La bebida impensable que revolucionó el sector de la alimentación
Esta es la historia de un producto innovador que se transforma periódicamente para mantener su liderazgo en el sector y seguir siendo un referente en naturalidad y sostenibilidad

Nuestras abuelas se llevarían las manos a la cabeza. De hecho puede ser que aún quede quien lo haga. Durante décadas beberse un zumo de naranja después de un vaso de leche fue considerado tentar a la suerte y lo de mezclar ambos líquidos, una auténtica locura. Por suerte, siempre hay quien va más allá. Y eso es lo que hizo Tomás Pascual hasta llegar a revolucionar las bebidas funcionales. Porque, en ocasiones, la innovación solo depende de dos cosas: generar una idea y tener la audacia de llevarla a cabo.
No fue hace tantos años –pero sí los suficientes para considerarlo un disruptor– cuando recorriendo los pasillos de la feria alimentaria de Anuga (Alemania) el fundador de Pascual [también pionero en la uperisación y el uso del tetrabrik en España] descubrió una exótica mezcla de dos elementos aparentemente incompatibles. Su instinto emprendedor le impulsó a trabajar enfocado a las bebidas saludables –un mercado que ya factura 1.500 millones de euros anuales en España– y el resultado fue Biofrutas, la primera bebida de zumo y leche del mercado español.
Tras 25 años, la marca sigue innovando adaptándose a las tendencias de consumo
Hoy, un cuarto de siglo después, ya rebautizada como Bifrutas [entre 2006 y 2010 se llamó Pascual Funciona], es el referente de toda una categoría en el sector de la alimentación y llega a más de 2 millones de hogares españoles, alcanzando una cuota de mercado del 40% en su esfera.
Una idea que comenzó con dos sabores, Mediterráneo y Tropical, y que fue incorporando variedades (Pacífico, Ibiza, Pasión, Florida, Plátano y Fresa, incluso Galleta María y Cereales). Su pervivencia en los lineales de los supermercados durante todos estos años responde a un acierto de la compañía: es un producto vivo que se adapta a los tiempos. Lo cierto es que desde 1997 ha existido un camino de transformación continuo. Y en esa línea de mantener el liderazgo a base de innovación, en 2021 la marca incorporó una nueva gama con ingredientes 100% de origen natural y vitamina C.

Una alternativa a la bebida original –aún disponible para los fans del sabor de siempre– libre de conservantes, colorantes y edulcorantes, con mayor proporción de leche y zumo y hasta un 40% menos de azúcares añadidos. Algo que responde a la demanda de unos consumidores más preocupados por su bienestar y alimentación –según el Attitudes to Healthy Eating and Drinking Europe 2020 de Mintel, el 39% de los españoles considera la ‘naturalidad’ un factor determinante a la hora de comprar alimentos– y que no deja de ser el reflejo del propósito de la compañía de dar lo mejor, tratando siempre de asegurar la máxima calidad y adaptarse a los nuevos tiempos.
El análisis activo de los requerimientos de los consumidores es vital para aplicar la innovación con sentido. Otra de sus exigencias, la de cuidar el medioambiente, ha hecho de la marca la más sostenible de su categoría. Bifrutas ha seguido reinventándose en todos los sentidos, para ser mejor por dentro y por fuera. Para ello ha incorporado Tetra Brik Bio-Based, un envase con más de un 75% de materiales procedentes de fuentes renovables –alcanzando incluso el 83% en formatos como el 200ml o el 1L– y con tapón vegetal. Pascual ha sustituido también sus pajitas de plástico por otras más sostenibles de cartón. Con ello, Bifrutas evita introducir en el mercado más de 95 millones de pajitas, reduciendo alrededor de 42.000 kg de plástico de un solo uso.