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Productores Sostenibles

Vivir de una granja al margen de la gran industria: la historia de ‘Los Caserinos’

La familia que forma ‘Los Caserinos’ decidió desmarcarse de una industria cada vez más asfixiante y a día de hoy han logrado construir una granja sostenible, habitada por animales felices y obtener una materia prima ‘de la leche’

Eva Prieto

LosCaserinos

de Grases (Villaviciosa) ASTURIAS

Son las tres de la mañana y en Los Caserinos se empieza a notar un inconfundible aroma a leche recién ordeñada, canela y limón. Así arranca la jornada en esta granja familiar ubicada a cuatro kilómetros de Villaviciosa y rodeada de los bellos paisajes del Principado de Asturias. Su delicioso arroz con leche se cuece lentamente en las altas horas de la madrugada mientras, a unos metros de allí, los animales duermen. Necesita unas cuatro horas y media al fuego antes de acabar en los tarros de cristal que saldrán en el reparto de las ocho de la mañana. Podría parecer que gran parte de las tareas del día ya están hechas, pero esto solo acaba de empezar.

Asturias tiene un entorno privilegiado y estamos obligados a cuidarlo❞

subraya Alberto

Llevamos esta forma de vida en la sangre

Alberto Amandi es el ‘jefe’ de los cuatro hermanos que forman Los Caserinos. «Mi bisabuelo se mudó al pueblo de Grases (Villaviciosa) para trabajar de casero en una quesería. Era un hombre tan pequeñín que sus vecinos le bautizaron como ‘El Caserín’ y a sus ocho hijos como ‘Los Caserinos’», comenta orgulloso con gran acento asturiano. Ellos son la cuarta generación de una familia ganadera que siempre tuvo vaques roxas y llevaban prácticas de agricultura y ganadería sostenible, aunque esto fue cambiando a medida que el padre de Alberto construyó una nave e introdujo hasta 180 vacas de leche para vender a industria.

Lamentablemente su padre falleció muy joven, con apenas 50 años, y los hermanos siendo todavía «unos guajes» tuvieron que tomar una decisión.

«Nosotros no queríamos separarnos. Llevamos esta forma de vida en la sangre y lo hemos mamado desde pequeños, así que decidimos continuar todos juntos y quedarnos cerca de nuestra madre». Los cuatro hermanos se hicieron cargo de la empresa y continuaron con el modelo empresarial que había iniciado su padre. Pero en el año 2004 dijeron basta. Alberto, que es un gran conversador, se pone serio y cambia su tono risueño cuando recuerda aquella época. «La industria láctea es una rueda sin final. Los precios son muy bajos. Te exigen que produzcas más y más, lo cual genera más purines, más problemas y la rentabilidad es cada vez menor. La propia industria nos ahogaba, aquello era un sinsentido». Habían apostado por la herencia familiar, pero Los Caserinos ya no disfrutaban del entorno ni de su trabajo. Y tampoco salían las cuentas.

Decidieron desmarcarse de una industria cada vez más asfixiante y volver a sus orígenes para recuperar la sonrisa. Lo primero que hicieron fue reducir el número de vacas hasta quedarse con 16 y la nave se transformó en una granja de productos ecológicos, artesanos, producidos de forma natural y sostenible con técnicas como el pastoreo. La materia prima de alta calidad que obtienen en sus propias instalaciones hace que, gracias a su cadena de producción, consigan trasladar directamente la leche recién ordeñada hasta la quesería, conservando todas las propiedades organolépticas intactas y evitando cualquier tipo de contaminación externa. Sus vacas viven al aire libre la mayor parte del tiempo que las condiciones climatológicas se lo permiten y además su alimentación es completamente ecológica.

«Ahora nuestras vacas viven mucho más. Piensa que la media de vida en una granja intensiva es de 2,9 partos, pero nuestras vacas viven trece y catorce años. Tienen una calidad de vida brutal y nosotros hemos vuelto a disfrutar». Alberto y sus hermanos conocen perfectamente a cada uno de sus animales y procuran que tengan la mejor calidad de vida posible. Pero ese bienestar es también un camino de ida y vuelta porque Alberto confiesa que cuando está estresado se va a la cuadra y allí desaparecen todos sus males. «Queremos mucho a nuestros animales y sabemos que ese cariño se nota en nuestros productos. Creemos a ciegas en lo que hacemos. El problema es hacerlo rentable, pero amamos nuestro trabajo».

"Es difícil hacer ver a la gente que el modelo que tienes es el correcto"

Cada mañana Rubén, el tercero de los hermanos, sale puntual con la furgoneta de Los Caserinos para repartir los pedidos del día. En su producción actual encontramos arroz con leche, yogures ecológicos y una deliciosa gama de quesos elaborados con la leche de sus vacas y ovejas entre los que podemos degustar queso artesano semicurado, mezcla, de cabra, queso a la sidra, afumau, un tipo de queso ahumado con madera de manzano, o queso azul, su última incorporación al catálogo y que promete ser todo un reclamo. Todo el sabor del prau asturiano directamente a la mesa.

Un modelo de premio

Alberto insiste en que no es sencillo enfrentarse cada día a los retos de la industria y que, aunque todavía hay muchísimo por hacer, su forma de producir es cada vez más rentable. «Uno de los principales problemas al que nos enfrentamos es hacer entender a los jefes de compra la calidad y el valor añadido que tienen los productos ecológicos y sostenibles». Precisamente, con el objetivo de mostrar la importancia de producir respetando el entorno, hace diez años empezaron a hacer visitas guiadas. Cada año pasan por su granja unos cuatro mil escolares y allí pueden conocer algunas razas autóctonas de Asturias como la pipa pinta o el caballo esturcón, los cultivos de su huerta, la importancia de comer sano y, por supuesto, la elaboración y degustación de sus productos.

Pero sobre todo les enseñan que otra forma de hacer las cosas es posible. «Asturias tiene un entorno privilegiado y estamos obligados a cuidarlo», subraya Alberto. A lo largo de su historia esta ganadería ha cosechado muchos premios a nivel regional y nacional, pero el último no se lo esperaban. «¡Para nosotros fue toda una sorpresa! Mi mujer me animó a presentarme, pero yo no esperaba que nos lo dieran. Al final te sientes súper agradecido y es un espaldarazo importantísimo que alguien tan importante como BBVA y los hermanos Roca aprecien este trabajo porque es difícil hacer ver a la gente que el modelo que tienes es el correcto. Es un orgullo y nos va a aportar muchas cosas, ¡seguro!».

La fuerza del clan y la unión familiar

Alberto no puede evitar emocionarse cuando recuerda el esfuerzo que les ha costado llegar hasta aquí. Un trabajo que han logrado sacar adelante gracias a la fuerza del clan y la unión familiar ante la adversidad empresarial. Así es como estos cuatro hermanos de Villaviciosa han logrado construir una granja sostenible, habitada por animales felices y obtener una materia prima ‘de la leche’. Un camino que ahora reivindican como «el único posible».

Créditos

Redacción: Eva Prieto

Coordinación: Cecilia Marín

Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra

Maquetación: Saúl Fernández

Producción Vídeo: Delia Blesa

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Vivir de una granja al margen de la gran industria: la historia de ‘Los Caserinos’

La familia que forma ‘Los Caserinos’ decidió desmarcarse de una industria cada vez más asfixiante y a día de hoy han logrado construir una granja sostenible, habitada por animales felices y obtener una materia prima ‘de la leche’

Eva Prieto

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