Hamburguesas imperfectas de sabor perfecto: la corriente de belleza real llega a la restauración
Bajo el lema “Belleza real, Sabor real”, la cadena de restauración ha desterrado los colorantes, conservantes y aromas artificiales de todos sus productos y los ha dejado tal como son: imperfectos, pero auténticos y 100% de verdad.
La perfección ya no se lleva. Iniciativas como #bodypositive #ItsOnUs o #RealBeauty lo confirman. El truco ha pasado a resultar engañoso para la mayoría y publicar una foto con la cara lavada se cotiza al alza. Celebs como Gwyneth Paltrow, Cameron Díaz o Lady Gaga saben que la autenticidad vende y dan la cara por ello para lanzar un mensaje al mundo: no hay que seguir el estándar de belleza para ser hermosa. Las grandes firmas lo saben y por ello cada vez son más las campañas publicitarias que están protagonizadas por modelos con rostros y cuerpos no normativos: orejas panorámicas, narices prominentes, diastemas, vitíligo o tallas grandes son bienvenidos en este nuevo escenario ‘beauty’.
Pero la revolución no se limita al mundo de la moda. Lo uniformado, lo estándar, lo impecable, lo que viene de serie, aquello que no presenta defectos se hace hoy impostado a nuestros ojos. La influencer María Pombo confesaba en una entrevista televisiva que las fotos que sube más producidas nunca tendrán tan buena acogida como el clásico selfie mañanero y casual, pues es, en estas instantáneas improvisadas, donde se revela nuestra verdad, el encanto de lo cotidiano, de lo espontáneo y lo sencillo. Al universo de la alimentación el cambio de rumbo llegó desde otro lugar. Los consumidores españoles hablaron (según datos extraídos de Kantar Media) dejando claros los tres aspectos que más valoramos los españoles cuando hablamos de restauración: la eliminación de aditivos artificiales, que los ingredientes sean reales y la calidad de la comida. La pregunta es: ¿un tomate con protuberancias o una loncha de bacon curvada son igual de apetecibles? La respuesta es “SÍ, MUCHO” y Burger King ha podido demostrarlo.
CASTING DE TOMATES
Hasta hace poco tiempo en el supermercado lo normal era que, de manera instintiva, nos decantásemos por aquellos alimentos de apariencia saludable y reluciente. El origen de esa hermosura no nos importaba mucho, porque nuestra primera motivación era que tuvieran el aspecto ideal. Pero las cosas han cambiado y el “make-up no make-up” ha llegado para quedarse también en la alimentación. Burger King se ha sumado a esta tendencia dando un paso más allá para reivindicar la belleza real y las imperfecciones en todos los sentidos y ámbitos de la vida, también en la comida, porque en Burger King consideran que solo la belleza real y la imperfección en sus ingredientes les otorga un sabor real.
BELLEZA REAL, SABOR REAL
Burger King ha desterrado los colorantes, conservantes y aromas artificiales de sus ingredientes y los ha dejado tal como son: imperfectos, pero auténticos y 100% de verdad. Imaginemos una manifestación de alimentos reales que caminan unidos al grito de “¡No somos perfectos, abrazamos nuestros defectos!” o “¡Abajo los conservantes!”. El movimiento a favor de la “nueva” autenticidad ya está aquí, pero para Burger King no se trata de una novedad. La compañía lleva trabajando desde hace años en este proceso y en 2019 implantaron el cambio en la mayoría de sus productos, pero, y aquí reside la magia de todo este cambio, sus consumidores no se han dado cuenta, pues el sabor sigue siendo el mismo, ese “Ummm” tan característico en Burger King que hace irresistibles a sus hamburguesas desde siempre.
La calidad de un producto debe basarse en su sabor, aroma y su producción, no en su apariencia. Para conseguirlo, precisamente por la parte de producción, el compromiso de los proveedores de la compañía ha sido fundamental, llegando a desarrollar recetas específicas para Burger King que cumplan con su requisito de comida 100 % de verdad, sin usar aromas, colorantes ni conservantes artificiales.
Esta iniciativa de 'belleza real' ha llegado para quedarse a Burger King y para anunciarlo la compañía ha lanzado una campaña potente y original en la que los ingredientes al desnudo se convierten en los auténticos protagonistas. Las fotografías muestran tomates que no lucen el rojo más brillante, panes con arrugas, patatas fritas de distintos tamaños y lonchas de bacon de formas irregulares. Lejos de querer ocultar estos supuestos defectos, el encuadre pone el detalle en las singularidades de cada alimento potenciando el mensaje con claims fuerza que todos asociamos al mundo de la moda y la belleza como “La arruga es bella”, “Vivan las curvas” o “Lo bello no entiende de colores”.
Bajo el lema “Belleza real, Sabor real” Burger King marca así una tendencia en el sector al mostrar de este modo su apuesta por ingredientes 100 % de verdad y eliminar artificios, porque sin ellos es posible ofrecer a los consumidores mejores productos. Un cambio de rumbo valiente y consciente que nos seduce, nos contagia y nos llena de fuerza y seguridad para seguir con un viaje que ya ha empezado y cuyo destino promete conectarnos con la esencia de lo que somos. Sin filtros ni maquillajes que nos oculten. Gracias Burger King, seguimos.