Empresas sostenibles, ¿la última frontera de la economía?
Conceptos como la financiación sostenible son síntomas de un cambio que no tiene vuelta atrás y en el que las grandes empresas tienen mucho que decir
Conceptos como la financiación sostenible son síntomas de un cambio que no tiene vuelta atrás y en el que las grandes empresas tienen mucho que decir
Algo está cambiando en la economía. El éxito empresarial ya no se mide exclusivamente por el dinero que una empresa hace ganar a sus accionistas. Hoy es tan importante el beneficio económico como la manera de obtenerlo. Es la economía sostenible (también llamada verde por muchos). Un nuevo paradigma que forma ya parte de la realidad de muchas empresas y que responde a lo que la sociedad realmente espera de ellas.
De hecho, la economía sostenible se ha convertido en la única manera de lograr que una empresa perdure en el tiempo y tenga garantizado el futuro. Detrás de esta lógica se encuentra una manera más responsable de hacer negocios que cada vez más empresas integran con toda normalidad. La introducción en 2015 de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU ha impulsado esta forma de dirigir una organización que, junto al beneficio económico, persigue otros objetivos relacionados con el compromiso con la ecología, la sostenibilidad y el buen gobierno de las compañías.
Las razones para este cambio de mentalidad tienen mucho que ver con los desafíos que afronta actualmente la humanidad. Gobiernos, empresas y sociedad civil deben trabajar de la mano para afrontar retos como el cambio climático, la pobreza o la precarización del empleo. Para paliarlos es imprescindible repensar el modelo económico y basar sus actividades en estrategias sostenibles como la descarbonización a través del uso de energías limpias, el fomento de la economía circular, la electrificación del transporte y los edificios o, incluso, la financiación basada en criterios sostenibles. Se trata de un cambio que no solo está ya en marcha, sino que es imparable.
Dependencia Energética
La importancia de la dependencia energética
El concepto de dependencia energética puede resultar algo confuso, por eso resulta interesante ponerle una cifra para entender su dimensión. Para aclararlo, hay que echar un vistazo a las propias previsiones del PNIEC.
Este plan prevé el ahorro de 67.000 millones de euros hasta 2030 solamente por la reducción de la demanda de importación de combustibles fósiles que supondrá su implantación. Para poner en contexto esa cifra, basta decir que es ligeramente superior al PIB de una comunidad autónoma como Galicia. Otra de las grandes ventajas de reducir la dependencia energética del exterior tiene que ver con una mayor seguridad energética del país, al sustituir esa demanda por energías autóctonas.
67.000M
Ahorro previsto por el PNIEC hasta 2030 por la reducción de la demanda de importación de combustibles fósiles
62.387M
PIB de Galicia a precios corrientes en 2019
53%
Cuota de consumo de productos petrolíferos del transporte por carretera
“La financiación verde es una cuestión de pura gestión de riesgos. Supone asumir una cultura basada en criterios de sostenibilidad que, desde Endesa, estamos encantados de abrazar. Asumir esta cultura es un proceso gradual y una gran oportunidad de negocio que se puede fundamentar en dichos criterios”, explica Adolfo García Nombela, director de Finanzas y Seguros de Endesa.
Por qué necesitamos descarbonizar la economía
Para comprender mejor los efectos que puede tener sobre el planeta que nuestra economía se guíe sobre criterios sostenibles, basta con echar un vistazo a los planes que tiene España de aquí a 2030 y que marcan el camino a seguir para alcanzar la neutralidad climática en 2050 a la que nos hemos comprometido en el marco del Acuerdo de París.
En concreto, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) apuesta por eliminar en los próximos 10 años una de cada tres toneladas de gases de efecto invernadero que se emiten actualmente. ¿Cómo se logrará un objetivo tan ambicioso? La respuesta es compleja pero hay una máxima a seguir: apostando por el uso de energías renovables en las actividades económicas y por la defensa de políticas de sostenibilidad que promuevan una mayor eficiencia energética.
Tomemos, por ejemplo, una actividad sobradamente conocida e indispensable: el transporte por carretera. Resulta que es la que acapara la mayoría del consumo de productos petrolíferos en España (hasta el 53%). Su consumo supera el de otros sectores como el de la industria, el residencial o el de la transformación, que incluye la producción de electricidad. ¿Qué significa esto? Que un transporte poco sostenible aumenta la dependencia energética del exterior y la cantidad de emisiones dañinas para la salud y el medio ambiente.
Consumo de crudo y productos petrolíferos por sectores económicos en 2019
El transporte acapara la mayoría del consumo de crudo y productos petrolíferos en España para consumo energético.
Fuente: Informe de inventario nacional gases de efecto invernadero. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Asimismo, el transporte por carretera tiene un enorme peso en el global de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España. De hecho, es el sector que acapara una mayor parte del total, por encima de otros como las actividades industriales o la producción eléctrica.
Emisiones GEI 2019 en España
El transporte acapara la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) inventariadas en España
Fuente: CORES
¿Qué ocurriría si se lograra un transporte por carretera más sostenible? ¿Qué pasaría si los distintos sectores apostaran por el uso de energías más limpias e integraran la sostenibilidad en sus procesos de producción? En primer lugar, que España alcanzaría un importante ahorro económico simplemente con la reducción de la importación de combustibles fósiles. El mix energético dependería menos de combustibles fósiles importados que, además, se sustituirían por energía renovable con un alto grado de valor añadido nacional en términos de inversiones y generación de empleo. Por ejemplo, la electricidad generada en las instalaciones hidráulicas, eólicas o fotovoltaicas que gestionan empresas como Endesa.
Pero, por otro lado, a medida que la producción industrial alcance una mayor descarbonización, disminuirán los costes por dióxido de carbono o CO2 en el marco del mercado de derechos de emisión en la Unión Europea (ETS). Un efecto que ya se pudo apreciar en 2019: las emisiones totales de las instalaciones fijas reguladas por el comercio de derechos de emisión supusieron entonces 109,52 millones de toneladas equivalentes de CO2 en España, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Esta cifra es un 45% menos respecto al año 2005, cuando empezó a aplicarse el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (RCDE UE) y del 14% respecto al año 2018.
La financiación verde es una cuestión de pura gestión de riesgos. Supone asumir una cultura basada en criterios de sostenibilidad
Las últimas estimaciones sobre emisiones de gases de efecto invernadero en España, referidos a 2020, apuntan a un descenso del 17,9% respecto al año anterior en el total de sectores, según el Observatorio de la Sostenibilidad. Aunque buena parte de esta bajada responde a los efectos de la pandemia de la Covid-19 sobre la actividad económica, lo cierto es que ya se habían observado descensos en los dos años anteriores.
Es una tendencia positiva que, no obstante, es necesario reforzar. No se puede olvidar que, en 2018, prácticamente todas las comunidades autónomas registraban todavía niveles de emisiones de CO2 superiores a las de 1990.
Del dicho al hecho: el desafío de convertir la economía verde en un pilar económico y social
La pregunta, entonces, es cómo conseguir que el espíritu de la economía verde se convierta en un pilar de la actividad de nuestra sociedad y que las empresas persigan objetivos sostenibles, más allá de los meramente económicos. “Este mercado de financiación sostenible se ha ido sofisticando con los años. Hoy, en el caso de las grandes compañías los préstamos y bonos se ligan a objetivos, más que a proyectos, como se hacía inicialmente. En las negociaciones con los bancos, nos autoimponemos una serie de objetivos que incorporamos a nuestra estructura -incentivos- y los bancos, por su parte, realizan cierta renuncia económica ofreciéndonos mejores condiciones de financiación”, afirma García Nombela. De esta manera, las condiciones de los préstamos verdes van ligadas a una serie de objetivos que se plasman negro sobre blanco y que incluyen tanto impacto social como medioambiental.
Endesa ha sido la primera compañía del mundo en obtener un préstamo verde del Banco Europeo de Inversiones y también la primera en recibirlo del ICO. Se trata de financiación que busca tanto facilitar inversiones en materia de eficiencia energética como aquellas que fomenten la producción de energía a partir de fuentes renovables. “Esta financiación surge a raíz de la agenda de sostenibilidad, que dio lugar a pools de inversores sensibilizados con la sostenibilidad y la implicación de los gobiernos”, explica García Nombela. “Los mercados están dispuestos a tener una consideración especial con aquellas empresas que demuestran cierta sensibilidad medioambiental. Un concepto que ahora se amplía a la sensibilidad social, con la etiqueta ESG”. Esta etiqueta acredita que una organización cumple con ciertos requisitos medioambientales, sociales y de buen gobierno.
2400
Número de vidas que se salvarán al año en España en 2030 por la mejora de la calidad del aire
Mucho más que dinero
Además de las económicas, la descarbonización plantea ventajas muy importantes. La mejora en la calidad del aire que se espera para 2030 podrá salvar muchas vidas cada año: el PNIEC estima que las muertes prematuras se reduzcan para entonces en torno a 2.400 personas. Esto será posible gracias a la reducción de contaminantes como las partículas finas (PM2.5), ozono, dióxido de azufre y óxidos nitrosos gracias al uso de tecnologías más limpias, entre otras medidas.
Por ello, la implicación de las grandes empresas con este tipo de financiación debe ser firme, ya que repercute y tiene un efecto tractor en toda su cadena de valor, desde los proveedores hasta los clientes, y, por ende, en el conjunto de la sociedad. Hoy, el 40% de la deuda de Endesa cuenta con cláusulas de sostenibilidad, un porcentaje que aumentará hasta el 60% en un par de años.
El año pasado pactamos con los bancos que si nuestros proveedores acreditan su sostenibilidad, tendrán acceso a financiación en mejores condiciones
Adolfo García Nombela, director de Finanzas y Seguros en Endesa
Además, Endesa incentiva activamente la sostenibilidad en toda su cadena de valor. “El año pasado pactamos con los bancos que si nuestros proveedores acreditan su sostenibilidad, también tendrán acceso a financiación en mejores condiciones”, destaca su director de Finanzas y Seguros. Estos acuerdos incluyen la introducción de criterios de sostenibilidad en la operativa de anticipo de facturas a proveedores (confirming). En este sentido, la compañía incluirá en esta nueva operativa los contratos con aquellos proveedores que tengan la certificación ISO 14001 de gestión medioambiental. Esta normativa internacional acredita la gestión de los riesgos medioambientales que supone la actividad de una empresa.
Porque, en definitiva, desarrollar una economía que vele por el futuro del planeta y el bienestar de todos es algo más que una declaración de intenciones. Es un proceso que ya está en marcha y que no se va a detener. Solo así conseguiremos alcanzar esa sostenibilidad que tanto necesitamos en todos los ámbitos.
Cómo hacer del planeta un lugar mejor para todos. Un planeta sostenible y habitable. La respuesta está en la energía. En concreto en la buena energía necesaria para crear nuestro día a día, para ser y para estar y, sobre todo, para construir el latido de lo que somos y de lo que queremos ser.
Ese compromiso es Buena Energía, un proyecto con el que Endesa quiere seguir construyendo un país sostenible, inteligente, limpio y para todos. Un país que, ahora más que nunca, tenga en la sostenibilidad y en una transición energética justa su espina dorsal. La descarbonización y la apuesta por las energías renovables teniendo siempre presente el desarrollo local y la economía circular, la generalización de las ciudades y los hogares inteligentes, el avance en movilidad eléctrica y los principios de igualdad, equidad y transparencia guían este proyecto porque para que el mundo avance es necesario que todos vayamos de la mano. Juntos y con Buena Energía.
Créditos
Proyecto coordinado por:
Prado Campos
José M. Sánchez
Dirección de Arte y Diseño UI:
Alessandro Marra
Infografías:
Pedro Jiménez
Desarrollo y maquetación:
Saúl Fernández
©Contentfactory - cmvocento