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El snack saludable que te levantará el ánimo

Las pipas de girasol son un tesoro nutricional y el aperitivo perfecto para la desescalada

Ana López-Varela

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No es un secreto que la vida sedentaria a la que nos ha abocado el confinamiento ha pasado factura a la mayoría de familias españolas. El estado anímico de la población en general se ha visto resentido debido al miedo al contagio, la falta de interacción con los seres queridos y la incertidumbre por cómo y en qué medida nos afectará la crisis generada por la pandemia del coronavirus. Y la factura no sólo ha sido mental sino también física. La ansiedad por no poder salir de casa se ha traducido en muchos casos en viajes continuos a la nevera y picoteos innecesarios entre comidas. Ahora que nos enfrentamos a la desescalada, las pipas de girasol pueden ser la solución para recuperar los buenos hábitos nutricionales y levantar el ánimo. Más que un aperitivo, son parte de la fórmula para el bienestar de cuerpo y mente.

Las pipas de girasol son uno de los frutos secos con mayor contenido de triptófano, un aminoácido con capacidad para producir serotonina –la hormona asociada a la felicidad y al bienestar–. Estudios, como el de Jenkins, Nguyen, Polglaze & Bertrand publicado en 2016, relacionan los bajos niveles de serotonina con trastornos como la ansiedad, el insomnio, la agresividad y las migrañas. Una porción de pipas de girasol (28,3 gr) puede llegar a proporcionar 700 mg de triptófano, lo que las convierte en un alimento ideal para combatir el bajo estado de ánimo. Así, las pipas de girasol pueden ayudarnos a mantener el equilibrio y ser un gran aliado en estos días de sesiones interminables de pantallas y planes de ocio casero. ¿Quién no recuerda con una sonrisa las noches de cine de verano, las tardes en la plaza con la pandilla o los partidos de fútbol desde la grada? ¿Por qué no recuperar esa sensación de libertad y tiempo por delante para dedicar a lo que más nos gusta desde casa? Es posible hacerlo disfrutando de tu serie favorita, el libro que acabas de empezar o, como no, viendo el fútbol en un bar con los amigos, algo que podremos hacer más pronto que tarde. Comer pipas, de risas frente al ordenador, es el nuevo irse de bares.

Las pipas de girasol pueden ayudarnos a mantener el equilibrio físico y mental, siendo un gran aliado en estos días de sesiones interminables de pantallas y planes de ocio casero

Con suerte y responsabilidad ciudadana, este verano podremos disfrutar de algunos días de vacaciones y no hay que descuidar la operación bikini. Después de tantos días encerrados en casa lo que apetece es lucir perfectos llegado el momento. Las pipas de girasol resultan un snack ideal para cualquier momento del día. Un tesoro nutricional que, además de saciar el apetito, aporta vitaminas y minerales.

Comparadas con otros frutos secos más habituales en nuestras despensas, las pipas de girasol son la mejor fuente natural de vitamina E. Un compuesto que nos ayuda a proteger el sistema cardiovascular y mantener la piel saludable. Sirva como dato que con 28,3 gramos de pipas de girasol aportamos a nuestro organismo el 84% de la vitamina E que necesita nuestro cuerpo cada día. Sus propiedades antioxidantes, fundamentales para la prevención del cáncer, son otra de sus virtudes. También son ricas en zinc, que estimula el sistema inmunitario, y contienen grasas saludables, necesarias en cualquier dieta sana por su aporte de energía y su contribución para absorber vitaminas A, D, E y K. Por último, las pipas de girasol contienen fibra, que ayuda a reducir el colesterol en sangre y prevenir el estreñimiento, y, pese a lo que pueda pensarse, contienen pocos carbohidratos.

La ansiedad por no salir de casa se ha traducido en viajes continuos a la nevera. Las pipas de girasol pueden ser la solución para recuperar los buenos hábitos nutricionales

Los deportistas que por fin han recuperado la posibilidad de salir a correr y ejercitarse al aire libre, aunque sea individualmente, tampoco deberían perder de vista las pipas de girasol. Su alto contenido en minerales como magnesio proporciona lo necesario para relajar los músculos y los nervios del cuerpo. También son ricas en potasio, cuya presencia mejora el rendimiento en los entrenamientos y evita lesiones, mientras que su nivel de selenio, contribuye al mantenimiento de las articulaciones en buen estado.

Comerlas es tan sencillo como el simple gesto de abrir la bolsa. Pelarlas sin duda es un ejercicio desestresante y comerlas tal cual, la primera opción. Pero para los más foodies hay otras muchas e interesantes opciones de consumir estas semillas. Por ejemplo, incorporándolas a todo tipo de repostería –otra de las filias de este confinamiento–. Son perfectas para nuestras recetas de panes, muffins y galletas. También para aportar una sensación crujiente en ensaladas o platos de pasta, combinarlas en postres añadiéndolas a un bowl de fruta y yogurt, o para animar salsas y rebozados. Las recetas a las que podemos incorporarlas son muchas. Además, su precio es asequible y se pueden encontrar en cualquier superficie de alimentación. Lo más viable es que las que encuentres en tu supermercado de confianza sean americanas ya que, según datos de Eurostat, el 52% de las pipas de girasol importadas en España procede de Estados Unidos. Una garantía de que el producto llega a nuestro país tras seguir estrictos protocolos de control de calidad, y, además, de que son un snack 100% no O.G.M., es decir producto de un cultivo no modificado genéticamente.

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