Los gatos, auténticos maestros del camuflaje
Estos animales tienden a ocultar los indicios de cualquier dolencia o patología que puedan tener por lo que, aún sin síntomas aparentes, las revisiones veterinarias periódicas son vitales
Quien ha convivido con un felino lo sabe. Los gatos tienen una personalidad peculiar y un carácter independiente que les lleva, por ejemplo, a decidir cuándo aceptan caricias pero exigiendo con determinación la atención de su dueño siempre que les apetezca. Una personalidad que les convierte en los reyes de la casa pero también condiciona su comportamiento y, con mucha frecuencia, su salud. Y es que además de territoriales y muy limpios, la mayoría de los gatos son maestros del camuflaje y, a menudo, enmascaran su malestar.
Lo aconsejable es acudir al veterinario al menos una vez al año, o con más frecuencia a partir de los 7 años, momento en que el gato entra en la etapa madura
Tal vez por esta cualidad para esconder sus dolencias, los dueños de gatos no suelen llevarlos al veterinario de forma regular. No siempre entendemos lo que nos dicen estas mascotas pero lo cierto es que las revisiones periódicas son de vital importancia ya que ayudan a garantizar su salud. Sin embargo, de los casi 3,5 millones de gatos que hay en España, solo uno de cada tres ha acudido al veterinario en el último año, de acuerdo a datos de la Encuesta Veterindustria de 2017. Según diferentes informes realizados por la Asociación Estadounidense de Medicina Veterinaria (AVMA, de sus siglas en inglés American Veterinary Medical Association), prácticamente uno de cada 10 propietarios nunca llevan a sus gatos al veterinario, y el 27% sólo lo hace cuando cree que está enfermo. Una cifra que se traduciría en 20 millones de gatos domésticos que no acuden nunca al veterinario si no están enfermos.
Ante esta realidad, los expertos de Royal Canin recuerdan que lo aconsejable es hacerlo al menos una vez al año, o con más frecuencia a partir de los 7 años, momento en que el gato entra en la etapa madura. Para estas visitas, lo ideal es llevar al animal en su transportín –para que se sienta cómodo se puede meter dentro algún objeto cuyo olor les resulte familiar–. Si lo llevamos cubierto hasta entrar en la consulta evitaremos que el gato se estrese con el viaje ni con el resto de animales de la sala de espera.
Te contamos cinco posibles señales de alerta para preocuparte sobre la salud de tu gato.
1. Estrés. Se porta mal, se ha vuelto competitivo, su rutina se ha visto alterada, orina donde no corresponde y, la mayoría de ocasiones en las que lo buscas, no lo encuentras por ninguna parte. Si a tu gato le pasa todo eso, podría estar estresado.
2. Problemas intestinales. Hay varias razones por las que plantearse que el gato puede estar sufriendo problemas intestinales. ¿Es un gato con acceso al exterior y ha encontrado una nueva presa, se mete entre las plantas, se asea mucho últimamente y se sube a la encimera? Consulta con tu veterinario sobre su salud.
3. Complicaciones renales. Cuando tu gato ya es mayor y parece más pasivo de la habitual, no le interesa la comida, vomita mucho de lo que ingiere o tiene mal aliento persistente por mucho que le laves los dientes, hay que plantearse que el animal podría tener una enfermedad renal.
4. Sobrepeso. ¿Debería comenzar un programa de control de peso con mi gato? La respuesta es afirmativa si no suele moverse de su sitio preferido de la casa la mayor parte del día, cada vez ronca más fuerte, cuesta sostenerlo en brazos, el aseo ha dejado de ser una prioridad para él y busca continuamente al resto de la familia para pedir comida.
5. Sensibilidad urinaria. Cuando el gato frecuenta el lavabo o la bañera más a menudo de lo habitual, parece que no está cómodo con su arenero y sus maullidos van en aumento si está sobre él –hasta el punto de olvidarse de usarlo–, y ya no le gusta que le rasquen la barriga, son todo síntomas de que algo falla en su salud urinaria.
Sabemos que los gatos no precisan la convivencia en grupo para sobrevivir y están acostumbrados a salir adelante en soledad pero, así como tú cuidas tu salud, ellos también requieren un seguimiento en su bienestar. Más allá de lo que podamos observar en su comportamiento, la realidad es que sólo el veterinario como experto tiene la oportunidad de identificar cualquier diagnóstico.