sus productos siguen un proceso de elaboración totalmente artesanal: recogen la manzana (o la traen los agricultores), la lavan, la muelen en una gran trituradora y posteriormente la meten en la prensa. «De ahí sale el mosto, que se mete en los depósitos y luego hace fermentación alcohólica y maloláctica, y después se decide, dependiendo del depósito, a qué tipo de sidra va destinada», explica Cecilia.

Otra opción es hacer maceraciones con frutas o hierbas, como es el caso del Bíter Bio, uno de sus productos más populares y que se incluirá en una de las recetas que los hermanos Roca elaboran en ‘Gastronomía sostenible’, y que forma parte del premio como mejor productor sostenible de España. Se trata de una nueva bebida elaborada a partir de trece botánicos y sidra natural ecológica que hacen que tenga un sabor único.

«En Navidad, por ejemplo, se vende mucho la espumosa dulce y en verano tiene mucho éxito la sidra natural», desvela Cecilia, demostrando un merecido orgullo por haber sido capaces de poner en el mercado productos de alta calidad que demuestran que la innovación no está reñida con la sostenibilidad.