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¿Qué pasaría si tu viejo Nokia 3310 tuviera un mensaje para ti?

Hace una década se caían las líneas telefónicas y de datos nada más comer las uvas. Hoy nos felicitamos por Whatsapp y redes sociales y compartimos al instante nuestra Navidad. Lo importante es hacerlo sin abusar ni renunciar a nuestros seres queridos

Ana López-Varela

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Navidad de 1999. ¿Recuerdas cómo era tu vida entonces? El entonces presidente del Gobierno del momento, José María Aznar, pasaba la Nochebuena en Belén invitado por el palestino Yasir Arafat. En televisión, se alternaban las imágenes del secuestro de un avión de Indian Airlines que volaba de Katmandú a Nueva Dehli con cuatro españoles dentro; las cifras de tráfico –el número de muertos en accidentes caía un 8,37%–; los temores informáticos del llamado Efecto 2000; o la retirada definitiva de Michael Jordan de la NBA. Teníamos la GameBoy, Britney Spears cantaba aquello de Baby One More Time y los Red Hot Chili Peppers se consagraban con su disco Californication. El holandés John de Mol creaba el formato televisivo de Gran Hermano, nacía la ficción catódica –como la entendemos hoy– con Los Soprano y en el cine se estrenaban El Club de la Lucha y Matrix. Razones de sobra para celebrar el fin de siglo con alegría y, como no, con tu Nokia 3310 entre las manos.

Lo que igual te faltaba en aquellos momentos era la paciencia. Lo malo se olvida rápido y hoy apenas recordamos el suplicio que suponía felicitar las fiestas en los noventa. Ahora hacemos felicitaciones personalizadas en Instagram, Twitter y Facebook y los memes, que corren como la pólvora en los chats de grupo, han sustituido a los tradicionales christmas. Pero hace una década, era comerse las uvas y que se cayeran las líneas telefónicas. Los 15 primeros minutos de cada año se consagraban a una maratón para conseguir contactar con los familiares antes de que se produjera la saturación de llamadas. Y nunca confiabas del todo en que tu felicitación –con corazones hechos a base de asteriscos– llegase a su destinatario.

Por un uso Love de la tecnología lleva dos años fomentando el uso responsable de las nuevas tecnologías

Aquellos años en los que los buenos deseos no entraban en casa por email sino por correo postal y los mensajes de texto que llegaban días después son los protagonistas de la nueva campaña navideña con la que Orange nos desea que, esta Navidad, la tecnología nos acerque a los que más queremos. Porque internet, las redes sociales o las aplicaciones como Whatsapp nos ayudan, con eficacia e inmediatez, a estar en contacto con nuestros seres queridos.

La compañía de telecomunicaciones, como lleva haciendo desde hace más de dos años, incide así en la necesidad de adoptar unos buenos hábitos en nuestra vida online que no entorpezcan nuestra vida familiar. Con su iniciativa Por un uso Love de la Tecnología, Orange ha desarrollado su compromiso por un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías. Si administramos bien el tiempo que les dedicamos y hacemos un uso constructivo, pueden ayudarnos a disfrutar aún más de estas fechas. Pero hay que aprender a priorizar los momentos.

Hace una década nos imaginábamos felicitarnos al instante la Navidad por las redes sociales o Whatsapp

Las nuevas tecnologías, con un uso constructivo y bien administrado, pueden ayudar a disfrutar aún más de la Navidad. Sólo hay que aprender a priorizar los momentos

Por eso, a lo largo de estos años Orange se ha preocupado de alertar de los riesgos de abusar de los smartphone. Tratando temas como el phubbing, un término, que en castellano se ha traducido como ningunfoneo y se utiliza para referirse al acto de ignorar a la persona con la que estamos por la utilización del teléfono móvil. Un práctica cada vez más corriente, tanto entre jóvenes como en adultos, que afecta directamente a la convivencia en el hogar.

Da igual la razón: comprobar el último mensaje entrante; revisar las notificaciones de Twitter; pinchar en el link de un interesante artículo que nos han enviado; jugar online; comprobar el mail del trabajo; subir a Instagram una fotografía de la cena… Es cierto que los avances tecnológicos facilitan nuestra vida diaria, pero hay que ser conscientes de que pueden afectar a nuestras relaciones personales si abusamos de ellos. Según cifras de 2018, el 18% de los jóvenes entre los 14 y los 18 años usa internet de forma compulsiva y generalmente en soledad. Además, el 80% de los españoles están pendientes del móvil durante la comida, como apunta un estudio del grupo de investigación Bienestar y Capital Social de la Universidad de Zaragoza. Por eso, en Navidad lo más importante es no desaparecer en los momentos que importan y aprovechar las tecnologías para acercarnos y reencontrarnos con los más queremos. ¿Quién sabe que sorpresa nos puede estar esperando en nuestro viejo Nokia o la que nos aguardará dentro de otros diez años?


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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Love Orange. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.