Primer mandamiento del autónomo: amarás tu trabajo como a ti mismo
Muchos de los autónomos son felices con su actividad y eso les da fuerzas para superar las dificultades
Los profesionales por cuenta propia tienen una forma muy personal de amar su trabajo. Por eso, llevan mejor esos madrugones de agosto, los festivos no remunerados, los clientes con mal genio, los correos sin respuesta e incluso el pitido intermitente de la inestabilidad económica. A pesar de todo eso, en el último Informe Infoempleo Adecco, de 2019, les preguntaron si eran más felices desde que trabajaban de forma independiente y el 64% respondió que por supuesto que sí.
Y no es que nos les preocupen las dificultades como la inseguridad financiera, la presión fiscal o las cargas sociales y administrativas. De eso nada. Reconocen que son obstáculos importantes, pero que, al mismo tiempo, valoran más las ventajas de ser sus propios jefes, la flexibilidad de las jornadas, la libertad y la posibilidad de trabajar en algo interesante... Probablemente, amar sus trabajos y su estilo de vida les ayuda a relativizar los baches y a seguir caminando con alegría en el incierto mundo empresarial.
No es que un trabajador asalariado no pueda amar su trabajo; todo lo contrario. Pero sí es cierto que en el caso de los autónomos es una peculiaridad bastante frecuente. Y para descifrar esa distintiva mentalidad del profesional por cuenta propia, que se muestra orgulloso de serlo, es imprescindible entender que no solo le gusta lo que hace, sino cómo lo hace. Levantarte cada mañana y saber que vas a dedicarte en cuerpo y alma a algo que te interesa no tiene precio para ellos. Sentir que tu carrera y tus ingresos no dependen de la decisión arbitraria de un jefe sino de la satisfacción razonada de muchos clientes, tampoco.
Les encanta, igualmente, administrar el tiempo a su manera, dejando espacio de calidad para la familia, las aficiones y los amigos. Pueden trabajar un domingo con una sonrisa, porque saben que tenían un buen motivo para librar el viernes, aunque eso supongo poner en pausa ese día su negocio propio: por ejemplo, llevar a su hija a conocer el mar por primera vez. Por eso, Orange celebra la forma en la que se enfrentan a desafíos en su iniciativa Nacidos para ser autónomos, con la que quiere solidarizarse y rendir un pequeño homenaje al espíritu especial que tiene este colectivo.
El 64% de los autónomos se declara feliz con su trabajo
Seguramente, la mayoría de los trabajadores por cuenta propia contesta que es feliz con su labor profesional, porque no tiene mucho más sentido ser autónomo (voluntariamente) si es porque vas a disfrutarlo. El salto de trabajar por otro a montárselo por su cuenta suele ser, para los que lo eligen con ilusión, una puerta abierta a la aventura, la autosuperación y las sorpresas. Quieren ver si son capaces de lanzar con éxito ese proyecto que llevaba años obsesionándoles, si pueden sobrevivir a la intemperie o si pueden innovar y ofrecer algo diferente para un nicho determinado de clientes. Esta vez ellos serán los protagonistas absolutos, pase lo que pase. Solo tienen que recordar lo que se repiten de una u otra forma muchos autónomos ilusionados ante una decisión importante ante la que se juegan mucho: ¿qué haría si no tuviera miedo? Pues por qué no hacerlo.
Esa forma de superarse se asienta sobre una habilidad fundamental que ha identificado un estudio reciente publicado en el Journal of Experimental Social Psychology. Los autónomos ilusionados saben contarse buenas historias personales, bien estructuradas e incansablemente repetidas, sobre las causas de sus éxitos y de sus fracasos. No pierden el tiempo fustigándose por este o aquel fallo, ni tampoco paladeando las mieles del éxito. Eso sería detenerse y un autónomo convencido rara vez se para. Para ellos, todo forma parte de un camino frenético, de un aprendizaje continuo que les ayuda a crecer, a disfrutar de su especial libertad y a aproximarse cada vez más al objetivo soñado.