Signos que te indican que es hora de llevar a tu gato al veterinario
Las revisiones veterinarias periódicas son vitales para estos animales, que tienden a ocultar los indicios de cualquier enfermedad
Curiosos, limpios, territoriales y espontáneos. Los gatos son, por encima de todo, independientes. Se asean solos, pueden regular ellos mismos su alimentación y no necesitan salir a la calle para hacer sus necesidades. Pero esa actitud vital que invita a muchos dueños a bromear con que sus felinos son seres superiores –y, sin duda, los verdaderos jefes del hogar– también puede servirles de distracción. Los gatos son reservados por naturaleza y tienden a ocultar sus debilidades, fomentando así su autodefensa ante cualquier depredador o amenaza. Son verdaderos maestros del camuflaje, ocultando la mayoría de las señales que podrían alertar de un problema de salud. Por esta razón resulta fundamental visitar al veterinario periódicamente, incluso sin tener síntomas concretos de enfermedad.
Esto puede resultar obvio pero no sucede en todas las casas en las que conviven con gatos. De hecho, el 50% de los propietarios no lo lleva al veterinario, según datos de la Encuesta Veterindustria de 2017: de los casi 3,5 millones de gatos censados solo uno de cada tres acude al veterinario.
El 50% de los propietarios no lleva a su gato al veterinario
Y la realidad es que lo aconsejable sería realizar al menos una visita anual a la clínica veterinaria y, con mayor frecuencia, a partir de que el animal entra en su etapa madura –algo que ocurre sobre los siete años de vida aproximadamente–.
Signos clave que te ayudarán a detectar cuando tu gato necesita ir al veterinario
Es probable que no hayas dado mayor importancia a algunas comportamientos que tu gato ha adoptado en los últimos tiempos, pero podrían ser señales típicas de alguna dolencia fácil de atajar con asesoramiento de un profesional. Te contamos cómo identificar algunos de los signos más comunes:
Si tu gato...
- Ronda más tiempo de lo habitual la bañera
- Te lo encuentras en el lavabo
- No está cómodo con su bandeja de arena, maúlla más que de costumbre cuando está sobre ella o la ignora
- No le gusta que le rasques la barriga
Podría tener problemas de salud urinaria.
Si tu gato...
- Tiene un comportamiento diferente
- Su rutina se ha visto alterada
- Orina donde no corresponde
- Cuando lo buscas no lo encuentras por ninguna parte
Es probable que un veterinario te diga que tu gato podría estar estresado.
Si tu gato...
- Parece más pasivo de la habitual
- No le interesa la comida
- Bebe mucho y orina más de lo normal
- Tiene mal aliento persistente
Deberías plantearte que el animal podría tener una enfermedad renal.
Una dieta equilibrada que cubra todas sus necesidades y un ejercicio regular con juegos para mantenerlos en forma puede hacer maravillas en la salud de las mascotas. Y un calendario regular de visitas al veterinario, manteniendo al gato vacunado y desparasitado, es la mejor acción preventiva.
Una visita al veterinario sin estrés
A ser posible, hay que hacerlo desde gatito para que sea algo rutinario para él. Todos sabemos lo complicado que resulta en ocasiones llevar un animal al veterinario y con los gatos la cosa se complica aún más…
Y recuerda que, además de contar con tu veterinario, tú eres quien mejor conoce a tu gato y quien puede detectar cambios en su comportamiento. Aprovecha las revisiones periódicas en la clínica para compartir con él cualquier cambio en sus rutinas, hábitos de alimentación o ejercicio y garantizar así su salud actual y futura.