¿Cuánto debe durar mi baja para no perder dinero?
Cuatro de cada 10 autónomos aseguran que han tenido que acortar su baja de paternidad o maternidad para no ver reducidos sus ingresos
No es una decisión nada fácil. La paternidad y la maternidad son momentos únicos en la vida, pero al mismo tiempo estos permisos son especialmente delicados para los profesionales por cuenta propia. Por un lado, nadie quiere perderse un momento único en sus vidas. Por otro, los autónomos saben que el bebé vendrá acompañado de grandes emociones, experiencias hermosas, pero que también habrá nuevos gastos y que, durante sus bajas, perderán dinero.
Un reto más de los muchos a los que habitualmente se enfrentan estos profesionales, a los cuales dedica Orange su iniciativa Nacidos para ser autónomos, con la que quiere solidarizarse y rendir un pequeño homenaje al espíritu especial que tiene este colectivo.
Ahora mismo, la baja de maternidad se puede extender durante 16 semanas (cuatro meses), mientras que la baja de paternidad se extiende durante 12 semanas este año y 16 semanas a partir del próximo mes de enero. Para muchos trabajadores por cuenta propia, la posibilidad de cogerse tres o cuatro meses de permiso es poco menos que utópica, y más todavía cuando los dos son autónomos.
El motivo, principalmente, es que los números no suelen salir. La mayoría de los trabajadores por cuenta propia cotiza por la base mínima y, para calcular lo que les corresponde por la baja de maternidad o paternidad, deberán sumar sus bases de cotización de los últimos seis meses y dividirlas entre 180. Esto quiere decir que, en 2020, muchos autónomos podrían cobrar menos de 900 euros por cada mes de baja, aunque es verdad que tampoco estarán obligados a pagar la cuota, que suele rondar los 290 euros.
“Para muchos autónomos es inviable dejar de trabajar cuatro meses”.
No es fácil saber cuánto ganan de media ahora mismo los trabajadores por cuenta propia en España. Lo que sí parece claro es que, para una familia que acaba de tener un hijo, unos ingresos de 900 euros se pueden quedar cortos. Para muchos, directamente, no serán sostenibles durante meses. La gran pregunta ya no es, en la mayoría de los casos, si los autónomos se ven obligados a acortar las bajas, sino cuánto.
Esto va a depender de tres factores, y el primero es el nivel de ahorro que hayan acumulado. Aquí serán muchos los que no dispongan de demasiadas alternativas. Según un informe de Fedea, más del 40% de los autónomos tienen una tasa de ahorro negativa y casi el 20% no cubre los gastos del hogar con sus ingresos.
“Los ingresos medios de los autónomos en 2016 eran 10.000 euros al año”.
El segundo factor importante será el nivel de los ingresos de los ejercicios previos y las expectativas sobre el futuro a corto plazo. En este frente, unos ingresos medios anuales, que para los autónomos en 2016, por ejemplo, rozaban los 10.000 euros, no arrojan un panorama muy esperanzador. Además, aunque a algunos les salga a cuenta lo que ingresen durante la baja, sabrán que, en los meses siguientes a sus permisos, ganarán menos porque los clientes tardarán un poco en volver a contar con ellos y porque sus nuevas obligaciones familiares reducirán su productividad. Cabe preguntarse, entonces, hasta dónde podría llegar la caída de los ingresos cuando se cobra tan poco y, también, cuántos meses se puede aguantar así.
El tercer factor es la competencia y la reacción de los clientes que representan el grueso de la facturación. Conforme pasan las semanas de la baja, aumentan las posibilidades de que el trabajador o trabajadora por cuenta propia pierda clientes o, al menos, que éstos lo reciban a su vuelta con muchos menos encargos. El motivo es que han contado con otras personas o empresas que les han funcionado bien en su ausencia, y que el regreso del autónomo a la actividad no es justificación suficiente para prescindir de estas alternativas.
En definitiva, los autónomos deberán buscar un equilibrio entre el disfrute del permiso de maternidad o paternidad y la facturación que están dispuestos a perder si lo extienden a partir de un umbral determinado, que variará en cada caso. No existen leyes matemáticas. Todo va a depender de las prioridades personales, de las necesidades financieras y de la reacción más previsible de los clientes.