

Consumir energía con cero emisiones
Frenar el cambio climático es esencial y el origen limpio de la energía que utilizamos nos puede ayudar a lograrlo

Es uno de los mayores retos que tenemos por delante. Cuidar el planeta es hoy un objetivo crucial en todo el mundo. Tanto es así, que buena parte de la Agenda 2030 de la ONU gira en torno a este concepto: para conseguir la prosperidad de todos sin poner en peligro la de las generaciones futuras, lo primero que tenemos que preservar es el lugar en el que vivirán.
Uno de los grandes retos que afronta el planeta es el cambio climático. En esta lucha resulta fundamental reducir las emisiones contaminantes, una tarea para la cual necesitamos recurrir a energías sostenibles. El origen de la electricidad que consumimos es una de las claves que nos ayudarán a ello. Eso sí, para lograrlo, debe ser limpia de principio a fin. De poco sirve conducir un vehículo eléctrico que no contamina a su paso si generar la energía que lo mueve supone grandes cantidades de emisiones contaminantes.
Con el objetivo de liderar esa transición necesaria hacia energías verdaderamente limpias, Repsol se ha fijado la meta de alcanzar cero emisiones netas en el año 2050, en línea con los objetivos del Acuerdo de París y los de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Para lograrlo, la compañía apuesta por soluciones que mejoran la eficiencia energética, la generación de electricidad de bajas emisiones, las nuevas formas de movilidad sostenible, así como por el autoconsumo y la generación distribuida.

Huerta solar en el centro de investigación Repsol Technology Lab
Una estrategia integral
Para lograr sus objetivos, Repsol ha apostado por su perfil como proveedor multienergía. De hecho, tal y como destaca su presidente Antonio Brufau, “todas las formas de descarbonización son complementarias y válidas. El incentivo a que todas contribuyan, sin exclusiones, será lo que acelerará la senda de la transición energética. Todas son necesarias y deben contribuir a la salida de la crisis y a hacer más sostenible nuestro país y nuestro planeta”.
Esta estrategia incluye la utilización de la innovación tecnológica y la digitalización para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la cadena de valor, una apuesta decidida por el gas natural como apoyo a las energías renovables, así como por perseguir metas más ambiciosas de producción de electricidad baja en emisiones. También la mejora de la eficiencia energética de las operaciones industriales y desarrollar la economía circular en estas áreas.

Aerogenerador de última generación instalado en el parque eólico Delta, en Aragón
Energía baja en emisiones y con etiqueta A
El resultado de ese esfuerzo que realiza Repsol para suministrar energía limpia es la obtención de la etiqueta A sobre el origen respetuoso con el medio ambiente de la electricidad que comercializa. Se trata de la máxima certificación que otorga la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en este sentido.
En concreto, la CNMC analiza cada año el Sistema de Garantías de Origen de la energía producida en el ejercicio anterior. A partir de la información que cada comercializadora debe poner a disposición de sus clientes sobre el origen de la electricidad que les suministra, el organismo realiza un análisis para etiquetarlas de la 'A' a la 'G', en función del menor o mayor grado de impacto ambiental. Esas Garantías de Origen son las que aseguran que una determinada cantidad de electricidad ha sido generada a partir de fuentes renovables o por cogeneración de alta eficiencia en un periodo determinado.
En el caso de Repsol, la electricidad que comercializó en 2019 procedía en el 93,5% de fuentes renovables, con Garantías de Origen. Mientras, el 6,5% restante provino de generación de bajas emisiones. Según el informe de la CNMC, esto le otorga la máxima calificación: etiqueta A.
Un ejemplo del compromiso de la compañía con su objetivo de descarbonización es su apuesta decidida por la generación de electricidad baja en emisiones. Tanto es así, que Repsol ha conseguido posicionarse ya como un actor relevante dentro de este segmento en la Península Ibérica. De hecho, cuenta con una capacidad total instalada de 2.952 MW y planes en marcha en renovables que suman 2.045 MW más. Su objetivo consiste en alcanzar 7.500 MW de capacidad de generación de electricidad baja en carbono en el año 2025.
Apuesta por la energía limpia
Delta es el nombre del primer parque eólico de Repsol en España. Ubicado entre las provincias de Zaragoza y Teruel, las obras comenzaron el pasado mes de diciembre y se prevé que entre en funcionamiento a finales de este año. Tendrá una potencia instalada de 335 MW, lo que le permitirá generar energía suficiente para suministrar electricidad a unos 300.000 hogares y permitirá un ahorro estimado de emisiones de un millón de toneladas de CO2 al año. A este se suma Delta 2, un proyecto eólico de 860 MW, compuesto por 26 parques ubicados entre las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel. Se desarrollará a lo largo de los próximos tres años, permitirá suministrar electricidad a unas 1,8 millones de personas al año y evitará la emisión de más de 2,6 millones de toneladas de CO2 anuales respecto a la electricidad producida con carbón.
En el campo de la energía solar, la compañía inició el pasado mes de abril la construcción del parque fotovoltaico Kappa (con 126,6 MW), ubicado en Ciudad Real. Valdesolar (con 264 MW), ubicado en Badajoz, será el siguiente proyecto que se ponga en marcha. Junto al parque eólico Delta, los tres proyectos suman una inversión total de 600 millones de euros.
Repsol se ha fijado la meta de alcanzar cero emisiones netas en el año 2050
La compañía también dispone actualmente de tres agrupaciones hidroeléctricas, compuestas por un total de 12 centrales situadas en el norte de España (Asturias, Cantabria y Castilla y León), con una capacidad instalada de 697 MW. Estas instalaciones son una fuente renovable y eficiente de generación eléctrica que, además, permiten almacenar energía para utilizarla en momentos de déficit de otras fuentes renovables.

Aerogenerador del parque eólico flotante Windfloat Atlantic
En cuanto a la energía eólica marina, Repsol forma parte del consorcio que ha puesto en marcha el parque eólico flotante Windfloat Atlantic, que cuenta con los aerogeneradores más grandes del mundo instalados en una superficie flotante. Está ubicado en la costa de Portugal y cuenta con una capacidad total de 25 MW. Esta instalación es capaz de suministrar energía equivalente a la que necesita un municipio de 60.000 habitantes. Dos de las tres plataformas del parque ya están operativas desde enero de este año y proveen energía a la red eléctrica de Portugal.
GENERACIÓN Y AUTOCONSUMO
Además, en su apuesta por reducir la intensidad de carbono, Repsol ha puesto en marcha el servicio Solmatch, la primera gran comunidad solar de España. Basada en un modelo energético 100% sostenible, esta novedad fomenta la generación distribuida o descentralizada. Este modelo acerca la generación de energía al punto de consumo. En las comunidades de Solmatch se genera energía a partir de placas solares instaladas en los tejados de edificios para que los hogares situados en un radio de 500 metros puedan conectarse y disfrutar de electricidad 100% renovable.
La compañía también ha lanzado Solify, una solución integral de autoconsumo de energía fotovoltaica para viviendas unifamiliares y empresas. Esta opción ofrece energía 100% renovable, ahorros en la factura de la luz, así como la gestión y control del consumo, gracias a la aplicación móvil incluida en el servicio.
La apuesta por las energías renovables ya no tiene vuelta atrás. Es la mejor manera que tenemos de afrontar el gran reto de la sostenibilidad. También de garantizarnos que nuestro planeta seguirá siendo un gran lugar para vivir durante muchos años.