El papeleo es la guerra: los autónomos no lo quieren ver ni en pintura
Los trabajadores por cuenta propia tienen muchos más papeles que hacer que el resto y, por eso mismo, tratan de reducirlos al mínimo
Admitámoslo. Los autónomos de éxito, los que siguen cultivando la pasión por lo suyo durante años y décadas, no se caracterizan ni por demorar sus obligaciones ni por perder el tiempo. Sin embargo, la burocracia y los formularios infinitos los llevan a aplazar y reservar para las declaraciones trimestrales de IVA o a las consultas sobre si este o aquel gasto es deducible los rincones más improductivos de la semana. Total, no hay prisa, ya me ocuparé el viernes por la tarde, se dicen entre dientes. ¿Por qué no dedicarle ese ratito tonto después de comer en el que la digestión hace tan difícil concentrarse?
Pero, al final, pasan los días y los ratitos tontos y los papeles siguen ahí, mirándolos como tigres desafiantes al otro lado de la mesa del ordenador. Ponerlos en un cajón es toda una invitación a olvidar su existencia, y saben que eso con Hacienda es peligroso: llegar tarde, no llegar o llegar mal tiene la misma multa. Cada vez hay menos tiempo y de repente, semanas después, comprenden que han estado dándose mil excusas para no ocuparse de la que les parece la tarea más aburrida del mundo. Como las fechas en las que tienen que presentar los papeles o hacer las consultas se encuentran a la vuelta de la esquina, ahora no les queda más opción que dedicarles una porción de varias horas de calidad en el corazón de su jornada laboral.
“Hay que enfrentarse al papeleo, no aplazarlo”
Mejor tomárselo con paciencia y humor, se dice el autónomo. Me ha vuelto a pasar lo de siempre… ¡si es que parezco nuevo! Y en parte es verdad. La burocracia golpea por igual el entusiasmo de todos los profesionales por cuenta propia. Hay que recordarlo: muchos de ellos son emprendedores, personas de acción, y sienten el papeleo como una especie de arenas movedizas que les cubren hasta las rodillas y no los dejan avanzar. No solo se trata de cumplir sus obligaciones con Hacienda y otros organismos. Eso les enfada porque se pasan horas –¡horas!- trabajando para el estado. También influye que tienen que tomar decisiones tan burocráticas como éstas: ¿debo organizar mis documentos en carpetas de papel o depositarlos en la nube? ¿Debo escanear las facturas para evitar que, con el paso del tiempo, se borre la información que contienen? ¡Qué tostón! ¡Qué tedio!
Pero son éstos los momentos en los que el profesional por cuenta propia recuerda por qué tiene que hacer esos papeles. Sencillamente, para seguir construyendo su sueño. Es un precio que merece la pena pagar por tantos días de felicidad, de metas conseguidas, de clientes satisfechos que agradecen su excelencia y compromiso. Por eso, Orange celebra la forma en la que se enfrentan a desafíos en su iniciativa Nacidos para ser autónomos, con la que quiere solidarizarse y rendir un pequeño homenaje al espíritu especial que tiene este colectivo y por supuesto, acompañarles en sus proyectos.
Buscarán entonces un buen pedazo de una mañana de lunes para afrontar el torrente de facturas que tienen que escanear, para revisar cuidadosamente con su gestor o asesor -en una conversación por Skype para no perder tiempo con el desplazamiento- qué gastos pueden deducirse y cómo se tributa esa actividad nueva que han estrenado con éxito este año. Quién les iba a decir que darían clase en una escuela de negocios o que los alumnos, otros emprendedores como ellos, valorarían tanto los conocimientos adquiridos con tanto esfuerzo y, por qué no decirlo, también placer. Acaban de descubrir que aquel joven tímido que empezó a rodar profesionalmente hace diez o quince años y que evitaba todo lo posible hablar en público en la universidad… ahora ya no solo se expresa en un aula como alumno… ¡es que lo hace como profesor!
El día que le guste el papeleo, seguramente ya no será autónomo, pero -y esto es lo más importante- también dejará de serlo cuando no le compense enfrentarse al torrente de formularios para hacer realidad el sueño de su pequeño negocio. Ser autónomo es huir de la burocracia, que casi se te acabe el tiempo para entregar los documentos y que los entregues, al final, sabiendo que el papeleo hay que tomárselo con paciencia, humor y un puntito de ironía sobre uno mismo. ¡Siempre igual! ¡Si es que parezco nuevo!